La Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Burgos (TSJCyL) ha confirmado la sentencia dictada en octubre de 2022 por la Audiencia Provincial de Valladolid por la que condena a un varón a cuatro años de cárcel por un delito de abuso sexual cometido sobre su hijastra menor de edad. Además, la sentencia también le condena a nueve meses de cárcel por un delito de exhibicionismo y le prohíbe, durante siete años, aproximarse a menos de 500 metros de la víctima.
Los hechos, según la sentencia a la que ha tenido acceso Ical, ocurrieron cuando la menor tenía doce años y meses después de que su madre y el condenado contrajeran matrimonio en enero de 2019.
Según la sentencia, desde las navidades de 2020, la menor se sentía incomodada por la actitud de su padrastro que buscaba la cercanía física con ella, lo que le provocaba, sobre todo cuando su madre estaba ausente del domicilio, un malestar que se acentuó a partir de abril de 2021, con un estado de baja moral, aspecto lloroso, falta de concentración, bajo rendimiento escolar, incluso con vómitos, mareos y problemas del sueño.
En 9 de junio de 2021, estando la madre en el trabajo, la niña tuvo una contractura en el hombro, ante lo cual el acusado la convenció para que se tumbara boca abajo en el sofá del salón. Allí, le retiró la camiseta y el sujetador y el pantalón corto que llevaba la menor se lo recogió y se lo metió entre las nalgas, aprovechado esta circunstancia para hacerle tocamientos en la parte trasera de los muslos alcanzando la zona limítrofe a los glúteos, todo ello a pesar de que ella no quería y así se lo hizo saber pues tan solo había accedido aque le diera masaje en la espalda. Además, el acusado procedió a sacarle once fotografías con su teléfono móvil, sin que aquella se enterase.
Posteriormente, durante esa misma tarde, el acusado invitó a Sagrario a ducharse con él, diciéndole que como no lo hiciera se iba a arrepentir. Sagrario no lo consintió en ningún momento. Cuando el condenado terminó de ducharse y para que su hija lo viera, se quedó apoyado en la pared frente a la puerta de la habitación de la menor, completamente desnudo y con el pene erecto. La menor al verlo se asustó y cerró la puerta sujetándola por dentro para que su padre no entrara.
El acusado, en el entorno temporal entre la navidad de 2020 a junio de 2021, sacó también varias fotos de la niña, sin que esta lo supiera. En algunas la menor estaba apoyada en la silla del escritorio y las nalgas en un primer plano.
Todos los hechos, según la sentencia de la Audiencia Provincial, se descubrieron cuando la madre encontró en el teléfono móvil de su marido algunas fotografías de su hija en el sofá con la espalda desnuda y el pantalón corto recogido entre sus nalgas. Ello motivó que hablara con el acusado quien acabó manifestándole que se sentía atraído sexualmente por la menor. Como consecuencia de estos hechos, la menor sufre una sintomatología depresiva y ansiosa que precisa de tratamiento psicológico.