El 16 de diciembre de 1962, hace hoy 61 años, un gran grupo de personas rendía homenaje a un perro en el vestíbulo del Teatro Lope de Vega. Una escena inusual en la ciudad vallisoletana, pero no se trataba de un cánido cualquiera: el homenajeado era 'Turista', un perro callejero que unos días antes había salvado a varias familias de morir en un incendio en Valladolid, según se desprende de los hechos relatados en el libro 'Tal día como hoy. Calendario histórico de Valladolid', de Roberto Delgado.
Sus fuertes ladridos habían alertado a las personas que dormían en la noche del 30 de noviembre de aquel año en el número 10 de la vallisoletana calle del Cardenal Mendoza, después de desatarse un incendio en la parte posterior de la vivienda, en la que se encontraba atado 'Turista'.
La casualidad quiso que el niño que cuidaba del perro trabajase de botones en la clínica del doctor Nemesio Montero, un pediatra muy conocido en la ciudad, y que contaba con una consulta en la Plaza de España. Aquel niño se llamaba Manuel del Hierro Ortega y tenía tan solo 12 años de edad.
Nemesio Montero formaba parte de la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción de la ciudad del Pisuerga desde el año 1957, y ejercía como secretario de la misma. La noticia del impresionante incendio corrió como la pólvora en la capital vallisoletana y Nemesio terminó hablándole del hecho a su compañero de Academia, el poeta Nicomedes Sanz y Ruiz de la Peña.
De esta manera, le terminó llegando la noticia a Francisco Sert i López, que era el presidente de la Federación Española de Sociedades Protectoras de Animales y Plantas, que vivía en la ciudad de Barcelona y era sobrino del pintor Josep María Sert. Tras tener constancia del hecho, se lo trasladó a la Sociedad Protectora de Animales de Valladolid, que decidió hacer un reconocimiento a 'Turista' por su hazaña.
Un emotivo homenaje
Al perro que había salvado a tantas familias de morir en un incendio se le galardonó con un bonito collar con su correa, que le fue impuesto el 16 de diciembre de 1962 en el acto celebrado en el Teatro Lope de Vega. Pero el homenaje tuvo también reconocimiento para Manuel, por el comportamiento que tuvo al recoger al perro de la calle. Fue nombrado miembro de honor de la Sociedad y ésta se encargó de las vacunas y del registro municipal del animal.
La familia que residía en la vivienda donde estalló el incendio se había quedado en la calle, con su casa inhabitable y con el ajuar doméstico deteriorado por el humo, por lo que la Sociedad Protectora de Animales organizó una colecta que permitió que se alojaran en la casa de una vecina que cedió dos habitaciones a los padres y a los hermanos de Manuel.
El niño se encontró al perro abandonado en una fábrica de una calle del barrio de San Juan, muy cerca de donde residía, y al que la gente de la zona se refería como 'Turista'. En un inicio, se encargó de él una mujer, que a los pocos días se vio obligada a abandonarlo porque el propietario del piso que tenía arrendado no lo admitió.
Otra vez de nuevo en la calle, lo recogió un muchacho que residía en el barrio de Pajarillos y que también tuvo que abandonarlo porque no lo quisieron en su casa. Y la casualidad deparó que lo volviera a encontrar Manuel en una calle del centro, cuando volvía de su trabajo, cerca de la plaza de España, donde tenía su clínica el doctor Montero.
Después, se lo llevó a su casa, le puso como nombre 'Turista', y lo cuidó desde que era prácticamente un cachorro en el seno de una familia formada por un matrimonio y varios hijos. Un perro cuyos ladridos salvaron a varias personas de morir quemadas en Valladolid hace ahora 61 años.