Más de un tercio de público en la segunda del abono en tarde de bochorno y amenazante. Debutó en el coso del Paseo Zorrilla la ganadería burgalesa de Antonio Bañuelos, “Los toros del frío”. Corrida de excelente presentación, variada de capa, noble, algo justita de fuerza pero que dieron un buen juego en general.
Abría plaza el torero extremeño Miguel Ángel Perera que estuvo a un gran nivel toda la tarde; le siguió el torero mejicano Joselito Adame, que en el primero de su lote nos trajo a la memoria al de sus mejores momentos; y cerraba plaza una de las revelaciones de la temporada con dos puertas grandes a sus espaldas en Las Ventas en el pasado San Isidro; el madrileño Fernando Adrián, a la postre el gran triunfador de la tarde.
Miguel Ángel Perera
Lidió en primer lugar un toro burraco, muy bien presentado, de preciosas hechuras, con cuello, serio y enseñando las puntas. Una pintura. Fue aplaudido en su salida al ruedo. Gran dimensión la que dio Perera durante toda la tarde. Recibió por verónicas a pies juntos, quitándole después de acudir al caballo por tafalleras y chicuelinas.
Se desmonteró Javier Ambel después de protagonizar un gran tercio de banderillas. En los primeros compases de la faena el de Puebla de Prior se afanó en llevar al toro cosido en la muleta y a media alturita por la flojedad que hasta entonces había dejado entrever consiguiendo que poco a poco el de Bañuelos se fuera afianzando en el albero vallisoletano, lo que le permitió sacar el buen fondo y la clase que tenía. De mitad de faena en adelante Perera empezó a bajarle la mano obligándole por abajo consiguiendo muletazos largos y profundos. Perfecto el planteamiento del extremeño que le permitió cuajar una buena faena a un gran toro. Remató con manoletinas. Dos pinchazos y media. Ovación.
En el cuarto, un toro negro, muy bien presentado y serio, de nuevo Perera demostró su buen concepto del toreo tanto con el capote como con la muleta, sobre todo por el pitón derecho al acudir el toro al cite con más codicia y transmisión que por el pitón izquierdo, por lo que el extremeño basó de manera inteligente su faena en la mano derecha, tirando del toro y alargando el muletazo dotándolo de una gran profundidad. Faena seria y de mucha técnica que remató con una estocada desprendida. Oreja.
Joselito Adame
Lidió en primer lugar el torero de la empresa y figura máxima en Méjico: Joselito Adame, un toro negro, quizás el más feo de cara del encierro pero muy bien presentado como toda la corrida y que acabó dando muy buen juego por el buen fondo que tenía y el magisterio de Adame.
El toro con el capote se colaba por el pitón derecho, pero tras el tercio de varas y de banderillas se le acabó corrigiendo a base de tragar el torero de Aguascalientes. Con la muleta estuvo en maestro ya que el toro estaba muy justito de fuerzas, pero a base de templar y tirar de él con mucha suavidad y mimo hizo que el de Bañuelos se viniera arriba y acabara sacando el buen fondo que tenía, dando lugar a tandas tanto por el pitón izquierdo como por el derecho de muchísimo mérito.
Cada una de ellas respondía al mismo patrón, el primer muletazo iba precedido de un toque brusco para fijar la atención del toro y el resto impregnados de suavidad y temple. Terminó con unos ayudados por bajo muy entregado el torero y de bella factura. Faena de muchos kilates la del mayor de los hermanos Adame. Mató recibiendo al segundo intento. Incompresiblemente no hubo petición de oreja. Ovación.
El segundo de su lote, un toro castaño, muy cuajado que se acabó astillando el pitón fue el más deslucido del encierro, muy reservón, no regaló una embestida franca y por derecho. No estuvo Joselito tan a gusto como en el primero. Lo intentó tanto con la mano izquierda como con la derecha sin llegar a coger vuelos la faena. El toro acabó “cantando la gallina”. Mató de estocada. Palmas.
Fernando Adrián
Entró por la vía de la sustitución el madrileño y a la postre fue el triunfador del festejo al desorejar al segundo de su lote. Incompresiblemente no le está siendo fácil al madrileño entrar en las ferias, aunque sea por la vía de la sustitución después de haber salido en volandas dos veces por la puerta grande de Las Ventas el pasado San Isidro.
No hay razón alguna para que en los meses de verano no hayan contado con él para cubrir alguna de las numerosas bajas que se han ido produciendo. ¿Para qué sirve entonces señores empresarios jugarte la vida en Madrid y cruzar, no una vez, sino dos, a hombros la puerta grande de la primera plaza del mundo? Al menos la empresa del coso vallisoletano ha tenido la suficiente sensibilidad para contar con él, lo que es de agradecer.
A su primero, un toro de capa negra, serio, tocado del pitón izquierdo, estrechito de sienes Adrián le recibió con el capote con un par de afarolados de rodillas para a continuación, y ya de pie, seguir por verónicas. Declaración de intenciones del madrileño. Recibió un puyazo el de Bañuelos.
Tras brindar al público, inició la faena por ayudados por alto a pies juntos con gran empaque. Siguió con el trasteo tanto por el pitón derecho como por el izquierdo con una perfecta colocación y echando los vuelos de la muleta con suavidad, pisando el madrileño unos terrenos donde al toro no le queda otra que tomar la muleta. Faena que en sus inicios fueron a media altura para poco a poco ir bajando la mano. Terminó metido entre los pitones del toro pegándose un auténtico arrimón. Mató de estocada desprendida precedida de dos pinchazos. Ovación y aplausos al toro en el arrastre.
En el segundo de su lote, de capa castaña, serio y cuajado, Adrián volvió a dar una dimensión de torero hecho y preparado para entrar en las ferias por derecho. Recibió un buen puyazo el de Bañuelos, y ya en la faena de muleta el madrileño echó rodillas en tierra en los medios para recibir al toro con pases cambiados por la espalda. En uno de ellos le pisó, pero el debutante hizo caso omiso.
Se sucedieron tandas por ambos pitones de gran calidad rematando por debajo de la pala del pitón. Una vez más la clave para que el toro sacara el buen fondo y la clase que tenía y permitiera que la faena cogiera vuelos estuvo en la colocación y en la suavidad con la que Fernando Adrián manejó las telas. Buen toro el de la divisa burgalesa al que había que aprovechar las inercias, y el madrileño supo verlo.
No sólo hay que saber torear bien sino también tener la capacidad de poder pensar en la cara del toro y “leer” las virtudes que el mismo tiene. Remató la faena por bernardinas abrochadas por un precioso cambio de mano con la figura erguida y los riñones encajados que aún permanece en las retinas de los aficionados. Mató de estocada traserilla y algo tendida. Dos orejas.
Tras salir a hombros, Fernando Adrián pasó por la enfermería siendo tratado de varios hematomas que, evidentemente, no le impedirá trenzar esta tarde el paseíllo en Albacete.
P.D. La empresa nos anunció que, para la corrida de hoy, con los toros de Victorino Martín, no estará el anunciado y deseado Roca Rey. El festejo se celebrará en un mano a mano entre El Juli y el torero de la empresa: Emilio de Justo. Se prevé una gran tarde de toros y toreros.