La Policía Nacional ha detenido, este 23 de febrero, a dos personas como presuntos autores de un delito de estafa y otro de pertenencia a organización criminal. Tras 12 meses de investigación, los agentes han conseguido esclarecer un total de 38 estafas que fueron cometidas por los mismos autores.
Actuaban de manera organizada con un claro reparto de las tareas creando los anuncios fraudulentos, seleccionar y engañar a víctimas. Recibían el dinero y aportaban medidas de seguridad desechando terminales móviles y o tarjetas SIM y en el reparto de beneficios.
Forma de actuar
Los estafadores publicaban, a través del uso de aplicaciones de alquiler de casas y páginas web de compraventa de artículos. Entre productos que ofertan, anuncios de alquiler de viviendas ubicadas en Valladolid, todas en el barrio de Delicias.
Establecido el primer contacto, a través de dichas plataformas, las personas interesadas en los alquileres eran invitadas a continuar el contacto fuera de dichas plataformas, continuando telefónicamente o a través de aplicaciones de mensajería instantánea. De esta forma concretaban las circunstancias del contrato, imágenes de su documentación y el pago de una cantidad económica variable, en concepto de señal o de reserva de la vivienda ofertada.
Todos los detalles de la Operación Ferting y dos detenidos
En la Operación Ferting, los autores tomaban medidas de seguridad para evitar ser descubiertos. Cambiaban periódicamente el número de teléfono desde el que contactaban con sus potenciales víctimas, figurando como titulares de las mismas las personas previamente estafadas. Habían aportado copia de su documentación para formalizar el contrato. Los estafadores usaban esa documentación para la compra de dispositivos telefónicos.
La persona con la que las víctimas, en calidad de arrendadora de la vivienda, era una mujer quién, a través de engaño suficiente obtenía la confianza idónea para que las víctimas efectuaran el pago de la reserva. En algunos casos, incluso, el pago del alquiler.
En un inicio, los autores llevaban a cabo su enriquecimiento ilícito mediante transferencias bancarias. Con el objetivo de evitar su identificación, evolucionaron en su modus operandi para usar transacciones de retirada de efectivo en cajero. El estafador contaba así con dinero en efectivo directamente en un cajero sin tener que dejar ningún tipo de identificación.
El perjuicio total asciende a los 16.730 euros. Es más que probable que se puedan presentar más denuncias. Los arrestados han pasado a disposición del Juzgado de Instrucción en funciones de Guardia de Valladolid decretando su libertad con cargos.