Un 10 de enero de 1917, ahora hace ya 107 años, en plena Tierra de Pinares, el municipio vallisoletano de Íscar daba vida a la bailarina de danza más internacional de la provincia castellana. Guillermina Teodosia Martínez Cabrejas vería la luz por primera vez en esta fecha. Más conocida como 'Mariemma', a los dos años se marchó a vivir junto a sus padres a París.
Hija de bailarina, su amor por la danza lo desarrolló desde muy pronto. Su impronta e importancia en la provincia del Pisuerga se ven traducidos en una calle dedicada en la propia capital, que se ubica entre las vías de Pérez Galdós y Santa Lucía. Así se recuerda en el libro 'Tal día como hoy. Calendario histórico de Valladolid' de Roberto Delgado.
Con tan solo dos años, 'Mariemma' emigró junto a su familia hasta París. No fue hasta los años 30 cuando volvió a España. Lo hizo para estudiar las danzas folclóricas. Con el inicio de la Guerra Civil, regresó a París, donde empezó a componer sus primeras coreografías.
La primera fue la de 'El Amor Brujo', que llegó a ser representada en los escenarios de la Ópera de Rouen y en Burdeos. La llegada de la II Guerra Mundial trajo de vuelta a 'Mariemma' a Valladolid, donde fundó su escuela de danza.
Tras su presentación en el Teatro Español de Madrid, en 1943, inició una gran actividad profesional, aunque solo pudo desarrollarla en España, Marruecos y Portugal a consecuencia del conflicto bélico que azotaba al mundo entero. No fue hasta el término de ésta cuando el trabajo de Guillermina recorrió el globo terráqueo, llevando su arte por todas partes y convirtiéndose en una abanderada de Valladolid.
Su figura continuó creciendo en el mundo de la danza y en 1961 actúo en TVE representando todas las formas de baile español que existen. Fue la propia 'Mariemma' quien narró en primera persona su niñez y como su vida se ligó a la danza.
Recuerda a su Íscar natal, donde nació y el lugar en el que su madre se convirtió en la "bailarina con más donaire" de la comarca. Relata que de ella, su madre, aprendió los fandangos, las jotas o las sevillanas, siendo la culpable de que comenzase a amar la danza.
Define su niñez y su vida como "muy bohemia", a pesar de entregarse de "manera total" a la danza. Reconoce que es lo único que verdaderamente se ha tomó en serio en su vida, todo gracias a la libertad que ha vivido y que le permitió hacer lo que únicamente le interesaba, que era bailar.
Con 91 años, 'Mariemma' falleció en Madrid, donde permanece enterrada en el cementerio de la Almudena, un 10 de junio de 2008 tras tres años de lucha incesante en coma a consecuencia de un derrame cerebral. La bailarina más internacional de Valladolid se despidió tras décadas de arte y danza, que llevaron a ciudad y provincia a los escenarios más importantes del panorama internacional.
El currículum de 'Mariemma' es tan amplio como diverso. La bailarina vallisoletana visitó los teatros más importantes del mundo y lo hizo con un desparpajo e identidad propia, aunque siempre se la comparó con Antonia Mercé, 'La Argentina'.
Su estatus era de tal calibre que se vio ratificado, ya con una carrera totalmente consolidada, con la concesión del Premio Nacional de Danza en 1950, además de la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid en 1951.
Su figura es todavía a recordado a día de hoy en el Museo Mariemma, ubicado en su pueblo natal, Íscar, donde guardan su legado impreso en las decenas de vestidos que utilizó para sus pases sobre los escenarios más relevantes a nivel mundial. Está en la avenida Juan Carlos Domínguez del municipio vallisoletano y allí es posible conocer la importancia de esta bailarina a lo largo de los años. Talleres y espectáculos en directo de danza convertirán la experiencia en toda una master class para conocer todo sobre la figura de 'Mariemma'.