Este martes, 27 de febrero, EL ESPAÑOL de Castilla y León hablaba con Angélica Ramírez Paredes, una vallisoletana de 49 años que suma más de 25 como socia del Pucela. De hecho, es la número 2.007, ni más ni menos. Todo porque, el pasado viernes, 23 del mismo mes, tras el triunfo del Real Valladolid ante el Real Oviedo, perdía su preciada bufanda.
No fue durante el partido cuando se le cayó el preciado objeto, en el estadio José Zorrilla, sino fuera, cuando salía de la puerta 6 y se dirigía hacia su coche para volver a casa en una noche gélida en la ciudad del Pisuerga y más aún en el barrio de Parquesol. “Me sentó fatal. El disgusto fue terrible”, aseguraba este martes en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León.
Al día siguiente volvió a la zona para recuperar la bufanda, con más de 30 años de historia y que le hizo su abuela. Por eso, el valor sentimental era doble y tenía que recuperarla, sí o sí. Sus amigos, y también su hija, comenzaron con la Operación ‘Recupera la bufanda’.
Una operación que ha resultado fructuosa, como ha confirmado en la mañana de este miércoles, 28 de febrero, la propia Angélica, en declaraciones a este periódico, la bufanda ha aparecido.
“A las 21.00 horas se puso en contacto una persona conmigo. Me dijo que había encontrado una bufanda antes del partido. Era de niño y no era la mía, la que mi abuela había tejido con tanto cariño”, nos confiesa la aficionada del Pucela.
Tras publicar su caso EL ESPAÑOL de Castilla y León, nuestra entrevistada apareció por varias radios y hasta en la televisión. “Mis amigos no se creían que esto pudiera haber trascendido tanto”, nos confiesa después del baño de masas.
A lo que vamos, el milagro se obró a eso de las 23.00 horas de la noche cuando un hombre, llamado Ángel, que se ha tornado en el ángel de la guarda, se puso en contacto con Angélica a través de Facebook.
“Me enseñó una foto y estaba claro, era mi bufanda. Me dijo de quedar y el sábado me la devolverá. Me dio mucha confianza y me dijo que está a buen recaudo. También me comentó que no quería los 50 euros de recompensa. Estoy muy feliz”, finaliza nuestra protagonista.
La preciada y querida bufanda de Angélica vuelve a sus manos. Un final feliz, muy feliz.