El agua es el elemento más importante de nuestras vidas. La hidratación y la higiene son dos aspectos básicos de nuestro día a día. Pero ¿tiene el H2O más beneficios de los que conocemos? Pues el proyecto en el que participan 30 voluntarios alumnos de magisterio en la Escuela Universitaria Fray Luis de León tiene la respuesta. Educacuática, dirigido a los alumnos del Centro de Educación Especial Obra Social el Santuario, tiene como protagonista el agua como “ayuda” para desarrollar distintos aspectos de las personas con algún tipo de discapacidad.
Una de las portavoces del proyecto, voluntaria y alumna de la Escuela Universitaria, Sara García Hervás, explica en declaraciones a EL ESPAÑOL – Noticias de Castilla y León que se trata de un programa de natación que se lleva a cabo los miércoles, donde aprovechan “todas las posibilidades: desde enseñarles a nadar a la mejora del lenguaje y todas las capacidades que un niño puede mejorar”. “A nosotros también como voluntarios que vamos a ser futuros profesores nos viene genial para tratar con estos pequeños”, aclara.
El coordinador del proyecto y fisioterapeuta de Educacuática, Javier Cánovas, focaliza la importancia del agua en que “permite encontrar los puntos de flotabilidad y ejerce una resistencia no lesiva”. “Además, fomenta la autonomía personal, pues el proceso comienza desde que el alumno entra en el vestuario y se desviste para entrar, la ducha, la entrada al agua, todo siguiendo el método Halliwick”, asevera en relación con el proyecto y sus objetivos y beneficios.
Cánovas, “después de algún que otro TFG”, concluye que se obtienen “beneficios en la fuerza muscular, la capacidad respiratoria, aspectos emocionales, comunicación verbal y no verbal, así como un largo etc”, sobre el cual deben “seguir indagando”. “Por supuesto, todos estos resultados son extrapolables a la población en general, por lo que los beneficios de este programa son máximos y animamos a más entidades a participar”, afirma.
Una experiencia "super enriquecedora"
Sara califica esta experiencia como “super enriquecedora”. “Todo lo que nos han enseñado en la carrera lo podemos poner en práctica enseñándoles a nadar y demás”, especifica esta voluntaria, que afronta con total motivación algunos de los desafíos con los que se encuentran. “Te puede tocar un niño que no tenga nada de comunicación y digas: a ver como me las apaño. Todo lo que has aprendido puedes ir sacándolo y manejarte con lo importante”, admite.
La iniciativa nace hace unos años a raíz de la fisioterapeuta del colegio, Beatriz Vallelado, que ahora es la responsable del voluntariado de la Universidad Europea Miguel de Cervantes, que, precisamente también aporta voluntarios. Cuando todo esto surge, Javier Cánovas estaba de prácticas, momento en el que Vallelado, formada en terapia Halliwick, propone ir a ayudar a la piscina, ya que el colegio tenía, a través de la Fundación Municipal de Deportes, una actividad a la que acudían “muy pocos alumnos”.
La entrada en juego de los alumnos de la Fray Luis de León como voluntarios viene a consecuencia de que muchos de los alumnos “no sabía nadar”, por lo que se requirió a ellos para intentar luchar por el ratio 1 alumno/1 profesor. “Ahora irán surgiendo nuevos retos”, plantea el fisioterapeuta.
Javier destaca que los voluntarios se encuentran dentro del Programa joven del Instituto de la Juventud de la Junta de Castilla y León, que es quien les proporciona los seguros. "Es importante la colaboración entre todas las entidades posibles", añade.
Además, la fundadora de esta idea, Beatriz, afirma Cánovas que está “inmersa en un estudio para corroborar las mejoras del tratamiento en el agua”. A estos avances se va a sumar Teresa de la EUMFL. “Todo un I+D+i”, puntualiza el actual coordinador del proyecto Educacuática.
La joven voluntaria pensaba que le iba a costar “un poco más” cuando decidió entrar en esta iniciativa. “Nunca sabes el alumnado que te puede tocar. Siempre intentas que el niño que te toque para trabajar sea el mismo por el tema de rutinas porque si no puede costarle”, retrata Sara, que aclara que se esperaba los alumnos “como más distintos”, pero al final la realidad que se ha encontrado es que son “niños normales y corrientes que tienen esa dificultad”. “Son una alegría. Es la alegría de cada miércoles. Se te olvidan todos los problemas porque de verdad merece la pena”, puntualiza orgullosa.
Parálisis cerebral, trastorno del espectro autista, sordos, problemas de conducta, disfunciones cognitivas, retraso en el desarrollo madurativo… da igual, el Centro de Educación Especial Obra Social del Santuario no cierra las puertas a nadie, ya que “todas las discapacidades tienen cabida en el centro y todos queremos que participen en la actividad de la piscina”.
Sin embargo, la inversión económica que supone el traslado a la piscina hace que algunas personas “no se puedan permitir” esta actividad. Por eso, de ahí surgió la opción de presentarse a los X Premios al Voluntariado Universitario de la Fundación Mutua Madrileña, donde se han ‘colado’ entre los 20 finalistas que optan a un premio de 35.000 euros que se conocerá el próximo mes de febrero. “Queremos el premio para que todos los niños tuvieran la posibilidad. Es un colegio donde los alumnos vienen de familias desestructuradas o que tienen pocos recursos económicos. Desde el punto de vista de voluntaria me encantaría que todos los niños pudieran optar a estos beneficios”, afirma con rotundidad Sara, que asegura que a corto plazo parece que es “poca cosa”, pero a largo plazo está segura de que tiene “unos beneficios increíbles”.