Imagínate estar en Roma, visitando todo el encanto de la ciudad italiana y parar a comer algo rápido en el McDonald’s. Pedir una Big Mac y disfrutar con todo su sabor. Hacer lo mismo en París, después de una dura jornada de turismo y hacer lo propio en otro restaurante de comida rápida de la marca. Y así en cualquier punto de Europa.
Un sabor que enamora y que son muchos los que no saben que el aroma más dulce de la cebolla llega desde tierras pucelanas, donde son cultivadas. Una cebolla de calibre, algo más pequeño que la roja que solemos encontrarnos en el supermercado pero que cuenta con más materia seca y sabor que las primeras lo que las hace muy adecuadas para pasar por la plancha y continuar dando un sabor de quilates en la hamburguesa.
Javier y Fernando son los dos agricultores vallisoletanos que se encargan de cultivar este manjar que acaba en los paladares de muchas personas hambrientas a lo largo y ancho de toda Europa. Ahora han saltado a la fama y nos cuentan todos los secretos de un producto que les ha hecho saltar a la fama.
El comienzo de una aventura
“Somos dos agricultores que venimos de una familia de agricultores y que hemos vivido en el campo desde pequeños. Para nosotros, más que un trabajo es una pasión y un reto el hecho de levantarnos todas las mañanas para cultivar”, aseguran los dos hermanos orgullosos en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León.
Javier tiene estudios de FP en Informática y Electrónica. Fernando es Ingeniero Agrónomo. Ambos vallisoletanos de nacimiento y que pusieron en marcha, juntos, Agricón. Su padre se dedicaba a realizar servicios a terceros de cosechadora y ambos hermanos decidieron potenciarlo más, ya que la gestión de su explotación les permitía tener tiempo disponible para aumentar el tipo de servicios agrícolas a ofertar.
Agricón nace en el año 2016. Ahí, los dos comienzan a invertir en maquinaria para uso exclusivo de servicios a terceros. Hasta ese momento prestaban servicios con las máquinas de las que disponían para su propia agricultura.
Cultivan en Barruelo del Valle y en los municipios colindantes como núcleo principal. Allí es donde tienen sus instalaciones y el mayor número de hectáreas, aunque todo el regadío o labran desde Torrecilla de la Abadesa.
En lo que se refiere al secano, siembras trigo, cebada, avena, colza o lentejas. Y en lo que se refiere al regadío, patatas, zanahorias y sus tan famosas cebollas.
La cebolla que aparece en el Big Mac es suya
“Nuestras cebollas son las que aparecen en el Big Mac de McDonald’s. Las cultivamos a través de la empresa Vegenat. Ella es la encargada de distribuir nuestro producto a los restaurantes. Las cultivamos bajo la supervisión de sus técnicos y se las entregamos para su consumo final”, explica Javier.
Unas cebollas que cuentan con un sabor insuperable y que aportan el mejor toque de sabor a la elaboración, podríamos decir estrella sin miedo a equivocarnos, de McDonald’s. Un producto made in Valladolid.
“Trabajar para una empresa con uno estándares de calidad tan altos como McDonald’s siempre es un reto y, a la vez, una satisfacción. Ver cómo, cada día, tienes que ir superándote para conseguir un producto de, cada vez, más calidad siendo respetuoso con el medio ambiente y que sea económico, además, motiva mucho”, añade Fernando.
Un empujón en un sector muy duro
Lo cierto es que el efecto McDonald’s sirve a nuestros entrevistados como empujón en un sector que siempre se ve como que está en crisis, pero, a base de ingenio y trabajo, nuestros protagonistas van saliendo adelante, aunque los avances tecnológicos les ha hecho tener que afrontar importantes inversiones para adaptarse.
“El objetivo que nos marcamos pasa por buscar una estabilidad que nos permita trabajar con previsiones más a largo plazo ya que, hoy en día y por las circunstancias, estamos obligados a dar unos golpes de timón que no son deseables para ninguno de los agentes de la cadena alimentaria. Este también es nuestro deseo”, finalizan los hermanos.
Los que cultivan, en la provincia pucelana, las cebollas de McDonald’s.