Los testigos de Jehová suman en España 120.614 adeptos de los 46,7 millones de habitantes que tiene nuestro país. Es decir, que uno de cada 389 españoles es testigo de Jehová. Un dato que no ha hecho falta calcular porque lo ofrece la propia organización en su archiconocida web oficial JW.org. Una máquina bien engrasada para proporcionar información constante a sus fieles "que sirve para alimentar intelectual, espiritual y hasta el entretenimiento de su comunidad para evitar lo que ellos llaman perderse en las cosas mundanas (mundo fuera de la organización)".
Así lo explica el miembro fundador de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas, Luis Santamaría para EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León. Este zamorano lleva 25 años de carrera estudiando esta organización religiosa y denunciando su actividad como "secta" por la forma en la que "moldean y controlan" todos los aspectos de la vida de sus seguidores.
Luis Santamaría explica que la base principal de su forma de operar se basa "en la segregación social total de sus miembros". Es decir, aislar a los testigos de todo contacto con el mundo exterior y conseguir que la organización sea la única vida que conozcan y con la que tengan apego. Todo a través de justificar con textos bíblicos "cogidos con pinzas y retorcidos" todas las restrictivas normas de comportamiento y pensamiento que imperan en los salones del reino (lugares de culto de los testigos de Jehová). "No tienen un propósito religioso, sino de puro aislamiento", indica Santamaría, como clave para conseguir adeptos "extremadamente fieles" y que no se plantean dudas sobre la organización.
De hecho, recuerda Luis Santamaría que durante los primeros años de popularización de Internet, los testigos de Jehová "fue una secta que destacó a nivel mundial por su rechazo a esta herramienta". Los ancianos (coordinadores de las congregaciones) y todos los predicadores de la época inculcaban fervientemente que los testigos tenían que alejarse de Internet "porque era un lugar donde solo había delitos, tráfico de drogas, pederastia o pornografía".
Pero "la verdadera razón" por la que la organización quería alejar a sus fieles de esta popular herramienta era evitar que pudieran acceder a información sobre exmiembros que habían abandonado la organización religiosa, a textos que rebatieran las enseñanzas que tan calculadamente se habían encargado de inculcar o "acceder a publicaciones que ellos mismos habían retirado porque habían cambiado las normas a su antojo". Santamaría relata que para ellos era una forma de evitar "una crisis de conciencia".
Ángel
Este fue precisamente el caso de Ángel. Un palentino que emigró de niño a Francia, para luego volver a Valladolid, y que ha sido testigo de Jehová durante 53 años. Medio siglo de vida dedicada a la organización, donde solo impera una verdad, y que acabó abandonando, precisamente, al tener acceso a información a través de Internet.
Este hombre entró en los testigos de Jehová a los nueve años, en 1967, por su madre, quien había vivido un trauma porque él había sufrido un gravísimo accidente de tráfico "que casi me mata". Así, su madre recibió la visita de los publicadores (personas que reparten sus publicaciones puerta por puerta) y acabó metida en la organización en Francia, junto a sus hijos, pero sin su marido y padre de Ángel.
"Todo tu mundo son los testigos"
Por tanto, Ángel pasó toda su infancia en el seno de los testigos de Jehová. Él mismo relata que la vida gira por y para la organización. "Todo tu mundo son los testigos. Amigos, familia, cultura, educación, ocio o relaciones. Todo tiene que ver con ellos", detalla. Desde niños, los testigos se pasan "entre dos y tres horas diarias" en los salones del reino leyendo y aprendiendo los textos de la 'Traducción del Nuevo Mundo', la Biblia de los testigos de Jehová. "Exigen que los niños estén quietos y atentos a las lecturas. No nos dejaban ni mover y el que no lo hiciera recibía cachetes y lo castigaban", detalla.
Una entrega completa a su religión que no daba lugar a otro tipo de desarrollo propio de su edad. Ángel recuerda que volvía del colegio y "tenía que ponerme inmediatamente a estudiar los textos, no se podía jugar o divertirse" y mucho menos hacerlo con personas de fuera de la organización. Cuanta menos interacción con el mundo exterior mejor. De hecho, aunque sí se permite cursar la educación obligatoria, no se ve con buenos ojos acudir a la universidad o cursar estudios superiores.
Ángel volvió a España, concretamente a Valladolid, en 1977, y ya por aquel entonces recuerda que "era un rebelde, no seguía los preceptos a rajatabla y salía con chicas". Porque este es otro de los preceptos clave de la organización. Los testigos de Jehová no aceptan relaciones extramatrimoniales, mucho menos para las mujeres. Pero, además, si uno de sus miembros decide mantener una relación formal con alguien de fuera de la organización, "su pareja tiene que unirse a los testigos o será censurado".
Pese a todo, y aún haciendo una vida "secreta" donde salía y sí mantenía relaciones con mujeres, la relación de amistad con otro miembro de los testigos acabó llevándole al estudio de los preceptos. Y tras "las presiones de mi madre", se bautizó con 19 años y fue ascendiendo hasta convertirse en precursor regular, quienes dedican 70 horas mensuales a predicar; y para ello "muchos consiguen empleos de media jornada", tal y como indica la propia página de la organización.
De hecho, durante buena parte de su vida, la profesión de Ángel fue camionero. Algo que le permitió tener una vida algo más alejada de los testigos de Jehová y que acabó derivando en inquietudes por cuestionarse los preceptos de la organización. "Yo sí pude conocer gente, tener relaciones, amigos, estudiar ciertas cosas que no se permitían, ver películas o televisión, que no estaba permitido y saber más del mundo", detalla.
La censura
Esta misma web oficial de los testigos de Jehová indica que la censura es utilizada por los ancianos "para convencer a otros de que han errado a fin de moverlos a reconocer sus faltas y corregirlas" y que se aplica con "quienes cometen males graves, incluso en la presencia de otros que tienen conocimiento del proceder pecaminoso. Esta censura no se reserva solo para quienes son receptivos a ella, pues también se ordena a los ancianos que censuren a los que contradicen y que censuren con severidad a los que son ingobernables y habladores sin provecho". Todo apoyándose en los textos supuestamente sagrados de su 'Traducción del Nuevo Mundo'.
Una censura supone que ningún miembro de la congregación puede dirigirte la palabra
En efectos prácticos, la censura supone que los ancianos anuncien ante todo el salón del reino que una persona ha sido reprobada por la organización por un comportamiento que consideran inapropiado. Es decir, que el núcleo base de tu vida social y familiar pasa a conocer de forma pública que has cometido un supuesto pecado. Y con las relaciones tan restrictivas que se establecen, casi exclusivamente entre otros testigos, la presión y carga mental "te machaca por entero".
Pero la cosa no acaba aquí. La censura no solo supone esta reprobación pública, sino que a partir de su anuncio, ningún miembro de la congregación "puede dirigirte la palabra". Una medida que los testigos toman, en teoría, para mostrar su rechazo a este pecado y alejarse así "del mal cometido" por el censurado. Desde la organización defienden que no se obliga a los miembros a no hablar a los censurados, pero testimonios como el de Ángel corroboran que la propia presión de la organización hace que así ocurra.
Esto significa que una persona criada o que lleva muchos años en los testigos de Jehová pasa a encontrarse "completamente aislado" dentro de su propia sociedad. La única que conoce, puesto que el contacto con el resto del mundo es "el estrictamente necesario". Esto crea, en opinión de Luis Santamaría a personas "completamente atemorizadas y sumisas" que se ven obligadas a seguir los preceptos de la organización por el miedo a perder, aunque sea de forma temporal, a todas las personas de su alrededor.
Ángel recuerda bien las dos censuras que vivió durante su pertenencia a los testigos de Jehová. La primera llegó en 1979, cuando él contaba 21 años y fue por fumar. "Me fui con una chica y fumaba como ella, pero solo le conté a los ancianos que fumaba, no que había tenido relaciones con ella", detalla.
Los censurados deben contar con todo lujo de detalles su 'pecado' y mostrar arrepentimiento para poder volver a formar parte normal de la organización
Y es que el control que la congregación ejerce en sus miembros llega hasta el punto de que los censurados deben contar con todo lujo de detalles su 'pecado' y mostrar arrepentimiento para poder volver a formar parte normal de la organización. En el caso de Ángel, él prefirió ocultar sus relaciones fuera del matrimonio con esa mujer, pero otros casos documentados a lo largo del mundo explican cómo tuvieron que detallar relaciones sexuales, masturbaciones o tendencias sexuales no aceptadas como la homosexualidad. Un relato descarnado de las intimidades de los individuos ante quienes son la máxima autoridad de sus congregaciones.
Pero la censura no llega solo a las relaciones afectivas. Los testigos de Jehová tampoco pueden celebrar cumpleaños o Navidad. Luis Santamaría explica que esto "marca mucho, especialmente en la infancia". Y es que los testigos acuden a los colegios con el resto de los niños, pero "cuando se celebra un cumpleaños no pueden aceptar ningún obsequio que un compañero lleve para el resto de los alumnos o participar con algún tipo de celebración que se produzca".
Los testigos de Jehová explican detalladamente en su web oficial los motivos por los que prohíben a sus fieles la celebración de sus cumpleaños. "Estamos convencidos de que Dios no quiere que lo hagamos", indican en su página, y aunque admiten que la Biblia no especifica tal cual ese punto, se apoyan en sus textos para justificar dicha celebración como algo maligno, que sigue creencias religiosas falsas (costumbre pagana), o que "la Biblia no dice en ninguna parte que un siervo de Dios celebrara un cumpleaños".
"Una legión de ciegos obedientes, que no tienen posibilidad de razonamientos ni crítica interna"
"Retuercen las escrituras para su propio beneficio", apunta el experto zamorano. Todo con la intención de crear restar individualidad y focalizar toda la importancia en Dios creando "una legión de ciegos obedientes, que pierden su propia lectura personal, para que no tengan posibilidad de razonamientos ni crítica interna", detalla Santamaría.
Normas de lo más rocambolescas y que llegaron, por ejemplo, a censurar a Ángel por padecer una enfermedad. Este exmiembro sufrió en 2017 dos enfermedades llamadas bromhidrosis e hiperhidrosis, las cuales generan una sudoración excesiva en las personas y un olor corporal exagerado o anormal provocado "por la descomposición de la secreción de las glándulas sudoríparas y de los residuos celulares realizada por bacterias y levadura".
Este hombre fue censurado públicamente "por guarro", y el resto de los miembros de la congregación dejaron de dirigirle la palabra por dicho motivo. Todo pese a que él asegura que presentó todos los informes médicos ante el comité judicial de ancianos. "No me creyeron, dijeron que era un guarro, que no me lavaba y que por eso olía mal", relata. Así que al mal trago de sufrir una enfermedad como esta se sumó el trauma de ser señalado por su propia comunidad.
La revelación de Ángel
Pese a haber pasado más de cincuenta años en la organización, Ángel recalca que "siempre fui un rebelde". Razón por la que cree que no alcanzó el estatus de anciano dentro de los testigos. Y asegura que fue esa rebeldía y su propia inquietud la que le llevó a investigar sobre el origen de los preceptos, normas y textos que tan a fuego inculcaba la congregación a sus seguidores.
Así, este hombre comenzó a buscar en bibliotecas libros sobre religión y sobre los propios testigos, también en Internet, donde encontró publicaciones y testimonios de exmiembros de la organización, que narraban todas "las cosas horribles" que habían vivido y que, una vez fuera, habían descubierto que no eran ciertas.
Pese a "saltarse las normas" de leer y buscar información no permitida, Ángel, por sus conexiones dentro de la propia organización y su alto estatus no fue nunca expulsado. "Me avisaban continuamente de que tenía que dejar de buscar esas cosas, de cuestionarme los preceptos y los textos y no preguntar tanto", detalla.
Pero todo lo que descubrió sobre la 'Traducción del Nuevo Mundo' y las "retorcidas" aplicaciones que los testigos hacían para controlar a sus fieles fue demasiado para él y abandonó la organización en 2020. Una durísima decisión, porque buena parte de su familia, su ahora exmujer y amigos desde hace décadas pasaron a tratarlo como 'apóstata'. Para los testigos, los apóstatas "están en su contra y todo lo que dicen es que están hablando por el diablo".
Por supuesto, el contacto con estos miembros expulsados o que abandonaron la organización debe ser nulo, porque creen que "no solo abandonan la fe verdadera, sino que luego 'golpean' a sus excompañeros mediante el uso de la crítica pública y otros métodos para estorbar la obra de estos; los esfuerzos de tales apóstatas tienen el fin de derribar, no de edificar". Una forma de neutralizar las voces críticas de aquellos que se fueron de la organización y que cuentan sus experiencias o luchan por ser reconocidos como víctimas de los testigos de Jehová.
La Asociación Española de Víctimas de los Testigos de Jehová pide resarcimiento por la "muerte social" que supone una expulsión
De hecho, Ángel pertenece a la Asociación Española de Víctimas de los Testigos de Jehová, la cual ha sido denunciada por los propios testigos por un delito contra el honor, por considerarse víctimas. En concreto, esta asociación pide resarcimiento por la "muerte social" que supone una expulsión, donde cualquiera de sus miembros cortan cualquier contacto con estos, "porque quienes se arriesguen a hacerlo puede enfrentarse a un comité judicial o ser también expulsados".
Él mismo decidió abandonar Valladolid tras su salida de los testigos porque todo aquel que le fue cercano le abandonó por completo. "Me insultaron, me rechazaban, no me dejaban hablar con nadie y estaba muy mal", explica. Ahora ha rehecho su vida en Madrid con otra pareja y no quiere volver a saber nada de la organización.
El miedo
De hecho, asegura que no tiene miedo de contar su experiencia, pero sabe de muchos otros excompañeros que sí lo tienen. "Cuando les expulsan, algunos lo pasan muy mal, no son capaces de enfrentarse al mundo fuera de los testigos y algunos se suicidan porque no lo pueden soportar".
Esa soledad total y absoluta de quien de la noche a la mañana pierde a todas las personas de su entorno es, en muchos casos, devastadora. Un aislamiento que "sirve" en muchos casos para que algunos de ellos regresen al seno de la organización para no perder el contacto con familiares y amigos. "Es una clientela cautiva", apunta Luis Santamaría, que ve en ese aislamiento la forma perfecta para mantener a sus fieles sumisos.
Esto explicaría por qué estos miembros que regresan tras una expulsión soportan las "palizas espirituales", como las define Ángel, a las que se someten a su vuelta. "Tienes que demostrar que estás arrepentido, te someten a muchísima presión y hacen sufrir a quienes vuelven para que se arrepientan de sus pecados y para que sirvan de ejemplo a los demás", detalla. También cree que ese es el motivo por el que muchas víctimas aún no se atreven a contar sus experiencias: "No quieren perder a sus familias, ni el mundo que conocen, y aún expulsados, no quieren cerrar del todo la puerta a poder volver o a tener el mínimo contacto con sus seres queridos".
Aceptados en la sociedad
El 29 de junio de 2006, la Comisión de Libertad Religiosa en España reconoció a los testigos de Jehová como de 'notorio arraigo' en España. Unos meses más tarde, el 16 de enero de 2007, el Gobierno de España comunicó oficialmente este reconocimiento de confesión a los testigos. Un hecho que fue celebrado de forma masiva en Madrid con varias ceremonias y un bautismo masivo.
Por lo tanto, está considerada una religión más están exentos de pagar el Impuesto de Bienes Inmuebles en los bienes destinados al culto y del Impuesto de Sociedades, como la religión católica, ortodoxa, musulmana o mormona. Luis Santamaría explica que esta normalización de los testigos y que no se haya considerado nunca como secta responde a que "sus miembros pertenecen al estrato medio-bajo de la sociedad, es fácil empatizar con ellos porque no parece que quieran enriquecerse, sino que muestran que son personas convencidas en su fe y con un buen comportamiento, que no da problemas".
"Tienen interés en captar cuanta más gente mejor, de hecho, capta a discapacitados"
Santamaría detalla que los testigos cuidan mucho su imagen de cara al exterior. "Algo que podemos ver simplemente por como visten sus predicadores, con traje y corbata ellos; y con falda larga ellas", explica. A diferencia de otros grupos, Santamaría apunta a que "tienen interés en captar cuanta más gente mejor, de hecho, capta a discapacitados".
Pero para este experto esta inclusión solo responde a motivos de imagen, para "intentar mostrar que es una organización benéfica que hace el bien a todos, aunque su verdadero interés es nutrir sus filas". ¿Y para qué? Pues según este experto los ocho millones de testigos que hay por el mundo "son trabajadores gratuitos de la secta". Una maquinaria de trabajo 'voluntario' para seguir alimentando "el gran emporio editorial e inmobiliario" que poseen.
Y es que, los publicadores entregan gratuitamente los libros y las copias de La Atalaya (su revista religiosa) por la calle o en las viviendas, pero "previamente estos testigos los han pagado de su bolsillo". En este caso, el beneficio económico se obtiene de los propios adeptos que "convencidos de que están en la religión verdadera y atemorizados por el Armagedon (el fin del mundo para los testigos) desean convencer al mayor número de gente posible para su salvación".
Ángel recuerda bien la gran editorial que los testigos tienen en la carretera de Ajalvir a Torrejón (Madrid). "Es un negocio muy lucrativo, los obreros que trabajan allí no cobran un duro y se trata de una de las imprentas más importantes de España para hacer los libros que venden a los testigos", recuerda.
Héroes fabricados por su propio medio de comunicación
Quizá uno de los preceptos que más polémica genera entre la población general es la prohibición de los testigos de recibir transfusiones de sangre o de no ingerirla en ningún alimento. En los últimos años se han publicado casos de personas que se han encontrado al borde de la muerte o, incluso, han fallecido por rechazar este tipo de intervención médica.
Una vez más, la web oficial de los testigos de Jehová tiene respuesta para cualquier duda. En una de sus millones de publicaciones (traducidas a prácticamente todos los idiomas) explican que su negativa a recibir sangre por necesidad médica proviene del Antiguo y el Nuevo Testamento. "Nos mandan abstenernos de la sangre (Génesis 9:4; Levítico 17:10; Deuteronomio 12:23; Hechos 15:28, 29). Además, para Dios, la sangre representa la vida (Levítico 17:14). Así que los testigos obedecemos el mandato bíblico de abstenernos de la sangre por respeto a Dios, quien nos dio la vida", indican.
Algo que Ángel descubrió, tras años creyendo lo que llevaba escuchando desde niño, que estos textos de la Biblia se refieren a la "sangre animal", no a la humana. También lo corrobora Luis Santamaría como teólogo asegurando que, una vez más, se retuercen los escritos y, donde, "en un texto de hace varios siglos se prohíbe ingerir la sangre de animales, ellos lo aplican a las transfusiones de sangre".
Una creencia completamente incrustada en la mente de los testigos, hasta tal punto que su omnipresente literatura (web, libros, revistas y vídeos) pone ejemplos de esos muertos por negarse a recibir una transfusión como héroes. A lo largo de los años, centenares de publicaciones muestran las historias de esos "ejemplos a seguir, que han dado la vida por Dios, y él les recompensará cuando los resucite", indica Ángel.
Y es que la web JW.org es todo un emporio mediático por y para la difusión y el adoctrinamiento de los testigos de Jehová. No es que sea un simple lugar de consulta de sus preceptos y lo que se suele llamar 'información útil'. Se trata de todo un engranaje de información que no deja absolutamente ni un solo punto sin cubrir.
Todo lo que te puedas preguntar sobre los testigos de Jehová está en su web
A lo largo de este reportaje hemos podido consultar todas y cada una de las dudas sobre las funciones de sus adeptos o los motivos de sus procedimientos. Todo lo que te puedas preguntar sobre los testigos de Jehová está en su web. Un modo de mostrarse "como una práctica de la fe abierta, moderna, adaptada a los tiempos actuales, frente al oscurantismo de todo lo anterior. La mejor alternativa de religión posible", detalla Luis Santamaría.
También responden a las críticas, denuncias y posibles dudas sobre sus prácticas, justificando absolutamente todo "para que sus adeptos tengan una explicación que calme sus dudas y mantenerlos dentro de la organización". Una vorágine de información con la que "no informan de la realidad, pero sí convencen a sus fieles de que aquello que puedan leer o escuchar sobre estas denuncias son obra del demonio". Machacan una y otra vez con sus preceptos y normas a través de todo tipo de material audiovisual o escrito. A tal punto de que tienen su propio 'informativo' (JW Broadcasting), y hasta dibujos animados creados para introducir sus normas desde la más tierna infancia, que normalicen los preceptos que quieren inculcar y alentarles a que se conviertan en miembros activos y fervorosos de la congregación.
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