Tres curas en el camino de las crónicas
No suelen cruzarse en el camino de mis crónicas los curas, sin embargo, este año ya llevo tres; dos en asuntos taurinos: Carrasco y Risueño, y hoy en el plano gastronómico: Javi Martínez, párroco de San Pedro y Santa Clara de Valladolid y profesor de Filosofía de la UVA.
10 años de sacerdote en Rueda y amigo del ganadero
Y es que Javi estuvo 10 años en Rueda ejerciendo el sacerdocio, de ahí la amistad y confianza que tiene con Eladio, ganadero desde los años 90 y ahora echando una mano a su hijo Sergio en la cosa del vino con el nuevo Verdejo, (D.O. Rueda) bajo el precioso nombre de “5 Potros”; el mismo que utiliza para su hierro en la cría de potros y caballos en su finca “Los Expolios”, a escasos kilómetros de la villa del vino blanco.
Invitados por el ganadero, nos dimos cita en el Majao de Sebi, en plena Plaza Mayor desde hace unos doce años, un restaurante que antes estuvo ubicado en García Morato. Lleno al completo y excelente coquinaria la de Eusebio Carbajo, más conocido por Sebi, junto a Víctor su socio.
Los tres mantuvimos diversas conversaciones, que a la postre resultaron amenas. Javi y Eladio recordaron viejos tiempos cuando el cura ejercía en Rueda, que además aprovechó el tiempo para terminar el doctorado de Filosofía y de esta forma ejercer la docencia en la capital vallisoletana a través de la universidad pública.
La casa de Rueda y el arzobispado
Por cierto que la casa actual del ganadero fue propiedad del arzobispado, y qué Eladio adquirió hace años para su residencia actual. Vegas nos comentó sus tiempos de rejoneador que luego lo cambiaría por el de ganadero de bravo. Y no faltó en la conversación su faceta flamenca que, a pesar de la veteranía, sigue teniendo una voz melodiosa en versión flamenca, copla y tango. Ya prepara alguna incursión para actuar en alguna localidad de la provincia.
La manduca y los vinos
La verdad es que no fue excesiva cantidad de comida, pero de una calidad suprema, como dicen de los buenos turrones. Arrancamos al centro con unas gambas al ajillo y unas flores de alcachofas frescas con jamón. Delicatessen ambas cosas.
Acto seguido, Sebi nos sugirió plato de cuchara, pero servido en un pequeño cuenco; Javi tomó unas alubias blancas “adornadas” con dos trocitos de panceta, mientras que nosotros degustamos un potaje estilo semanasantero. Sabores de antaño resultaron estas probaturas en miniatura.
Los segundos
Un entrecot, bien doradito por fuera y al punto por dentro para el cura, adornado con patatas y pimiento asado. Eladio y yo nos inclinamos por unos escalopines de rape rebozados y complementados con patatas fritas finísimas y una ensalada de maruja salpicada de granos de granada, más dos briznas de melón (en la carta figura como delicias de rape).
Realmente estupendo lo nuestro. Lo de Javi también, a tenor de lo limpio que quedó el plato.
Los postres
Ellos tomaron unas natillas caseras, adornadas con piñones tostados de Pedrajas, con dos pequeñas porciones de nata para combinar. Lo mío fue una mandarina que sirvieron con los gajos emplatados. Pero debo reconocer que se me fueron los ojos detrás de las natillas, fue una tentación, pero…
Los vinos
Mientras esperábamos a Eladio, Javi tomó una caña, y uno su clásico clarete cigaleño con gas (qué le vamos a hacer querido paisano Angosto). Luego, para el almuerzo, nos descorcharon una botella de tinto ribereño Dehesa de los Canónigos, “Quinta generación 2022”, realmente gratificante.
La cocina y su manejo
Si Sebi en la sala defiende el negocio con profesionalidad y talento, lo que hacen en la cocina su socio Víctor y Noelia, la esposa de este, es acariciar y mimar cada plato que sale para las comandas. Enhorabuena.
Solo me cabe decir: “la buena comida sabe mejor en compañía de buenos amigos".