El Zambrana es un centro para menores que cumplen medidas de internamiento que vienen impuestas por los Juzgados de Menores y que están establecidas en función de la gravedad del delito que éstos cometan. Se ubica en la calle Miguel Ruiz Temiño, 2 de Valladolid, dentro del barrio de Las Delicias.
Se trata de un lugar que actúa en permanente coordinación con fiscales, jueces, y fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. También coopera con las consejerías de Sanidad y de Educación con el fin de prestar la atención necesaria a los menores que allí se encuentran.
En la estancia en el lugar, los menores realizan allí actividades formativas, deportivas y educativas. También, en cumplimiento de las medidas judiciales interpuestas, se complementan con el desarrollo de programas de intervención en el área psicológica, pedagógica, educativa y social. También de prevención de comportamientos violentos, con talleres prelaborales de carpintería, jardinería o albañilería.
El centro saltó tristemente a la actualidad el pasado 4 de marzo de 2022. Un menor tunecino de 14 años fallecía en la noche del 3 de ese mes tras ser reducido por el personal de seguridad. Así lo confirmaba la consejera de Familia e Igualdad, Isabel Blanco, en una rueda de prensa ante los medios de comunicación. “El personal inició medidas de contención por conductas disruptivas del menor. Éste se resistió, y al final de la intervención, el joven no respondía”, añadía la consejera que aseguraba que tras avisar al Servicio de Emergencias 112 y tras varios intentos de reanimación se confirmaba su fallecimiento.
Unos meses más tarde, en junio, la jueza del Juzgado de Instrucción que llevaba el caso archivaba la investigación del fallecimiento del joven concluyendo que su muerte no se debió a la acción de los guardias de seguridad sino que la muerte fue natural.
Fuentes consultadas por EL ESPAÑOL de Castilla y León han informado a este periódico de que, en los últimos días, concretamente los diez últimos, se han producido un total de cuatro agresiones. Dos de ellas, sobre educadores. Otra a un interno, el menor que asesinó el pasado verano a su madre en el barrio de La Rondilla de Valladolid y la última, esta semana, de un interno a una vigilante de seguridad.
Desde la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades, y en declaraciones a este periódico, aseguran que “de menores no hablamos” y añaden que el Centro Zambrana es “de reforma y socialización” y que “en estos últimos casos, como siempre que se produce algún incidente o agresión, se cumplen los protocolos establecidos legalmente”.
Las fuentes consultadas por este medio aseguran que los educadores, hace 20 días, tenían una manera de actuar con los internos cuando tenían algún incumplimiento con la correspondiente consecuencia manifiesta que ahora han cambiado.
Aseguran que desde que se ha modificado esta forma de proceder contra los internos, tendiendo a unas medidas más laxas, es cuando se han producido las cuatro agresiones en apenas diez días.
Añaden que un mal comportamiento ha de ir acompañado de una medida notoria para que sepan que esto tendrá sus consecuencias. También apuestan por privar a los que se portan mal de ciertos incentivos porque, al final, el que tiene una buena conducta, se encuentra en las mismas circunstancias que el que no.
El revuelo de las últimas fechas pone en una situación límite al Zambrana a la espera de que la situación interna se relaje.