Emilio Rizo (Valladolid, 1957) aún vestía con pantalones cortos cuando salió por primera vez a procesionar con la Cofradía de Nuestro Padre Jesús atado a la Columna a finales de los años 60. "El vínculo con la Cofradía vino directamente de mi padre Don José Luis, que fue el primer presidente en 1941", comenta en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León. Casi seis décadas después, la familia de Rizo al completo sale cada Semana Santa a procesionar y a vivir en familia unas jornadas que califica como "muy emotivas".

Siguiendo la estela del abuelo, del padre y de la madre, Inmaculada, los hijos de este cofrade, Álvaro y Javier, forman parte también de la Hermandad desde su infancia. Además, las esposas de los hijos, Elena y Lorena, y el nieto mayor de Rizo, Francesco, de ocho años de edad, se han unido también a la Cofradía siguiendo la tradición familiar. Una costumbre que se extiende también a sus hermanos y sobrinos.

"Son unas fechas que vivimos en familia de forma muy intensa y de reencuentro familiar con los que viven lejos", asegura Rizo. Este cofrade señala que, perteneciendo a la Hermandad, "formas parte de una tradición" y que tan solo llegas a ser "un eslabón más". "Veo esa transmisión como algo natural", afirma, señalando que la motivación básica para pertenecer a la Cofradía es tener "un mínimo de religiosidad" y devoción a la imagen titular, 'El Señor atado a la columna', de Gregorio Fernández (1619). "Es maravillosa y te habla cada vez que la miras", señala emocionado.

Rizo destaca que la base de esa transmisión de padres a hijos es la de "predicar con el ejemplo". "Por más que quieras explicar todo lo que quieras a una persona para convencerla, lo más sencillo es que te vean a ti y en ese ejemplo es donde ellos se miran", afirma. Este cofrade asegura que cuando eres pequeño "te quedas en lo anecdótico" pero que eso, pasados los años, es insuficiente. "Tienes que tener ese trasfondo de: yo salgo y me visto de esto por un motivo, y ahí es donde viene el apoyo de la fe, la base cristiana y la devoción a la imagen", asegura.

Para el padre de familia, es fundamental que los hijos vean "que participas, que te implicas y trabajas con la Cofradía". "Ellos ya valorarán si lo que tu haces les parece bien y si ellos quieren seguir por el mismo camino", afirma, señalando que siempre ha tratado de facilitarles las cosas pero que nunca les ha impuesto nada. "Si en casa ven que es una cosa a la que das importancia, muestran interés, y después hasta donde lleguen es cosa de ellos", asegura.

Rizo destaca que nunca ha "obligado" a sus hijos a salir a procesionar y no se declara partidario de que los niños salgan siendo muy pequeños, con la penitencia "física" que implica, porque "quitan seriedad y emotividad a la procesión". Con todo, destaca que una vez se ha transmitido esa devoción está en manos de cada persona seguirla. "Tu puedes encender la cerilla con el primer raspón pero luego tiene que mantenerse ella sola contra viento o marea", apunta.

Toda una vida vinculada a la Cofradía

El padre de Rizo, Don José Luis, volvió a ser presidente de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús atado a la Columna en 1998, pocos años antes de fallecer en 2006. "Él siempre siguió la Cofradía con mucho detenimiento y mucho cariño y es algo que nos inculcó a varios de sus hijos y que yo he inculcado también a los míos en la medida de lo posible", afirma, recalcando que "no deja de ser una opción personal".

Este cofrade asegura que procesiona desde que tiene "uso de razón" y echa la vista atrás para recordar la desorganización de los ficheros de la Cofradía en aquellos años hasta que en las décadas de los 70 y los 80 se llevó a cabo una reorganización y se integraron las hermanas de devoción. Rizo menciona que su vínculo con la cofradía, además de por ser cristiano convencido, se basa en la devoción a la imagen titular de la Hermandad, el Señor Atado a la Columna, de Gregorio Fernández (1619).

El padre de familia destaca que, a pesar de que algunos miembros de su familia viven fuera de Valladolid, vienen en Semana Santa y están en la ciudad "todo lo que pueden". "Son unas fechas en las que les gusta estar", afirma. Además, Rizo comenta que tiene un segundo nieto recién nacido que todavía no está en la Cofradía. "Pero no tardará", señala entre risas.

La Cofradía de Nuestro Padre Jesús atado a la Columna sale a procesionar el Lunes Santo en la procesión del Rosario, el Martes Santo en la de la Peregrinación y la Promesa, que es su procesión titular, y el Viernes Santo en la Procesión General. "El miércoles se hace un acto dedicado a los enfermos, este año en la Iglesia de Santa Isabel con el Cristo de la Humildad", comenta.

Para este cofrade la Semana Santa de 2023 supone la vuelta a la normalidad "con total naturalidad". "Volvemos una vez más, seguimos aquí y con mucho orgullo, con mucha fe y mucho cariño volvemos a salir y a acompañar a nuestro Cristo", asegura. Una vida dedicada a la Cofradía y una pasión transmitida de generación en generación.

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