“Se han abordado dos actuaciones en los años 2018 y 2020 con ayudas de la Junta de Castilla y León. Se acometieron en la cubierta. Pero no son suficientes. El deterioro en el lugar es de suma importancia. El Monasterio de las Claras de San Bernardino de Siena iba a desaparecer”, asegura, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, el alcalde de Cuenca de Campos, Juan José Bobillo.
Todo después de que Hispania Nostra incluyera, el pasado miércoles, 11 de octubre, el conocido Monasterio de las Caras de San Bernardino de Siena, que se ubica en la localidad de Cuenca de Campos, de 209 habitantes, en su lista roja. Una lista en la que se encuentran, en la actualidad, auténticas joyas de la geografía española que, desgraciadamente, están en peligro.
“No hay dinero. La situación, desde el Ayuntamiento de Cuenca de Campos, es complicada. No tenemos ni para gastos corrientes. La situación es mala”, asegura el alcalde de la localidad, en un grito de auxilio en busca de conseguir salvar a la auténtica joya del lugar.
Características de una auténtica joya
El complejo consta de un total de dos partes diferenciadas. Por un lado, la iglesia conventual, que presenta sus coros alto y bajo y unas dependencias anexas. Por otro la antigua clausura, organizada en torno a un claustro de planta cuadrangular.
El elemento más deteriorado, como informan desde Hispania Nostra, lo presenta la iglesia, que es una edifico de tres naves separadas por pilares y una serie de arcos formeros de medio punto, con cabecera de planta cuadrada a levante y coro a los pies y separado mediante celosía.
Se trata de una construcción original del siglo XV, como apuntan las mismas fuentes. En su origen, la cubierta se componía de armadura de carpintería de par y nudillo. En la actualidad, cuenta con una decoración propia del siglo XVIII, con bóvedas tabicadas y adornos en yeso. La espadaña se localiza en el muro de la Epístola, sobre el acceso lateral que comunica con el compás del monasterio.
Mantiene la iglesia el forjado de techo original del coro bajo. Es un alfarje plano de principios del siglo XVI, con jácenas que se encuentran dispuestas de forma perpendicular al eje de la nave y tablazón intermedia decorada con formas aplantilladas. En ambos coros, alto y bajo, también se conservan los sitiales de madera.
El estado de conservación
La fábrica de la iglesia, como apuntan desde Hispania Nostra, presenta un estado de conservación desigual, aunque deficiente, en líneas generales. Apuntan que se aprecia un preocupante desplome en el muro tapial del flanco norte del coro alto. Está agravado tras el desmontaje de la armadura de cubierta en el año 1925. Un desplome que se constata con la aparición de grietas y separación de elementos perpendiculares entre sí.
También destacan la ausencia de una red de drenaje efectiva favorece el encharcamiento superficial y la acumulación de agua. Unas circunstancias que están acabando por afectar a la cimentación y facilitando el ascenso de humedad por capilaridad.
Diversos sectores del edificio están afectados por goteras. También se han producido colapsos parciales de cubiertas y de viguetas de forjados en dependencias anexas y la pérdida o inexistencia de carpinterías.
Los motivos de la inclusión en la lista roja
Desde Hispania Nostra apuntan que las razones para incluir esta joya en la lista roja “son diversas” puesto que se advierte colapso de elementos estructurales con diversos fallos en la cimentación, pérdidas de revocos y filtraciones de agua de lluvia.
Estos han derivado en problemas de humedades por capilaridad, etc. Además, de ello, el monumento ha sufrido expolio y vandalismo.