Tras meses de negociación y rumores, El Corte Inglés de Constitución formalizaba a finales de la semana pasada la venta de su establecimiento ubicado en el corazón de la ciudad a la empresa inmobiliaria local Residencial Las Eras, como confirmaban fuentes de la compañía a este periódico.
El director de Comunicación de El Corte Inglés anunciaba que el establecimiento estaría abierto a sus clientes para toda la campaña de Navidad y la de Rebajas para cesar su actividad, en principio, en la primavera del año 2023. El objetivo pasa por reforzar el centro de la compañía en el Paseo de Zorrilla de la ciudad del Pisuerga.
En 1995, el grupo adquirió los activos de Galerías Preciados y abrió al público este Centro Comercial de la calle Constitución, al que se añadió unos años después la oferta de la tienda de ocio de la calle Menéndez Pelayo. Por tanto, el establecimiento que cuenta ya las horas para cerrar ha soplado este año las 27 velas.
Entre los comercios aledaños a este emblemático edificio hay tristeza, por un lado, aunque otros apuntan que no verán reducido su flujo de público pese al cierre. Entre los potenciales clientes esta pérdida se ve como algo fatal, por la utilidad y la componente histórica que atesoraba este conocido centro comercial.
“Va a afectar bastante a mi punto de venta”
A escasos diez metros de la puerta principal de El Corte Inglés de Constitución se ubica un puesto de La ONCE. Lo regenta, desde hace apenas tres semanas, Eva María Alonso, que conversa con EL ESPAÑOL de Castilla y León sobre este anuncio de cierre que ella misma conoció durante el fin de semana al “saltarle la noticia en Twitter”.
“El cierre va a afectar bastante a mi punto de venta. Hay mucha gente de paso que según va a El Corte Inglés para para comprar el cupón diario y, ahora, si el establecimiento desaparece no van a hacerlo más”, asegura la dueña del punto que se ubica junto a un conocido quiosco de la zona.
Eva confiesa, además, que “va a hacer bastante daño al centro de la ciudad por la historia que tiene detrás”. “Viene desde Galerías Preciados. Para la zona pasa por ser un símbolo muy importante. La pérdida hace daño y es irremplazable”, apunta.
Nuestra entrevistada añade que “es una faena bastante grande” pero “mi punto de venta tiene que seguir adelante y mantener los clientes para que pueda seguir con el negocio”, añade nuestra entrevistada.
“Para mí es algo fatal”
Tras hablar con Eva nos dirigimos hacia la puerta del establecimiento. El goteo de personas que entran y salen es constante. Lo hacen con sus respectivas bolsas en una mañana desapacible en Valladolid, con la lluvia como protagonista. Entre ellas, Ana Cabrera, una mujer que suele visitar con frecuencia El Corte Inglés de Constitución.
“Veo muy mal el cierre. A mí me venía muy bien porque tienen supermercado, restaurante, comida para llevar… utilizaba más estos servicios que la compra de ropa. Hay muchas personas mayores que venían a pasar la tarde. Es algo fatal”, añade Ana.
Ella asegura que visitaba “con frecuencia” el establecimiento y que el cierre supone “un mazazo muy grande para los clientes” pero también “para la ciudad porque pierde un emblema del centro”.
La compañía ha anunciado que la idea de la marca pasa por mantener los 172 trabajadores de la plantilla propia y redistribuirlos en los centros de la compañía en Valladolid. Finaliza añadiendo que “si no pierden su trabajo y los redistribuyen, como dicen, lo veo perfecto. Si no el mazazo sería doble”.
“Todo es renovarse o morir”
A escasos metros de El Corte Inglés se sitúa una marca deportiva de Decathlon. Allí se encuentra trabajando una de sus vendedoras, Dafne Cabrera Espeso, que nos atiende asegurando que era algo “de lo que se venía hablando hace tiempo”.
“Se habla de que van a abrir unos apartamentos turísticos que también no puede traer bastante flujo de comercio y de gente. También se están desarrollando otras iniciativas en el centro de la ciudad para que la actividad siga como hasta ahora. Esperamos que el cierre no nos afecte en nuestro día a día”, apunta.
Señala que el tiempo pasa y que “todo es renovarse o morir”. “Si no estaba funcionando, a lo mejor hay otra cosa, como este proyecto, que puede ser mejor”, apunta en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, Dafne, que señala, eso sí, que “perdemos una parte de la historia de la ciudad”.
El Corte Inglés de Constitución cuenta ya las horas para echar el cierre. Una pérdida irremplazable para el corazón de Valladolid.