El juzgado de Instrucción número 1 de Valladolid ha notificado esta semana a las partes el decreto de ejecución de sentencia por el que condena a dos activistas del centro social La Molinera por un delito leve de usurpación y apertura del procedimiento judicial de lanzamiento de recuperación del edificio para los actuales dueños, la sociedad zamorana Zángano Inversiones. Una empresa a la que tildan de ser un “fondo buitre” y a quienes aseguran que no podrán las cosas nada fáciles para el desalojo.
Los okupas tienen cinco días para salir de este centro social de manera voluntaria. “Nos genera insatisfacción tener que desobedecer a las instrucciones de un juez, pero nuestra moral nos impide obedecer la resolución judicial que es antisocial e inmoral”, asegura Alejandra Nieto, Javier Lázaro y Jorge López, los portavoces del grupo activista de La Molinera.
Además, señalan que la resolución que han dictado va en la línea del “desamparo” y que las resoluciones judiciales “en numerosas ocasiones caminan por sendas opuestas a lo ético y lo justo”. Desde La Molinera aseguran que ese espacio nació para que estuviera “al servicio del movimiento popular y social comprometido”.
Este mismo viernes 13 de enero han convocado una asamblea al activismo vallisoletano para “impedir” este desalojo. Lamentan que han participado “reconocidos muralistas” y que ha supuesto una “inversión monetaria importante”. “Lleva cuatro años y medio lleno de vida y hemos abierto a decenas de colectivos, asociaciones y organizaciones. Miles de personas han disfrutado de muchos actos de todo tipo, realizados sin repercusión económica. Sostenidos en base al compromiso y constancia de La Molinera”, aseguran los portavoces.
Por otra parte, han informado que llevarán al Parlamento Europeo dicha cuestión para que se abra una nueva investigación. Además, ha asegurado que les exigen “que nos vayamos para que tome posesión del edificio frente a nuestro trabajo comunitario”. Y se preguntan: “¿Qué clase de personas seríamos si consintiéramos que un empresario cualquiera segase las iniciativas del bien común? Molinera hay una, edificios abandonados hay miles”.
Creen que es el momento de “defenderla” porque eso significa defender “los derechos de la ciudad, vida y sociedad”. Ellos no se van a “echar atrás” porque su “conciencia y compromiso lo impide”. El plan, lo tienen claro, que haya Molinera “para mucho más tiempo”. No se van a rendir y aseguran que las actividades de la próxima semana “continuarán en el calendario”.
Todo ello para que se ponga a disposición de los propietarios del viejo hotel todos los medios. Los agentes puede que tengan que intervenir en caso de que se nieguen a desalojar el edificio. Ante esta probabilidad dicen: “actuaremos”.
La Molinera asegura que “no sabemos cuál es la voluntad para este edificio”. En todo caso, las instituciones de la ciudad “deberían manifestarlo” y que “sería legítimo preguntar a la empresa qué es lo que van a hacer”.
“Hay que dejar de pensar que quien pone el dinero en la mesa tiene derecho a todo. Es un proyecto por el que han pasado miles de personas. No tenemos un millón de euros pero sí cosas que aportar a la ciudad de Valladolid. Es un pulmón democrático que aporta mucho a la ciudad”, finalizaban exponiendo los activistas.