Garra, poderío, ensencia y raza. Niña Pastori se lo dejó todo en el escenario de la Plaza Mayor de Valladolid. La noche del viernes, festividad de la Virgen de San Lorenzo, estaba dedicada al flamenco y ella fue el colofón a una jornada de pura magia.
Abría esta noche flamenca el artista vallisoletano, José Antonio Ayuso, que se entregó con gran alegría al público de su casa y que arrancó no pocos aplausos entre el gentío. Un buen aperitivo antes de que Antonio Carmona, Ketama, subiera al fin a las tablas de la Plaza Mayor, con 50 minutos de retraso. Una espera que pronto olvidaron los presentes en cuanto sonaron los primeros acordes de 'Vengo venenoso', uno de sus grandes éxitos.
Ketama repartió alegría desde el salón que había preparado encima del escenario. Hizo buen repaso de los grandes temas de su carrera, que, como no, hicieron mover las caderas y dejarse las palmas a los presentes. Y cuando se dispuso a cantar 'No estamos locos', no quedó una voz en la Plaza Mayor que no entonara el tema.
Y luego llegó ella. La de San Fernando (Cádiz) llegó al escenario con su nervio y un compromiso patente con sus raíces en cada una de las cosas que ocurrían en el escenario. Su cante y compás rezumaron raza y orgullo por el flamenco. Ella también ha hecho un repaso por sus temas más conocidos como 'Cai' o 'Cuando te beso'.
Aunque la nota más emotiva de la noche ha sido cuando Niña Pastori ha querido acordarse de la recientemente fallecida María Jiménez. La cantante le ha dedicado unas emotivas palabras, que han provocado un sonoro aplauso de toda la Plaza Mayor.