Castronuño es un bello municipio de la provincia de Valladolid que presume de contar con un espacio único de 8.400 hectáreas que pasa por ser el único espacio de la provincia pucelana que está incluido dentro de la Red de Espacios Naturales. Lleva el nombre de Riberas de Castronuño-Vega del Duero y un espacio que cuenta con una diversidad especial faunística, tanto acuáticas como de aves y, también, con una variedad cromática que le dotan sus especies vegetales entre las que podemos destacar los chopos, la encina o el carrizal.

Además de un especial toque natural, este pequeño pueblo vallisoletano que cuenta en la actualidad y según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) con 812 habitantes, el lugar también presume de contar con establecimientos hosteleros perfectos para hacer una parada y disfrutar de todos y cada uno de los manjares que ofrecen.

La página Gastroranking ha dado a conocer cuáles son los 15 mejores restaurantes de la provincia de Valladolid y en la segunda posición nos encontramos con Casa Pepe, con una puntuación de 9,1 y 219 opiniones, empata en cuanto a nota con el primero de la clasificación que es el Melida Wines, en Peñafiel.

Amparo Fernández Álvarez es la dueña del local desde el año 2017 pero este establecimiento hostelero nació en el año 1996 cuando sus padres decidieron poner en marcha el negocio. EL ESPAÑOL de Castilla y León se entrevista con la cabeza visible de Casa Pepe para conocer toda la historia del lugar.

Los comienzos

Me considero una persona emprendedora y trabajadora. Soy madre y tengo un hijo de siete años. Yo nací en Bilbao, pero, a los cuatro años, mi padre pidió el traslado en Renfe y nos vinimos a vivir a Castronuño. Recuerdo mi infancia de manera muy feliz en la casa de la estación. Fue todo muy bonito”, nos confiesa Amparo.

Fue en el año 1996 cuando sus padres decidieron abrir un restaurante que se ubica en la calle Capitán Nolla número 4. Un establecimiento hostelero familiar que llevaban entre sus dos padres y los dos hermanos, entre ellos Amparo. Nuestra entrevistada se marchará a Valladolid a trabajar a una joyería durante unos años.  Años después, su padre fallece y su madre continuará al mando hasta su jubilación. Ahí será cuando nuestra protagonista, en el año 2017, cogerá las riendas del negocio.

El restaurante y bar era de tipo andaluz. Mi padre era sevillano y mi madre es extremeña. Yo lo pinto y le doy un nuevo aire. Pido una excedencia en el otro trabajo y decido apostar por el restaurante de mis padres abriendo solo viernes, sábados y domingos”, explica la hostelera con orgullo.

Las especialidades

En la actualidad son un total de cuatro, incluyendo a la dueña, las personas que trabajan en el lugar. Continúan manteniendo la esencia con la base de los inicios de Casa Pepe a base de raciones, pero han incluido, en la carta, algunas elaboraciones que enamoran a todos los comensales que con ellas se deleitan.

“En cuanto a las especialidades de nuestro restaurante, tenemos muchas. La cecina, que la cortamos muy fina y la aliñamos con aceite de oliva, limón y pimienta negra y hemos añadido también croquetas variadas. Entre ellas una con queso, miel y nuez. Otra de gambas al ajillo o de cecina. Están buenísimas”, apunta.

Además, no se olvida de citar la carne. Ofrecen solomillo de vaca, entrecot y chuletón, uno de un kilo y para compartir, ni más ni menos. “Lo hacemos a la brasa en una plancha de barbacoa con carbón volcánico. A la gente le encanta y disfruta comiéndolo”, apunta.

El empujón de un ranking

“Estamos en el segundo puesto del Gastroranking que se ha elaborado con las votaciones de los clientes. Sentimos mucha satisfacción porque no nos lo esperábamos para nada. A lo largo del pasado fin de semana muchas han sido las personas que nos han dado la enhorabuena y estamos muy contentos”, añade Amparo.

En un comedor escueto para 25 personas aproximadamente que “siempre se llena”, apunta una apasionada del mundo rural que afirma que “disfruta trabajando en su pueblo”. Un municipio mágico y cargado de naturaleza visitado cada fin de semana por decenas de turistas.

“Ahora mismo no tenemos riesgo de cierre. Cerramos con la pandemia durante un año y medio. Volvimos a abrir el 1 de julio del año pasado”, finaliza nuestra entrevistada.

Larga vida al Restaurante Casa Pepe en Castronuño.

 

 

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