El tanatorio San José se ubica en la Avenida de Gijón número 64 de Valladolid y cuenta con 85 años de historia. Se sitúa en la zona de La Victoria y dispone de un crematorio propio en un edificio anexo, lo que evita los desplazamientos de las familias.
En su web apuntan que ofrecen servicio musical en directo y personalizado durante la ceremonia y también catering en sala. Destacan el Jardín del Recuerdo, que pasa por ser un espacio único en el que depositar cenizas y, desde el año 2021, ofrecen también la ceremonia ‘El último beso’, una opción para despedir a los seres queridos.
Sin embargo, el Tanatorio Crematorio Mémora San José de Valladolid que presume también, en su página web, de “contar con las mejores valoraciones y reseñas en cuanto al trato personalizado, cuidado y profesionalidad de la zona”, está, desde el pasado viernes, en boca de todos.
Desde la agencia de comunicación del tanatorio califican de “incidente” lo que ocurrió el viernes pasado, día 9 de febrero, cuando confundieron dos cadáveres que fueron velados, durante horas, por familiares que se percataron de lo que estaba ocurriendo. Antes del entierro de estas dos personas salió a la luz el error.
Un familiar de César María, uno de los fallecidos, de 62 años y que mantenía lazos con la localidad vallisoletana de Villabrágima, se percató de lo ocurrido. “Uno de sus hijos se dio cuenta de la confusión porque quería despedirse de su padre y al levantar la tapa del ataúd vio que no era él”, aseguran fuentes municipales de la localidad vallisoletana a este periódico.
Los familiares de César María llevaban horas velando el cadáver de Eduardo, el otro fallecido. Mientras que los de Eduardo llevaban el mismo tiempo haciendo lo propio con el de César. Tras comprobarse que ambos cuerpos sin vida se habían confundido, se recondujo la situación, lo que obligó a retrasar ambos entierros.
Eduardo, de 98 años, era natural de la localidad vallisoletana de Mucientes, aunque también llevaba tiempo viviendo en una residencia vallisoletana, como nos informan fuentes municipales del pueblo pucelano. De hecho, el ataúd de Eduardo había salido ya rumbo a Mucientes hasta que se conoció el error, lo que obligó al coche fúnebre a dar marcha atrás.
En una comunicación por parte de la agencia de comunicación remitida a EL ESPAÑOL de Castilla y León, desde el tanatorio “lamentan profundamente el error” y han explicado que “se abrirá una investigación interna para esclarecer cómo se había producido ese error”.
Además, y para finalizar, en ese comunicado apuntan que se “va a compensar a las familias implicadas” tras dicha equivocación y en un momento muy sentido tras la muerte de un familiar.
“Un error humano”
“Se trata de un error humano puntual y sin mayor trascendencia que el propio tanatorio ya ha dicho que está intentando subsanar con una investigación y compensando a las familias”, asegura Florencio Vázquez, presidente de la Asociación de Empresas del Sector Funerario de Valladolid en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León.
Vázquez quiere evitar que se abran juicios de valor y que no se compare este caso con otros que se continúan investigando como la trama de los ataúdes dentro de la Operación Ignis y finaliza añadiendo que “no es una ilegalidad sino un fallo humano”.