Este cuento de amor podría comenzar al son de una canción de Tennessee, de esas de “la vi pasar, llegaba tarde a clase”. O de las que “ahora llueve en mi corazón oh oh oh es lluvia que sella nuestro amor”. En este caso comienza en un concierto en Valladolid a la orilla del río Pisuerga. Cuando Cristina, fan de las de carpeta y poster del mítico grupo de estilo doo wop (y en especial del cantante Isidro Arenas), quiso hacerse una foto con los componentes de la banda. Al bajar, la escalera del escenario se le rompió el tacón del zapato. Y hubo que unirla con cinta adhesiva. Al llegar junto a Isidro, la frase fue obligatoria: “Pareces cenicienta”. Y desde aquel día fue para él su “princesa de cuento”.
Y así es como el cantante y guitarrista de la mítica banda Tennessee acabó viviendo en Valladolid. Lo hace desde hace 9 años cuando decidió unir su vida a Cristina Patricia, la cenicienta pucelana “de pura cepa”. “Aterrice por amor y no me arrepiento. Al contrario, no lo dudé y ahora soy el hombre más feliz del mundo”, asegura Arenas a EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León. Hasta recuerda las fechas de su primer encuentro. Fue un 16 de abril y en el pabellón de Cristal del Museo de la Ciencia. Al lado del río Pisuerga. “Esto da para una bonita canción”, bromea el madrileño.
Cristina, la cenicienta de este cuento, cumplió el sueño de cualquier fan adolescente. Casarse con su ídolo. Pero ella no dio el ‘sí quiero’ al artista de masas se lo dio a la persona, “que todavía es más maravillosa”, presume. “La verdad es que fue una historia muy bonita”, aunque matiza: “Es bonita y seguirá siendo muy bonita”.
Arenas está muy feliz en tierras del Pisuerga. Reconoce que Valladolid es una ciudad “perfecta para vivir” porque “en una mañana puedes hacer de todo”. Y se ha convertido en el mejor embajador para amigos y conocidos a los que recomienda, por supuesto, “su gastronomía y vinos”. Hace siempre parada en la pizzería Diego, “donde tienen de todo, no solo pizzas”, se deleita con el ‘tigretostón’ de Los Zagales y con las sardinas de La Criolla. Y por supuesto, con el lechazo de La Parrilla de San Lorenzo. Y tira por tierra ese tópico castellano de que los vallisoletanos sean secos. “Hay de todo, pero lo que yo me he encontrado es a gente muy maja y simpática”.
Al componente de Tennessee se le puede ver por Valladolid, aunque quizás no mucha gente lo sepa. Vive en la capital y le encanta pasear por una ciudad a la que en accesibilidad pone “un regular”, ya que todavía “se pueden mejorar muchas cosas, sobre todo en bares y en tiendas”. También agradece el AVE para estar en Madrid en una hora y media. Y es que es en la capital donde el grupo sigue teniendo muchos eventos de su agenda.
"Ahora solo hay copias en la música"
Y es que Tennessee sigue “enganchando”. Isidro tiene la razón. “Porque somos auténticos y hemos logrado reunir a tres generaciones en nuestros conciertos”. Esta banda es referente de la música de los 90 y marcó una época gracias a su estilo propio, algo que confirma el protagonista. “nadie copiaba a nadie, ponías la radio y notabas versatilidad, ahora todo es igual. No sabes si es una canción nueva o sigue la misma. Solo se hacen copias”.
Y como suele pasar, en casa del herrero...cuchillo de palo. El cantante solicita más conciertos en Valladolid y en Castilla y León. Aunque recuerda que ya han hecho algunos y donde han coincidido con la banda Celtas Cortos. Eso sí, mientras esperan actuar aquí, su agenda no para con próximas actuaciones en Arganda del Rey, Madrid, Castellón, Bilbao, Ciudad Real, Málaga, Badajoz y Cantabria.
De momento nos quedamos con este final de cuento con un nuevo disco que acaba de salir a la venta. Grabado en Elche en directo y que es ideal para las Navidades pues está grabado a capella navideño. Sin duda, la canción del cuento maravilloso de la cenicienta vallisoletana y el cantante madrileño podría sonar muy bien.