Un mar morado de sensaciones en el único centro de interpretación de la lavanda de España

Los pueblos no sólo tienen tradiciones y espacios llenos de historia, sino que también albergan grandes secretos que pueden sorprender hasta a los propios habitantes de la zona. Eso es lo que ocurre en Tiedra, un municipio ubicado a 60 kilómetros de la capital, que esconde el primer centro de interpretación de lavanda de España.

Casi 20 años aprendiendo sobre esta planta aromática tan exótica. Un negocio familiar que surgió gracias a varias pruebas que realizaron para ver si se daba el cultivo en la zona. Fue en 2008 cuando se lanzaron a montar la destilería. Todo vino porque encontraron una antigua en un pueblo zamorano muy próximo. “A medida que hemos ido poniendo en producción los campos, hemos visto que es un atractivo, que la gente viene a verlo. Les interesa este mundo y los procesos de destilación. Nos permite dar una salida turística cuando los campos no están en pleno rendimiento”, afirma la dueña Luz Ruiz. 

Lo cierto es que esta planta cuando está en auge es en verano. Esto es lo que los llevó a mirar más allá y crear este centro de interpretación, inaugurado en 2019, que ofrece una visita “muy agradable” con una tienda de productos como el aceite esencial y aquellos que van haciendo con este ingrediente principal. Quizá muchas personas se pregunten cuál fue el motivo de apostar por la lavada, ella lo tiene claro: “Estamos en una zona con terrenos difíciles y no te puedes plantear muchas alternativas. Sin embargo, la lavanda se da de modo silvestre porque no requiere unos suelos muy fértiles. Es una apuesta agrícola y también vimos que tiene tirón turístico”.

Campos de lavanda

Mediante esta visita van aclarando todas las dudas que puedan existir: son o no silvestres, si se usaban en la historia, cómo se empezó a cultivar, cómo es el aceite esencial y de qué manera se obtiene, qué otros productos se pueden tener de ella, cómo se usa en perfumería; estas son algunas de las más frecuentes. También tienen gran bibliografía, aspectos de la historia y literatura. La gente, además de “pasar un rato agradable”, también sale “con datos” sobre este maravilloso y desconocido mundo. Personas que se animan de todos los puntos del país y, con más afluencia, de la zona del País Vasco, Galicia o Asturias.

Una de las incógnitas de muchas personas es cómo se puede plantar este tipo de planta en casa porque hay gente que no lo logra en sus jardines. “A veces es exceso de cuidado”, apunta Luz. Motivo por el que recomienda “poner unas piedras debajo del jardín o semillero”. La lavanda requiere humedad, pero no mucha y necesita tener muchísimo sol.  

En concreto tienen cerca de 500 hectáreas, aunque no todas están en Tiedra sino que las hay repartidas por otros pueblos vallisoletanos. Durante el año, normalmente, hay una o dos personas tanto en el centro de interpretación como en los propios campos, pero en verano aumentan hasta seis.

Centro de interpretación de lavanda

Una experiencia con los cinco sentidos

Viajar hasta allí es una experiencia de los cinco sentidos. Hemos hablado de la vista con esos hermosos campos. También del oído con la paz que da el visitar estas tierras mientras escuchas el sonido de los pájaros. El olfato es, sin duda, el sentido estrella por el gran olor que desprenden las plantas aromáticas. El tacto porque se puede experimentar con ellas en el centro de interpretación y, tan solo quedaría uno: el gusto. Pero es que se han encargado de cumplirlo con la lavandeta y su amplia oferta de degustación.

Se trata de una pequeña furgoneta que les permite hacer catas. “La idea la desarrollamos en la pandemia porque la gente venia a visitarnos y nos preguntaba por bares. Por eso, incorporamos esta foodtrack”, afirma. Y es que la degustación es “muy interesante” en este lugar donde cuentan con licores, helados, chocolates y algún que otro producto con ese sabor a esta planta aromática.

La lavandeta

La realidad virtual es una de las acciones que han promovido este año. Han desarrollado una aplicación con un par de gafas y cuando acuden al centro pueden ponérselas y disfrutar aún más de la experiencia. “A veces vienen en épocas donde no está la lavanda en flor. De esta forma, todo el mundo lo puede ver y coger un ramito virtual”, asegura la dueña. Un recurso que a la gente joven le ha “encantado” y a la mayor “aún más”. Además, tienen photocalls para que aprovechen la visita y se hagan unas fotos para el recuerdo.

"Tenemos que cambiar la tendencia de abandonar los pueblos"

Luz Ruiz tiene claro que “los pueblos tienen que ir a más en cuestión de proyectos” puesto que se puede emprender “igual” que en una ciudad. Reconoce que hay cuestiones más complicadas como pueda ser el desplazamiento, pero también hay ventajas como que es “más barato o se pueden desarrollar ideas más novedosas”. Por todo ello, cree que se debe “cambiar la tendencia de abandonar los pueblos” ya que tienen “mucho potencial”.

Tiedra, a su juicio, es un pueblo “precioso” en el que está “contentísima”. Un lugar en el que hay “muchas cosas como un castillo, ermita, un centro astronómico”. Lo que busca es compatibilizar esta visita con otros recursos de la zona como, por ejemplo, visitas a las bodegas.

Luz Ruiz en los campos de lavanda