EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León pilla a Raquel Sánchez Blanco de vuelta, este lunes, a su tierra. La vallisoletana, de 23 años, que vive en Arroyo de la Encomienda, ha completado un certamen, el de Miss Mundo España, con cuya participación está “satisfecha y muy contenta”, confiesa.

Graduada en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, actualmente se encuentra estudiando un Máster de Educación Secundaria. Esta amante de pasar tiempo con sus amigos y su familia y de los viajes, con el deporte como pilar de su vida, no dudó en, cuando se lo plantearon, representar a Valladolid en el certamen de belleza.

Apasionada de una gimnasia rítmica que siempre está en su cabeza, a los siete años se adentró en este bello deporte para practicarlo durante dos lustros. Ahora transmite a sus pequeñas pupilas del Club Deportivo Parque Alameda de la ciudad del Pisuerga todos sus conocimientos. A chicas de entre cinco y 17 años.

Raquel partió el pasado domingo, 30 de abril, rumbo a tierras tinerfeñas. Desde ese domingo y hasta el día de la gala final, que se celebró el sábado, 6 de mayo, ha disfrutado de una experiencia que califica como “súperpositiva”, saliendo fuera de su zona de confort, aprendiendo del mundo de las pasarelas y haciendo amigas, como confiesa en declaraciones a este periódico.

Recuerda toda la experiencia, con visitas a diversos puntos cercanos a Los Realejos, donde se celebró el concurso, pero, sobre todo, la noche de ese sábado 6 de mayo. “Ese día es el más intenso. Demuestras todo y se mezcla la alegría y la tristeza de saber que este sueño se acaba”, añade.

Primero se desarrolló un desfile general con las 52 participantes con sus trajes regionales. Ahí se produjo un corte. 26 de las mujeres seguían en concurso, entre ellas, la vallisoletana. A continuación, con un traje más festivo, de cocktail. Raquel también consiguió superar ese cribado para colarse entre las 12 participantes más guapas de España.

Sin embargo, en el siguiente desfile, con traje de noche y en el que solo podían quedar seis, la residente en Arroyo de la Encomienda, tuvo que decir adiós. Fue la única representante de Castilla y León en llegar tan lejos.

“Estoy sumamente feliz. Hay muchas niñas que van muy preparadas al concurso. El certamen es un escaparate que te abre muchas puertas. Me han ofrecido presentarme a otro el próximo año, pero lo estoy meditando”, afirma tras esta primera experiencia.

Raquel no cierra puertas al mundo de la moda “si surgen oportunidades que merezcan la pena” pero “nunca dejando de lado el futuro laboral de lo que ha estudiado”, finaliza con las ideas claras.

 

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