Alcaldesas por la cara: tres mujeres que sacan adelante a sus pueblos sin cobrar un euro
Las regidoras de tres municipios vallisoletanos realizan una labor encomiable al frente de sus ayuntamientos cada día pese a no tener retribución
26 noviembre, 2022 07:00Noticias relacionadas
Hacienda publicaba, este mes de noviembre, los salarios de todos los alcaldes del territorio español en el año 2021. En nuestra Comunidad, el regidor que más cobra es el de Valladolid: Óscar Puente, que percibe 87.595,62 euros al año. Daniel de la Rosa, primer edil de Burgos, le sigue con 74.858,24 euros.
Sin embargo, son muchos y muchas, los alcaldes y alcaldesas que no reciben un euro por su trabajo al frente de los distintos consistorios de la Comunidad. De mayor o menor tamaño y con una población más o menos grande.
EL ESPAÑOL de Castilla y León habla con Emiliana Centeno, alcaldesa de Mucientes. Con Natividad Casares, regidora de Torrelobatón, y con Virginia Hernández, de la pequeña localidad de San Pelayo. Tres mujeres que llevan a cabo una labor infatigable en el día a día en sus pueblos y que no cobran ni un euro por su labor.
“Un sueldo por su dedicación”
Mucientes es un municipio de 642 habitantes, según los datos del Instituto Nacional de Estadística, que pertenece a la comarca de la Campiña de Pisuerga y que se adscribe, enológicamente, a la Denominación de Origen de Cigales, con una amplia tradición vitivinícola y en lo que a la vendimia se refiere.
La alcaldesa del pueblo es Emiliana Centeno Escudero, nacida y residente en el lugar, de 63 años, del PSOE, y que suma casi tres legislaturas en el puesto. Amante del senderismo y que no percibe un euro por su labor incansable, día tras día, al frente del ayuntamiento de la localidad vallisoletana.
La alcaldesa lo tiene claro y asegura que los representantes, elegidos por el pueblo, “deberían de tener un sueldo por su dedicación”. Explica, además, que, en localidades pequeñas como la suya, el Ayuntamiento “no tiene los suficientes recursos para todas las necesidades que la ciudadanía demanda” lo que imposibilita que “los representantes políticos puedan percibir una remuneración”.
La alcaldesa destaca que cuenta con un buen equipo de profesionales, los trabajadores del Consistorio, que sacan adelante el trabajo cada día, junto a los concejales, porque si no ella sola no podría. El no percibir ni un euro por su labor al frente del Ayuntamiento hace que cuente con otro trabajo, ejerciendo como funcionaria de la Junta de Castilla y León.
“Tengo unos vecinos estupendos. En el pueblo nos conocemos todos e intentamos ayudarnos los unos a los otros. Para mí, que he nacido y crecido aquí, es un orgullo ser la representante de los vecinos y las vecinas”, finaliza.
Una decisión que se tomó hace 15 años
Famoso es Torrelobatón por su castillo. El pueblo vallisoletano cuenta en la actualidad con 390 habitantes. A más de media hora de la capital, en coche, allí nos espera su alcaldesa, Natividad Casares. La regidora nació, creció y vive en su localidad. Tiene 58 años, es del PP, y suma 15 años al frente del Ayuntamiento. Amante de la lectura, de la formación constante y de salir al fresco de tertulia con sus vecinos, tampoco cobra por su labor, brillante, con el bastón de mando.
El no cobrar se decidió hace 15 años, con la candidatura. “Se planteó entonces y hemos sido consecuentes a lo largo de todo este tiempo”, asegura Casares, que añade que durante todo el día el teléfono está a disposición de sus vecinos para que le consulten lo que les sea conveniente.
“Por las mañanas subo al Ayuntamiento. Trato los asuntos municipales con el secretario y los concejales. Dirijo, administro y represento a mi pueblo. Es un 24 horas constante. Atiendo a todo, pero tengo un grupo de profesionales a mi lado que me ayuda muchísimo”, confiesa añadiendo que en estos tres lustros al frente del consistorio tiene anécdotas para escribir un libro.
En cuanto a lo que cobran el resto de los políticos, cifras que conocimos hace escasas dos semanas cuando fueron publicadas por Hacienda, la regidora de Torrelobatón no entra a opinar. “No lo veo ni bien ni mal. Cada cuatro años los vecinos tienen que valorar si el que cobra una cantidad X ha hecho un buen trabajo y si sigue o no en la alcaldía”, afirma.
Natividad Casares tiene su proyecto de vida en la localidad a la que representa como cabeza visible. Afirma que quiere ver como su pueblo “sigue creciendo” y busca ampliar servicios para “estar a la vanguardia” en la provincia vallisoletana.
“Todo el que desarrolle un trabajo tiene que cobrar por ello”
San Pelayo es un pequeño municipio de la provincia de Valladolid, a unos 30 minutos de la capital. Allí nos podemos encontrar con una de las pocas fuentes monumentales de la provincia y con el bosque comunero. Cuenta con 50 habitantes y su alcaldesa es, desde el 2015, Virginia Hernández, de 33 años y de Valladolid Toma La Palabra.
Amante de la lectura, también escribe. Guioniza para radio y, con Raquel Antón, ha creado un podcast que se llama ‘La Melonpedia’. Aficionada al mundo rural, le encanta aprender de la cultura de los pueblos, de todo lo que tenga que ver con las raíces castellanas. Tampoco cobra por su labor como regidora.
“Toda la persona que haga un trabajo tiene que cobrar por él. Para mí, ser alcaldesa es una labor muy importante y de muchas horas. Tengo que compaginar mi función como regidora con mi trabajo como técnica de proyectos. La gente se cree que, por ser un pueblo de 50 habitantes, no hay que hacer cosas y no es así”, confiesa Hernández.
Sus labores son todas. Más desde que no cuenta con secretaria en el municipio. Le ayuda el alguacil y la concejala: Elisa. Recepciona todo tipo de demandas. Atiende al correo electrónico, al teléfono, escribe proyectos, justifica memorias, va a reuniones, controla los niveles de los depósitos de agua, todo. Incluso creó un número con Whatsapp y una lista de difusión donde manda toda la información al que esté inscrito. Una labor sin descanso.
Sin embargo, lo hace, a pesar de todo, porque para ella su pueblo es su vida, su historia, su raíz. Se siente orgullosa de haber construido un parque para el pueblo, de las primeras Fiestas Patronales que preparó prácticamente ella en su amplia mayoría y de la visita de la ministra, Irene Montero, el pasado año.
San Pelayo tiene una gran ubicación en la provincia. “Tiene futuro. Con un buen plan de telecomunicación, transporte y vivienda podríamos garantizarlo porque hay mucha gente interesada en venirse a vivir al pueblo”, finaliza.
Tres mujeres que hacen una labor infatigable, sin recibir un euro a cambio.