Si algo bueno ha traído la pandemia de la Covid-19 es, entre otra cosas, la puesta en relieve de la importancia de la salud mental. Un aspecto sobre el que hasta entonces, o al menos no con tanto foco mediático, no se hablaba con asiduidad en ninguno de los ámbitos de la vida. Las redes sociales, igualmente, han colaborado de forma activa en la visibilización de este tema. Una de las usuarias comprometidas en este aspecto es Noelia Mancho, una joven vallisoletana de 19 años que ha decidido contar la historia de su vida sin tapujos en TikTok, donde acumula casi 29.000 seguidores. "Yo me estoy curando y quiero que los demás también lo hagan", señala en declaraciones a EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León.
Noelia Mancho padece un trastorno límite de personalidad, sufre también ansiedad y se encuentra pasando una depresión. Su vida no ha sido fácil. Desde los 14 años a los 17 ha pasado por diferentes centros de menores a consecuencia de "problemas familiares". "Cuando cumplí los 17 años me dejaron salir con una libertad vigilada y desde ahí no he vuelto a tener ningún problema legal", recuerda.
Unos problemas que la llevaban a perder los papeles cuando sentía que en determinades situaciones "no tenía el control". "Cuando me pasaba algo y mi cabeza no lo entiende lo que hace es sacarme de quicio. Gritar, pegarme a mí misma, llegar a autolesionarme...", relata.
Años en los que para una joven inexperta en la vida el mundo parecía haberse vuelto en su contra. A los 15 años tuvo que cerrar su canal de YouTube, donde contaba su experiencia en los centros de menores por la presión que tenía que soportar, además de por principios. "Como volvía entrar a los centros eliminé todo porque era mucha presión estar haciendo las cosas mal y que la gente te dijera que eras su ídola", afirma.
No fue hasta los 16 cuando Noelia se dio cuenta de lo que estaba viviendo realmente. "En el último centro en el que entro, que era más abierto, el trato que yo recibo es diferente. Al tratarme con más suavidad ya me doy cuenta de que igual soy yo la que necesita ayuda. No puedo llevar tantos años y que el problema sea de todo el mundo menos mío", subraya.
A partir de ese momento la vida de la joven vallisoletana cambia. Retoma la relación con su familia e intenta descubrir que le pasaba, al mismo tiempo que empieza a hacer "más caso". "Sí que había tenido terapias, pero realmente nunca había querido ser consciente de que me pasaba algo", admite.
Superada entre comillas la situación, Noelia, con el apoyo de su hermana Mónica y sus amigos, decide dar el paso de nuevo a las redes sociales, inmersa en medio de una depresión, pero con la vocación de ayudar a los demás. "Me hubiese encantado retomarlas mucho antes, las redes sociales son un mundo que me encanta", reconoce.
TikTok es una red social de vídeos cortos. Las temáticas que encuentras aquí son insaciables, una lista sin fin. Por eso, destacar sobre el resto se antoja complicado, sin embargo, Noelia lo ha hecho, y lo ha hecho a partir de abrirse hacia el mundo.
Ha decidido compartir con la comunidad de internet sus más profundos sentimientos. Nada más y nada menos que recitando lo que escribía y escribe en su diario, el elemento que le sirvió durante años para expresar todo lo que sentía y siente. "Siempre que entraba en los centros me regalaban un diario. Yo escribía, desde muy pequeña es una cosa que se me ha dado bien. Las cosas que ni siquiera sé explicar con palabras o de las que no sé pedir ayuda, escribiéndolas en un papel se me hacen más llevaderas", explica.
"Tengo 19 años y estoy viviendo en casa de mis padres, lo que no he podido hacer con 15 lo estoy haciendo ahora", subraya Noelia, que quiere que otros jóvenes no pasen por su misma situación. Es en las redes sociales donde, sorprendida, ha recibido centenares de comentarios y mensajes de casos muy similares al suyo.
"La gente no se atreve a decir que tiene una enfermedad mental por la presión social al decirlo y porque no está nada visibilizado, aunque pensemos lo contrario", asevera. Noelia asegura que hay madres que la han hablado para poder leer en el colegio lo que escribe.
Ahora su historia puede estar ayudando, o podría haber ayudado, a centenares de adolescentes que pasan por lo mismo. "Hubo una madre que me marcó muchísimo. Me dijo que su hijo había tenido una depresión muchos años y había terminado quitándose la vida. Aseguró que iba a seguir mi proceso siempre porque si su hijo hubiese leído lo que yo escribía estaba segura de que no hubiera pasado eso. Esa madre me quedó superclavada", relata.
Noelia invita a los padres y profesores a preocuparse de la situación de sus hijos. "Si los niños en el colegio no están bien los padres tienen que hablar con los profesores. Si el problema es en casa los colegios también tienen que estar pendientes de cada niño. Mejor ayuda que un profesional no van a tener", destaca.
En este sentido, insta a progenitores y educadores a estar "muy atentos" a los comportamientos. "Tienen que crecer de manera sana psicológicamente, no solo físicamente", sentencia Noelia, que sueña con llegar "mucho más lejos" de lo que está haciendo ahora con su mensaje.