Hoy, 25 de julio, es un día en el que muchos de los que están leyendo esta pieza estarán tumbados al sol en la playa. Quizás estén disfrutando de sus vacaciones en el extranjero. A kilómetros y kilómetros de España. Otra opción muy válida, y acertada, es visitar Valladolid y disfrutar de todos sus encantos.
La ciudad del Pisuerga un gran número de atractivos culturales, patrimoniales y arquitectónicos como pueden ser la Academia de Caballería, el Museo de la Ciencia, el Museo Nacional de Escultura, la Iglesia de La Antigua o el Monasterio de San Benito, citas que uno no se puede perder cuando llega a Valladolid.
Nosotros nos vamos a parar en otros cinco, que todo turista que llegue hasta la ciudad del Pisuerga debe conocer:
La Catedral
Se trata de uno de los edificios más emblemáticos de Valladolid. Y eso que nunca llegó a completarse. Ni el mismo Juan de Herrera, a cuyo diseño responde la mayor parte del templo, pudo encarrilar el arreglo. Sin embargo, después de muchos años, eso le ha dado su encanto.
Las ruinas que tiene adosadas son las de la colegiata antigua. Cabe apuntar que es de la época del Conde Ansúrez y románico. Fue escenario de importantes celebraciones y, también de hitos históricos, como principal templo de la ciudad del Pisuerga por aquel momento. Allí se casó Alfonso X ‘El Sabio’ y Violante de Aragón.
La única torre que se conserva en la catedral, ya que la otra resultó gravemente dañada debido al terremoto de Lisboa allá por el año 1755. Finalmente, se derrumbó casi cien años después. Es del siglo XX. Dentro, podemos deleitarnos con la sobriedad del estilo herreriano y cuenta con un museo de arte sacro con obras de Pedro de Ávila, Juan de Juni o Gregorio Fernández.
Se puede visitar el interior de la única torre y acceder a estancias sumamente curiosas como la sala de las campanas. También, descubrir la garita del campanero y conseguir una de las mejores vistas de la ciudad desde el mirador.
La Plaza Mayor
Se trata del auténtico corazón. El espacio que ocupa hoy surge como plaza del mercado durante la Baja Edad Media. Zona de mercaderes, de oficios y festejos. Felipe II impulsó la reconstrucción del lugar tras el terrible incendio que afectó al centro de la ciudad allá por el año 1561. La convirtió en la primera Plaza Mayor regular de España, con soportales y cerrada. Un gran avance que fue tomado años después por otras ciudades tales como Salamanca, Madrid, y también en Hispanoamérica.
El pavimento y los edificios son de color rojo almagre, imitando el tono del ladrillo visto con el fin de emular el aspecto ofrecido allá por el siglo XVI. Hay guiños al Renacimiento que contrastan con la Casa Consistorial que fue finalizada en el año 1908.
En la actualidad se ha convertido en un auténtico lugar de encuentro social y alberga eventos culturales importantes para Valladolid como son el Festival Internacional de Teatro y Artes de Calle, la Semana Santa, los conciertos de las Ferias y Fiestas de la Virgen de San Lorenzo o la Feria del Libro.
Campo Grande
Pasa por ser el auténtico pulmón de la ciudad. Un espacio verde para disfrutar y perderse durante horas y horas, en compañía, o disfrutando de un paseo en solitario. En verano son muchas las personas que lo pasan en grande dando de comer a las diversas especies que en el lugar se concentran.
Es el espacio romántico por excelencia de la ciudad del Pisuerga. Limita con tres zonas del siglo XIX también sumamente conocidas como son la Acera de Recoletos, donde se pueden ver edificios como la Casa Mantilla o la Casa del Príncipe. El Paseo de los Filipinos que esconde el Museo Oriental y, también el Paseo de Zorrilla.
Cabe destacar que los jardines acogen casi 90 especies diferentes de árboles o arbustos y más de 30 especies de aves. Un oasis de más de 11,5 hectáreas de calma que se ubica en pleno centro de la capital del Pisuerga.
Plaza de San Pablo
Un espacio en el que podemos sentir la historia de la Valladolid de la Corte. La magnífica fachada se trata de un auténtico retablo de piedra. Del siglo XVII y que fue levantado a instancia del Duque de Lerma.
Junto a la imponente fachada, en la esquina de la calle Angustias, nos encontramos con la sede de la Diputación de Valladolid, llamado Palacio de Pimentel. Una ejemplar casa palaciega de la época y donde nació Felipe II en el mes de mayo del año 1527.
Otro edificio emblemático que nos podemos encontrar en el lugar es el Palacio Real, del siglo XVI y que ha vivido varias reformas.
Un espacio para respirar la auténtica y fiel historia que envuelve a Valladolid.
La Plaza del Coso
Quizás sea el punto imprescindible de los que les ofrecemos menos conocido pero pasa por ser otro de los puntos en los que el visitante debe hacer, sí o sí, escala. Es uno de los escenarios que han aparecido en la película musical ‘Voy a pasármelo bien’, basada en las canciones de los Hombres G y que está protagonizada por Raúl Arévalo.
Cerca de la Plaza de Fabio Nelli ubicamos las casas del conde de Salinas que dieron lugar, una vez derribadas a la Plaza de Toros vieja, construida allá por el año 1833. En la década de 1980 se rehabilitó para uso residencial.
Se accede a ella por San Quirce y San Ignacio y es un lugar sumamente agradable.