Hace apenas dos meses, el 2 de octubre, Alejandro Rodríguez-Solano decidía ponerse al frente de La Sala, un espacio diferente, misterioso y acogedor por el que pasan al día decenas de personas que consiguen liberarse de sus dolencias físicas a ritmo de clases de Pilates, Espalda Sana, Hipopresivos o Yoga.
“Además de contar con profesores excepcionales, nos hemos esforzado en diseñar y crear un entorno muy cuidado y agradable. El objetivo es crear un espacio muy acogedor para que al asistir a clase sientas que es tu espacio, y esa hora de clase sea tu momento para dedicártelo a ti. Ese objetivo es el que ha dado lugar a nuestro eslogan, La Sala, Tu espacio, tu momento”, asegura el madrileño a la llegada de EL ESPAÑOL de Castilla y León a su casa.
Un espacio único y que ha llegado para quedarse a la ciudad del Pisuerga con técnicas muy novedosas que eliminan cualquier rastro de dolor de nuestro cuerpo.
La historia de Álex, un hombre volcado con el mundo del deporte
Nuestro entrevistado tiene 47 años. Finalizó los estudios de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en el año 1999, con 23 años. Lleva más de media vida dedicándose, de manera profesional al deporte. Ha sido profesor de Educación Física en Enseñanza Secundaria Pública. Cuenta, además, con un Máster en Gestión Deportiva, Doctorando en Salud y es entrenador nacional de natación y ciclismo. El madrileño es profesor de pilates por la Federación Española de Pilates y cuenta también con la titulación de Expert en Gimnasia Hipopresiva por el Método RSF de Marcel Coufrier.
“Si tuviera que destacar algo de mi formación sería, sin duda, la experiencia que me han dado los años que llevo impartiendo clases. El conocer a cada persona con sus particularidades y limitaciones y el comprobar cómo el ejercicio les ayuda a mejorar, ampliamente, su día a día y a sentirse mejor con ellos mismos.
Álex llegó a Valladolid a los 8 años. Sin embargo, a los 18 regresó a Madrid para finalizar sus estudios. Posteriormente, ya con 27, se instalaría en la ciudad del Pisuerga de forma definitiva. Una persona tenaz, a la que le encanta estudiar y aprender, pero a la que le faltan horas del día para hacer todo lo que quiere.
“Desde joven ya sabía que quería ser profesor de Educación Física. Después de graduarme seguí estudiando para adquirir la mayor formación posible con el fin de dedicarla a mi trabajo y, con ello, ayudar a otras personas”, explica nuestro entrevistado que dejó la Educación Secundaria, su trabajo, para dedicarse a entrenar a nadadores.
Volvería a cambiar de trabajo al llegar a Valladolid y años más tarde descubrió que lo que realmente le llenaba era ayudar a las personas a mejorar su salud, a ganar calidad de vida mediante la actividad física.
“Me especialicé en impartir Pilates y Gimnasia Hipopresiva como medios para tratar de evitar y disminuir el dolor por patologías y me apoyé en mis estudios previos para crear mi propia metodología de ejercicios para Espalda Sana”, explica Alejandro Rodríguez-Solano.
La Sala, y la importancia de ayudar a los demás
La Sala se ubica en el Paseo de San Vicente, en la esquina con la calle Santa Rita, dentro del barrio vallisoletano de Las Delicias, en una zona muy próxima a Caño Argales y a la Plaza de La Circular. Abrió sus puertas hace apenas dos meses y ya ha cambiado la vida de muchas de las personas que se han pasado por este local que tiene un aura diferente. Además, disponen de una página web: https://lasalaestudio.es/
“Siempre he sido una persona emprendedora y los trabajos que he tenido siempre me han hecho estar delante de otras personas. Tener responsabilidad y tomar decisiones por mí mismo. Esto ha reforzado mi personalidad y ha hecho que tome decisiones por mí mismo. De todo esto surgió La Sala”, añade nuestro protagonista.
Alejandro está feliz porque piensa que “aportan mucho a la calidad de vida de las personas”. Valora positivamente que sus alumnas le digan que gracias al trabajo que realizan en La Sala, se encuentran mucho mejor. Para él este es “el motivo que le mueve a seguir trabajando día a día”, junto al resto de los profesores.
Todo el equipo de profesionales del lugar está formado por profesores titulados que tienen una gran experiencia, tanto profesional como vital, que les hace estar alineados y saber lo que sienten sus alumnos.
“La elección de las profesoras ha sido, casi, como los fichajes estelares de fútbol. He querido contar con un equipo de grandes profesionales, los mejores elegidos concienzudamente para cada horario y actividad. Estoy muy contento con mi equipo”, añade nuestro entrevistado.
Un pulso sin descanso contra el dolor
“Nuestra meta, y uno de los principales objetivos que trabajamos en La Sala, es que a nuestros alumnos y alumnas les deje de doler el cuerpo. Para ello, diseñamos las sesiones con la intensidad de ejercicio justa para que no sientan dolor en clase y, a su vez, sea un estímulo de ejercicio adecuado para mejorar”, añade Álex.
Ponen el énfasis en conocer, de forma detallada, las molestias, las posibles lesiones y limitaciones que tienen las diferentes personas que asisten, con el fin de diseñar una clase a la medida. En la actualidad son un total de nueve los docentes que se encargan de tener todo atado hasta el extremo para que cada clase sea de una calidad supina.
“El resultado es muy gratificante. Apenas dos meses después de la inauguración ya hemos recibido comentarios de las alumnas que nos dicen que se sienten mucho mejor. Hay mucho trabajo detrás de cada clase de Pilates, de Espalda Sana, de Hipopresivos o de Yoga, pero merece la pena”, confiesa orgulloso nuestro entrevistado.
Mirando al futuro, desde La Sala trabajan, en colaboración con otros profesionales de sectores afines, para cuidar la salud de las personas para complementar su trabajo. Además, buscan combatir las nuevas patologías que surgen en el día a día en los últimos tiempos.
El futuro se antoja imparable para Álex y todo su equipo.