Carlos Arruza, diestro mexicano de procedencia vallisoletana (y VII)
Capítulo VII y último
20 enero, 2023 09:21Noticias relacionadas
En su presentación en Valladolid, Arruza hizo por vez primera en España su desplante del “teléfono”.
Fue el 18 de septiembre de 1944 con una corrida de siete toros de Antonio Pérez y uno de Molero, alternando con El Estudiante, Manolete y El Andaluz.
Lo cuenta Barnaby Conrad en la biografía de Arruza: “Cuando fui a recoger muleta y espada para despachar al Pablo Romero, un borracho que me estuvo increpando toda la tarde desde la primera fila, me gritó: “Escucha payaso, a ver si le haces el teléfono a este animal...”.
Ese desplante que hizo en Valladolid -cuenta Arruza en su biografía- fue como consecuencia de una ilustración que vio en una revista del torero Reverte, cuando en un momento de la lidia descansó el codo en la testuz. Arruza remata el lance del increpador: “Cuando regresé a la barrera tras estoquear al de Pablo Romero, le dije al que me increpaba: a sus órdenes, señor…”
Se suspende la corrida de feria de 1946 al negarse a torear Arruza
Repitió al día siguiente con Fernando Domínguez, Pepe Luis Vázquez y El Andaluz con toros de Pablo Romero. En los años 1945 y 1946 hizo doblete en ambas ferias. Pero hubo una suspensión en 1946.
En la feria de 1946, Arruza estaba anunciado dos tardes: la de los días 16 y 17 de septiembre. Pero sólo actuó el segundo día con Pepín Martín Vázquez y Julio Pérez “Vito”, lidiándose toros de Felipe Bartolomé y uno de Molero. Casares relata así su crónica en su libro: “Los diestros Arruza y “Vito” fueron recibidos con una pita fenomenal por culparles el respetable de la suspensión de la corrida del día anterior. Arruza y Martín Vázquez tuvieron una tarde triunfal. El primero cortó las orejas y rabo. El segundo, dos orejas y rabo. Ambos fueron llevados a hombros hasta el hotel”.
Multa de 10.000 pesetas a cada parte
“Como consecuencia de los incidentes, -prosigue Casares- por la suspensión de la corrida del día 16, el gobernador civil multó a Arruza y a su apoderado por su negativa a torear. Al “Vito” por llegar tarde, y a la empresa por no prevenir el conflicto. La multa impuesta fue de 10.000 pesetas a cada uno”. Emilio Casares en su crónica no explica nada sobre la suspensión. Al parecer, fue por la lluvia según recoge Ricardo Furones en su libro “Valladolid Toros y Toreros (1890-2004)”.
Arruza, ganadero en España y México
En España, en 1945, adquirió el cortijo “Torres de Guadiamar”, en la sevillana Benacazón. Allí tuvo ganado bravo de Bartolomé y Buendía. En México compró la finca “Dolores”, donde pastaba la ganadería de Pastejé, de origen Murube-Concha y Sierra, entre otros encastes, la adquirió en 1953 y la vendió en 1963.
Los recuerdos de Benacazón
Al conocer que tuvo finca y ganadería en Benacazón, recurrimos a nuestro paisano y amigo Luis Fernando Angosto, residente en Sevilla, quién suele reunirse con Jenaro Bernal y otros taurinos sevillanos como Joaquín Almero. Bernal es un personaje muy taurino y popular de la zona, cuyo padre (Florencio Bernal) conoció a Carlos Arruza en los años ganaderos del mexicano en esta localidad.
La ganadería de Benacazón de encaste Santacoloma
La ganadería la conformó Arruza con vacas y sementales de Joaquín Buendía y Felipe Bartolomé. En 1956 eliminó todo lo anterior, adquiriendo un lote de vacas y sementales de la ganadería del Marqués de Domecq. En 1967 es vendida a María Isabel Ybarra. En la actualidad es propiedad de Sayalero y Bandrés, según fuentes de libros genealógicos de ganaderías de bravo.
Las corridas de “Las Nieves” en el cortijo de Benacazón
Jenaro Bernal recordaba a nuestro paisano Angosto sus correrías por el cortijo con José Antonio Cañales, hijo del conocedor de la ganadería de Arruza, Juan Cañales. También recordaba Bernal que la plaza de toros que construyó Arruza en el cortijo, ubicada en la parte trasera de la casa palacio, sirvió para celebrar las conocidas corridas de “Las Nieves” con motivo de las “Romerías de la Granada”. El propio diestro mexicano participaba en esos festejos junto a otros toreros y figuras como Manolete y Pepe Luis Vázquez, a los que invitaba para darle esplendor a los festejos.
Así mismo, Arruza participaba activamente con los miembros de “Los Leopardos” de Benacazón, un numeroso grupo de marcado carácter social, donde el padre de Jenaro Bernal, Florencio, era miembro de su junta directiva.
Recogemos del libro “La historia de los Leopardos Invencibles de Benacazón”, escrito por Juan Manuel Garrido Barberá, donde el autor relata que este grupo se formó para crear “La Hermandad de la Granada”, tomando como titular a la Virgen del mismo nombre. El cura párroco de entonces, -relata Garrido- les permitió que dieran culto a la Virgen para celebrar la romería anual.
Pero la pretendida hermandad, creada hacia 1940, nunca llegó a registrarse como tal. Eran un equipo de amigos que hacían reuniones con unos estatutos establecidos y veneraban a la Virgen. Así mismo, apoyaban socialmente a muchos vecinos, al mismo tiempo que se divertían, a veces con “normas” establecidas que sobrepasaban algunos límites. Este grupo se deshizo cuando Arruza marchó a México y dejó el cortijo en manos de su hermano Pepe, quién no era apreciado por las gentes de Benacazón, entre otras cuestiones porque el mayor de los Arruza no permitió la tradicional romería en sus tierras.
En “desolyombra.com”, una revista digital taurina mexicana, encontramos una reseña sobre Arruza “quién aún es recordado entre los más ancianos de Benacazón como una persona buena y generosa de las que daba trabajo a muchos vecinos en su cortijo. También reseña el citado digital que Arruza “pretendíó”, al margen de la ganadería de bravo, desarrollar un complejo turístico con un campo de golf y un proyecto inmobiliario, pero que al final desistió de ello”.
A puñetazos con el toro en Castellón
Y nos cuenta Angosto una anécdota sobre la casta y amor propio del diestro mexicano. Fue en Castellón toreando juntos Arruza y Pepín Martín Vázquez, (ya fallecido e íntimo de Angosto). Arruza sufrió un revolcón, y en lugar de “taparse” en el callejón la emprendió a puñetazo limpio con el toro… hasta que el animal se acobardó.
1966, Arruza muere en accidente de circulación a los 46 años
Genio y figura este importante torero mexicano que marcó una época en la tauromaquia. Un diestro que, tras su casual presentación en Las Ventas en 1944, revolucionó el toreo en España rivalizando con Manolete. Carlos Arruza falleció el 20 de mayo de 1966 en un accidente automovilístico cuando venía desde su finca “Dolores”, desde Toluca a México DF. Tenía 46 años.
Palabras de su esposa cuando fallece Arruza
“No se le ha hecho justicia, -recogemos de El Universal en un texto de Heriberto Murrieta- me dice con cierto pesar su viuda Mari Carmen Vázquez, la sevillana que enamoró al gran torero mexicano. La razón es porque a Arruza lo consideraron siempre español, aunque él siempre rechazó la ciudadanía española y se mostraba altanero de ser mexicano”.
Pero de lo que siempre se mostró orgulloso Arruza es de tener como españoles a sus antepasados vallisoletanos de Herrín de Campos, Valdenebro de los Valles, Almería y Santander. Los Arruza procedían de Almería.
Fuentes: “Mi vida como matador”: la autobiografía de Carlos Arruza con Barnaby Conrad 1956. Enciclopedia Cossío. Rafael Dupouy Gómez. Del Toro al infinito. Al Toro México. Avancetaurino.com. Rincontaurino.blogspot.com. Emilio Casares: Historia de la plaza de toros de Valladolid (1890-1990). Ricardo Furones: “Valladolid Toros y Toreros (1890-2004)”. De Sol y Sombra. El Universal y ABC. Libro “Los Leopardos de Benacazón” (Juan Manuel Garrido Barberá)