La Semana Santa vallisoletana está llena de particularidades. Casi todas las cofradías de la provincia albergan características y curiosidades que le hacen diferenciarse del resto, aunque nada comparado con algunas como la Real Cofradía Penitencial del Santísimo Cristo Despojado, Cristo Camino del Calvario y Nuestra Señora de la Amargura, una cofradía que nació el 23 de diciembre 1943 en el seno de la Juventud Obrera Católica (JOC), un movimiento de jóvenes cristianos trabajadores que, aunque en sus orígenes no eran cofrades, empezaron a procesionar en 1930, y que siempre ha logrado llamar la atención de propios y extraños por ser la única hermandad de Valladolid que no utiliza capirote.

Tal y como ha revelado Tomás Ángel Santos Cano, el presidente de la cofradía en una entrevista exclusiva a EL ESPAÑOL – Noticias de Castilla y León, esto se debe a una concesión arzobispal que se remonta a 1930, cuando la JOC empezó a procesionar, haciéndolo a cara descubierta por tratarse de una agrupación y no de una cofradía como tal, pues esta no se formó hasta 1943.

Sin embargo, dado que en 1968 la cofradía se separó de la JOC para empezar a funcionar de manera independiente, los cofrades decidieron consultar al arzobispado si podían continuar procesionando a cara descubierta o si, por el contrario, al haberse constituido como una cofradía independiente tenían que confeccionar un hábito con capirote incluido.

“En plena restauración de la Semana Santa de Valladolid, el arzobispo Gandásegui encargó a la JOC, en su afán de volver a potenciar la Semana Santa, el acompañamiento del paso del Despojo, que estaba en el Museo de Bellas Artes. En el año 68, cuando la cofradía se separa de lo que es la JOC, se hizo una consulta al arzobispado para ver si se nos aprobaba mantener nuestra seña de identidad de procesionar sin capirote, o si teníamos que incorporarlo a la hora de confeccionar el hábito. El arzobispo nos indica que no puede haber cambio, que la cofradía se estableció con ese carácter y que, por lo tanto, así debía continuar. Entonces se confeccionó el hábito sin capirote y con los colores y rojo y crema, que eran los colores del escudo de la JOC. El crema por el tema de la pureza de la juventud y el rojo por el esfuerzo y el sacrificio del trabajo, puesto que eran jóvenes trabajadores”, ha explicado el presidente.

Desde su punto de vista, aunque en la ciudad del Pisuerga existen 20 cofradías penitenciales, realmente la que más penitencia hace es la del Santísimo Cristo Despojado “porque somos los que damos testimonio de fe a cara descubierta y porque eso hoy en día es un sacrificio”. Sin embargo, para ninguno de los casi 450 cofrades que conforman la agrupación esto resulta un impedimento, sino todo lo contrario: “Los que estamos aquí sabemos que nuestra cofradía tiene esta particularidad, no nos molesta en absoluto. Nosotros salimos con todas las consecuencias y para nosotros es un orgullo el mostrar a cara descubierta nuestro compromiso cofrade”, ha añadido.

Pero esta no es la única particularidad que define a esta conocida cofradía. Tal y como ha apuntado Santos Cano, “otra de las cosas que nos diferencia del resto”, además de disponer de la primera banda de cofradías que procesionó en Valladolid, la cual se remonta a 1945, es la especial relación que mantiene con la Familia Real española. Un vínculo cuyo origen está en 2009 cuando la reina Sofía aceptó ser la madrina de la talla del Cristo Camino del Calvario, que se consolidó con el nombramiento de su Majestad como Hermana Mayor Honoraria de esta penitencial y que culminó en 2016 cuando el rey Felipe VI concedió a la hermandad el título de Real Cofradía: “Nosotros cursamos las invitaciones sin ningún tipo de esperanza, pero fue tal nuestra sorpresa cuando las aceptaron. Tener a un miembro de la Casa Real como parte de la cofradía para nosotros es un verdadero orgullo”, ha apuntado Tomás.

Procesiones e imágenes de la Real Cofradía del Santísimo Cristo Despojado

La Real Cofradía Penitencial del Santísimo Cristo Despojado, Cristo Camino del Calvario y Nuestra Señora de la Amargura, “una cofradía de clase media, humilde y sin pretensiones", en palabras de su presidente, procesiona “casi todos los días de la Semana Santa”.

Se estrena el Domingo de Ramos en la Procesión de Las Palmas con la participación de la sección infantil, vuelve a pasear sus imágenes el Lunes Santo con el paso Camino del Calvario en la Procesión del Santísimo Rosario del Dolor, mientras que el Martes Santo lo hace en la Procesión del Encuentro junto a la Cofradía de las Angustias.

Retoman el Jueves Santo en su procesión titular del Santísimo Cristo Despojado, el Viernes Santo participan en la Procesión General de la Pasión del Redentor con los pasos Camino del Calvario, Preparativos de la Crucifixión y Cristo Despojado, y el Domingo de Resurrección ponen el broche de oro a la Semana Santa en la Procesión del Encuentro del Cristo Resucitado con la Virgen de la Alegría.

En cuanto a las imágenes que esta cofradía pasea cada año, cabe destacar que se tratan de tres tallas propias que encargaron “por necesidad”, cuando los propietarios de las anteriores les comunicaron que no podrían seguir procesionándolas, o bien por razones de culto propio o por sus malas condiciones.

Actualmente, están verdaderamente orgullosos de contar con estas imágenes tan destacadas de la Semana Santa vallisoletana. Sin embargo, sí que en su momento el hecho de que les negaran seguir disfrutando de las que paseaban anteriormente, supuso, para la gran mayoría de ellos, un auténtico drama: “Fueron unos momentos de mucho dolor para la cofradía, pero gracias a eso ahora tenemos nuestras tres imágenes titulares propias que, además, se han conseguido con el esfuerzo de los cofrades y con una muy buena gestión económica”, ha señalado el presidente.

Estas son el Santísimo Cristo Despojado, la Virgen de Nuestra Señora de la Amargura y el Cristo del Calvario. La última tiene su día el Martes Santo en la Procesión del Encuentro, mientras que las dos primeras salen el Jueves Santo, el día grande de la cofradía.

El Santísimo Cristo Despojado se trata de una imagen murciana de 1993 firmada por José Antonio Hernández Navarro, “que sustituye a la del Cristo del Despojo, propiedad de la cofradía de Jesús Nazareno de Claudio Cortijo. Decidieron darle culto propio, entonces nos vimos en la necesidad de hacer esta imagen”, ha aclarado Tomás.

En el año 2000 la cofradía dio la bienvenida a la imagen de Nuestra Señora de la Amargura, creada por el mismo escultor. “Anteriormente procesionábamos una dolorosa, propiedad del arzobispado, que está depositada en la iglesia de San Miguel porque el consejo parroquial decidió que el estado de conservación de la imagen no recomendaba el procesionar, entonces nos encargamos nuestra dolorosa, que es la única que hay en Valladolid en madera policromada, que está de pie y descalza”, ha apostillado.

Tras ella, el Cristo Camino del Calvario, la más reciente. Esta imagen cordobesa de Miguel Ángel González Jurado data del año 2009 y sustituyó al nazareno del conjunto Camino del Calvario después de que el Museo de Escultura notificase que su desmontaje no estaba para nada recomendado y que, por tanto, este no se iba a volver a autorizar.

Además, cabe destacar que la Cofradía del Santísimo Cristo Despojado cuenta también con un conjunto escultórico denominado Preparativos para la Crucifixión, que, casualmente, es el primer paso que acompañó a la JOC y a la cofradía, y que procesiona el Viernes Santo, mientras que el de El Camino del Calvario lo hace, además de este mismo día, el Lunes Santo en la Procesión del Rosario del Dolor.

A estas imágenes se suma la que Tomás Santos define como “la gran desconocida de la cofradía”, el Cristo de la Fe, “un crucificado del año 49 que está hecho en madera de nogal y que, aunque no es una obra de arte comparable a otras, para nosotros tiene un significado muy especial", porque lo hizo un cofrade, Leocricio Rodríguez de Monar, y porque en 2012, después de que Benedicto XVI proclamase el año como año de la Fe, aprovechando que esta era la única talla de Valladolid con esa misma advocación, el entonces Arzobispo, Don Ricardo Blázquez, la decretó imagen jubilar, a la vez que la Iglesia de San Andrés, templo jubilar.