Una de las tantas curiosidades que rodean la Semana Santa de Valladolid es que esta guarda cierta relación con la Familia Real española. Y todo, gracias a la Real Cofradía Penitencial del Santísimo Cristo Despojado, Cristo Camino del Calvario y Nuestra Señora de la Amargura.
Corría el año 2009 cuando la reina Sofía aceptó ser la madrina de una de las tallas de esta cofradía, el Cristo Camino del Calvario, estrechando así el primer lazo de unión entre la Casa Real y la Semana Santa vallisoletana, aunque no es el único. Tanto es así, que la esposa del rey Juan Carlos también llegó a ser nombrada Hermana Mayor Honoraria de la penitencial, mientras que su hijo, el rey Felipe VI, concedió a la hermandad el título de Real Cofradía en el año 2016.
Así lo ha explicado el presidente de la cofradía, Tomás Ángel Santos Cano, en una entrevista con EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León: "Nosotros cursamos las invitaciones sin ningún tipo de esperanza, pero fue tal nuestra sorpresa cuando las aceptaron. Tener a un miembro de la Casa Real como parte de la cofradía para nosotros es un verdadero orgullo", ha apuntado.
Si bien, esta no es la única particularidad que acompaña a esta cofradía. Según ha revelado el presidente, también hay otras dos realidades que la hace diferenciarse, y bastante, del resto de cofradías de la ciudad.
El Cristo Despojado cuenta con la primera banda de cofradías que procesionó en Valladolid en 1945 y, además, es la única hermandad de la ciudad que no utiliza capirote, lo que le hace ser una de las cofradías que más consiguen llamar la atención de locales y visitantes.
Nacida el 23 de diciembre 1943 en el seno de la Juventud Obrera Católica (JOC), un movimiento de jóvenes cristianos trabajadores que, aunque en sus orígenes no eran cofrades, empezaron a procesionar en 1930, esta cofradía es la única de toda la ciudad que procesiona a cara descubierta por un motivo concreto.
Según Tomás, todo esto se debe a una concesión arzobispal que se remonta a 1930, cuando la JOC empezó a procesionar. Desde sus comienzos, lo hizo a cara descubierta por tratarse de una agrupación y no de una cofradía como tal, pues esta no se formó hasta 1943.
Sin embargo, dado que en 1968 la cofradía se separó de la JOC para empezar a funcionar de manera independiente, los cofrades decidieron consultar al arzobispado si podían continuar procesionando a cara descubierta o si, por el contrario, al haberse constituido como una cofradía independiente, tenían que confeccionar un hábito con capirote incluido.
“En plena restauración de la Semana Santa de Valladolid, el arzobispo Gandásegui encargó a la JOC, en su afán de volver a potenciar la Semana Santa, el acompañamiento del paso del Despojo, que estaba en el Museo de Bellas Artes. En el año 68, cuando la cofradía se separa de lo que es la JOC, se hizo una consulta al arzobispado para ver si se nos aprobaba mantener nuestra seña de identidad de procesionar sin capirote, o si teníamos que incorporarlo a la hora de confeccionar el hábito. El arzobispo nos indica que no puede haber cambio, que la cofradía se estableció con ese carácter y que, por lo tanto, así debía continuar. Entonces se confeccionó el hábito sin capirote y con los colores y rojo y crema, que eran los colores del escudo de la JOC. El crema por el tema de la pureza de la juventud y el rojo por el esfuerzo y el sacrificio del trabajo, puesto que eran jóvenes trabajadores”, ha explicado el presidente.
Desde su punto de vista, aunque en la ciudad del Pisuerga existen 20 cofradías penitenciales, realmente la que más penitencia hace es la del Santísimo Cristo Despojado “porque somos los que damos testimonio de fe a cara descubierta y porque eso hoy en día es un sacrificio”. Sin embargo, para ninguno de los casi 450 cofrades que conforman la agrupación esto resulta un impedimento, sino todo lo contrario: “Los que estamos aquí sabemos que nuestra cofradía tiene esta particularidad, no nos molesta en absoluto. Nosotros salimos con todas las consecuencias y para nosotros es un orgullo el mostrar a cara descubierta nuestro compromiso cofrade”, ha añadido.
Procesiones e imágenes de la Real Cofradía del Santísimo Cristo Despojado
La Real Cofradía Penitencial del Santísimo Cristo Despojado, Cristo Camino del Calvario y Nuestra Señora de la Amargura, “una cofradía de clase media, humilde y sin pretensiones", en palabras de su presidente, procesiona “casi todos los días de la Semana Santa”.
Se estrena el Domingo de Ramos en la Procesión de Las Palmas con la participación de la sección infantil, vuelve a pasear sus imágenes el Lunes Santo con el paso Camino del Calvario en la Procesión del Santísimo Rosario del Dolor, mientras que el Martes Santo lo hace en la Procesión del Encuentro junto a la Cofradía de las Angustias.
Retoman el Jueves Santo en su procesión titular del Santísimo Cristo Despojado, el Viernes Santo participan en la Procesión General de la Pasión del Redentor con los pasos Camino del Calvario, Preparativos de la Crucifixión y Cristo Despojado, y el Domingo de Resurrección ponen el broche de oro a la Semana Santa en la Procesión del Encuentro del Cristo Resucitado con la Virgen de la Alegría.
En cuanto a las imágenes que esta cofradía pasea cada año, cabe destacar que se trata de tres tallas propias que encargaron “por necesidad”, cuando los propietarios de las anteriores les comunicaron que no podrían seguir procesionándolas, o bien por razones de culto propio o por sus malas condiciones.
Actualmente, están verdaderamente orgullosos de contar con estas imágenes tan destacadas de la Semana Santa vallisoletana. Sin embargo, sí que en su momento el hecho de que les negaran seguir disfrutando de las que paseaban anteriormente, supuso, para la gran mayoría de ellos, un auténtico drama: “Fueron unos momentos de mucho dolor para la cofradía, pero gracias a eso ahora tenemos nuestras tres imágenes titulares propias que, además, se han conseguido con el esfuerzo de los cofrades y con una muy buena gestión económica”, ha señalado el presidente.
Estas son el Santísimo Cristo Despojado, la Virgen de Nuestra Señora de la Amargura y el Cristo del Calvario. La última tiene su día el Martes Santo en la Procesión del Encuentro, mientras que las dos primeras salen el Jueves Santo, el día grande de la cofradía.
El Santísimo Cristo Despojado se trata de una imagen murciana de 1993 firmada por José Antonio Hernández Navarro, “que sustituye a la del Cristo del Despojo, propiedad de la cofradía de Jesús Nazareno de Claudio Cortijo. Decidieron darle culto propio, entonces nos vimos en la necesidad de hacer esta imagen”, ha aclarado Tomás.
En el año 2000 la cofradía dio la bienvenida a la imagen de Nuestra Señora de la Amargura, creada por el mismo escultor. “Anteriormente procesionábamos una dolorosa, propiedad del arzobispado, que está depositada en la iglesia de San Miguel porque el consejo parroquial decidió que el estado de conservación de la imagen no recomendaba el procesionar, entonces nos encargamos nuestra dolorosa, que es la única que hay en Valladolid en madera policromada, que está de pie y descalza”, ha apostillado.
Tras ella, el Cristo Camino del Calvario, la más reciente. Esta imagen cordobesa de Miguel Ángel González Jurado data del año 2009 y sustituyó al nazareno del conjunto Camino del Calvario después de que el Museo de Escultura notificase que su desmontaje no estaba para nada recomendado y que, por tanto, este no se iba a volver a autorizar.
Además, cabe destacar que la Cofradía del Santísimo Cristo Despojado cuenta también con un conjunto escultórico denominado Preparativos para la Crucifixión, que, casualmente, es el primer paso que acompañó a la JOC y a la cofradía, y que procesiona el Viernes Santo, mientras que el de El Camino del Calvario lo hace, además de este mismo día, el Lunes Santo en la Procesión del Rosario del Dolor.
A estas imágenes se suma la que Tomás Santos define como “la gran desconocida de la cofradía”, el Cristo de la Fe, “un crucificado del año 49 que está hecho en madera de nogal y que, aunque no es una obra de arte comparable a otras, para nosotros tiene un significado muy especial", porque lo hizo un cofrade, Leocricio Rodríguez de Monar, y porque en 2012, después de que Benedicto XVI proclamase el año como año de la Fe, aprovechando que esta era la única talla de Valladolid con esa misma advocación, el entonces Arzobispo, Don Ricardo Blázquez, la decretó imagen jubilar, a la vez que a la Iglesia de San Andrés, templo jubilar.