El Centro Hospitalario Benito Menni ha acogido en la mañana de este martes la presentación de los resultados del primer estudio realizado en el mundo con un exoesqueleto de mano de bajo coste, entre 25.000 y 30.000 euros, capaz de mejorar las capacidades de los pacientes post-Covid. Una iniciativa denominada 'Desarrollo y ensayos clínicos de una plataforma de rehabilitación para acelerar la recuperación de pacientes con secuelas neuromotoras producidas por el Covid', que ha sido financiada por el Instituto para la Competitividad Empresarial de Castilla y León y cofinanciada por los fondos europeos FEDER.
Se trata de un proyecto impulsado por el Instituto Universitario de Investigación ITAP de la Universidad de Valladolid, en colaboración con el Instituto de Competitividad Empresarial (ICE) de la Junta de Castilla y León, la empresa TICCYL Digital de Salamanca y el centro Benito Menni de Valladolid, que ha tenido como objetivo acelerar el proceso de recuperación de pacientes con secuelas motoras derivadas del Covid que limitan la movilidad de una de sus manos.
El proyecto se desarrolló entre septiembre de 2021 y marzo de 2023 mediante el uso de un robot de rehabilitación de mano denominado RobHand, un robot tipo exoesqueleto diseñado en Valladolid por el Instituto ITAP de la UVA y la empresa salmantina TICCYL Digital que, a través de terapias activas asistidas, ha permitido mejorar la capacidad de movimiento de la mano de personas con discapacidad neuromotora.
Tal y como han afirmado los ponentes del acto, el director del Benito Menni de Valladolid, Ángel González; el rector de la Universidad de Valladolid, Antonio Largo; el socio y director de I+D de la empresa TICCYL DIGITAL, Luis González Arrieta; el profesor de la UVA y responsable del proyecto, Juan Carlos Fraile; y el responsable de ejecución del proyecto y terapeuta ocupacional del centro Benito Menni, Pablo Álvarez; la fase fundamental del proyecto ha sido la realización de un ensayo clínico con el citado robot en el ámbito hospitalario.
De este modo, han explicado que las pruebas se han realizado en el Centro Hospitalario Benito Menni con 13 pacientes, ocho hombres y cinco mujeres, con secuelas, cinco en su mano izquierda y ocho en la derecha, para los que se ha elaborado un protocolo clínico de terapias personalizado, que ellos mismos han aplicado utilizando el exoesqueleto para tareas de apertura y cierre de mano, pinza fina y pinza gruesa, combinadas con entornos de realidad virtual capaces de motivar al paciente a su participación en la rehabilitación.
Lo han hecho a través de las denominadas terapias en espejo, las cuales consisten en la utilización de un sistema de visión artificial que capta los movimientos de la mano buena del paciente para reproducirlos simultáneamente en la mano afectada, en la que el paciente tiene colocado el robot de rehabilitación. "Y todo esto acompañado de un entorno visual atractivo para el paciente", ha explicado Juan Carlos Fraile.
Cada uno de los pacientes ha realizado una sesión inicial de evaluación en la que se ha determinado su estado y después se ha sometido a 24 sesiones con el robot, cuatro sesiones a la semana de una hora duración.
Al finalizar las sesiones, los pacientes han realizado una sesión final de evaluación que, al compararla con la inicial, ha permitido la obtención de un análisis de la evolución del paciente y, con ello, comprobar que, efectivamente, los resultados son absolutamente favorables para estos pacientes.
Tanto es así, que el estudio ha demostrado que el 100% de los pacientes que se han sometido a este ensayo clínico pionero con robótica han experimentado mejoras significativas en sus tareas de autocuidado y movilidad y mejoran su calidad de vida en todos los niveles.
Además, ha quedado probado que las técnicas de rehabilitación desarrolladas con el nuevo exoesqueleto han permitido a los pacientes ampliar su rango de movimiento de los dedos de la mano más de un 70% de media, logrando un mayor grado de apertura y cierre de la mano.
"La totalidad de los pacientes han obtenido mejoras significativas porque el uso del robot ha permitido ampliar el rango de movimiento más de un 70%, logrando alcanzar un grado de apertura y cierre bastante funcional", ha destacado Pablo Álvarez.
Por su parte, el responsable de I+D de TICCYL, Luis González, ha querido dejar claro que "este es el resultado de una década de investigación": "Hemos conseguido sacar un producto que va a revolucionar el mercado de la rehabilitación en el futuro inmediato", ha espetado.
Los participantes del proyecto también han insistido en que el sistema de visión artificial también se puede utilizar para rehabilitaciones de brazo y muñeca, y en que no solo está destinado para pacientes con secuelas motoras derivadas del Covid, sino también para aquellos que han sufrido un ictus o una parálisis cerebral: "Vamos a ampliar el rango de aplicación de las terapias y es posible que en breve haya resultados de otro tipo de pacientes", han señalado.
En cuanto a su comercialización, Luis González ha confesado que, dado que todo ensayo clínico tiene que seguir unas pautas, estiman un plazo de entre tres y cinco años para que este dispositivo pueda venderse a nivel mundial. "Pero esto no quiere decir que en un futuro más inmediato no llegue a otros hospitales", ha advertido.