Félix Merino Obanos nació en Valladolid el 25 de febrero de 1894 y murió en Madrid el día 8 de octubre de 1927 como consecuencia de la cornada sufrida en Úbeda por un novillo de Palha.
Comienza muy joven a torear en las capeas de los pueblos. La primera vez que actúa en Valladolid, vistiendo el traje de luces, es el domingo 19 de abril de 1914, con ganado de Blanco (Salamanca), en compañía de Ramón Fernández "Habanero" y Sandalio Carral.
Lo repitieron de nuevo al domingo siguiente y así hasta cuatro novilladas más en la plaza de su tierra natal. Tuvo fortuna entonces en lo que más tarde no había de ser su fuerte: el estoque.
El jueves de la Ascensión (21-mayo-1914), actúa por primera vez con picadores, lidiando 4 novillos de la ganadería de Tertulino Fernández Reinero (Tordesillas) en un "mano a mano" con Ramón Fernández "Habanero", lidiando Félix Merino los novillos: 2° (Marqués - nº 82 - Berrendo en negro) (1 Oreja) (-) 4° (Borlador - nº 75 - Berrendo en negro) Estos novillos toman un total de 14 varas, matando a 6 caballos.
Debutó como novillero en Madrid en una novillada nocturna celebrada el 31 de agosto de 1916, a la que siguió una brillante cosecha de éxitos que lo catapultó como una promesa del toreo.
La alternativa en Las Ventas con Joselito y Belmonte
El domingo 16-septiembre-1917, toma la alternativa en Madrid con ganado de Graciliano Pérez Tabernero después de haber actuado en 69 novilladas y haber matado 125 novillos; actúa de padrino, José Gómez "Joselito" y de testigo, Juan Belmonte; siendo "Humero" el nombre del toro de su alternativa.
“La empresa de Madrid, que llevaba asimismo en arrendamiento la plaza de Valladolid, quiso aprovechar el calor de estos aplausos para prestar atractivo a las corridas de feria de la capital castellana con la inclusión en el cartel del novel matador, que había de doctorarse previamente en Madrid. Recuerdo que yo ayudé a vencer la resistencia de Joselito, que había de ser su padrino, pues consideraba prematuro el paso, a más de no serle agradable torear en Madrid en aquella fecha”. (Reflexiones del vallisoletano José María de Cossío en Los Toros (Espasa Calpe).
En Valladolid torea su primera corrida de toros, el martes 18 de septiembre de 1917, lidiando siete toros de Vicente Martínez (de Colmenar) y un toro de Luis Baeza, en compañía de Rodolfo Gaona, José Gómez "Joselito" y Juan Belmonte; lidiando Félix los toros: 4° (Palmas) y 8° (Ovación).
En Valladolid actuó en 15 novilladas, y completó 17 corridas de toros con las primeras figuras del escalafón. En la temporada de 1921 llegó a torear cinco tardes en el coso del Paseo de Zorrilla.
En 1926 renunció a su alternativa y volvió de novillero
El jueves 27 de mayo de 1926, Félix Merino renuncia a su alternativa de matador de toros y ese mismo día comienza a lidiar como novillero en la plaza de Madrid, alternando con: "Lagartito" y Andrés Mérida.
En Valladolid, actúa por última vez el domingo 15 de mayo de 1927, lidiando una novillada con ganado de Anastasio Araúz en compañía del rejoneador Alfonso Reyes y del novillero Melchor Delmonte, actuando como sobresaliente: Manuel Pesquera "El Arrojao", correspondiendo a Félix la lidia del 3 y 5" novillos.
La tarde fatídica de Úbeda (Jaén)
Fallece el sábado 8 de octubre de 1927 en el Sanatorio del Perpetuo Socorro de Madrid, a donde había sido llevado después de sufrir una cornada en el muslo derecho, que en principio parecía no revestir gravedad, por un toro de la ganadería de Palha en la plaza de toros de Úbeda (Jaén) el día 4 de octubre de 1927, donde alternaba con José Iglesias y "El Sanluqueño". (Furones).
“Fue enterrado en Valladolid, donde vivía. En la plaza de San Nicasio había dejado su vida, víctima de una pasión por torear que le dio alguna gloria y muchas amarguras”.
“Llegó Félix Merino a torear excelentemente con el capote; pero como esto no era bastante para sostener su cartel de espada, vino el descenso hasta conducirle a un estado lastimoso de diestro sin contratas y sin ilusiones. En tan triste situación le sorprendió y nos sorprendió a todos su muerte, dejando en sus amigos la perdurable huella de su silenciosa bondad”. (Reflexiones del vallisoletano José María de Cossío en Los Toros, Espasa).
Fuentes: “Los Toros”, de J.M. de Cossío. Ricardo Furones (libros “Valladolid, toros y toreros 1890-2004” y “Valladolid y Provincia, toros y novillos 1900-2009”). (De hombres, toros y caballos). (“Historia de la plaza de toros de Valladolid”), de Emilio Casares. Libro “Valladolid Ciudad Taurina”