El pasado 27 de febrero, la Diputación de Valladolid entregaba los premios Ecoempleo 2023 a tres empresas de la provincia. Lo hacía con el objetivo de reconocer proyectos innovadores que promueven la generación verde, así como el consumo eficiente, la movilidad inteligente y los ecosistemas sostenibles.
La institución provincial, en manos del diputado de Empleo, Desarrollo Económico y Reto Demográfico, Roberto Migallón, entregaba tres grandes premios y hacía dos menciones especiales, la primera de ellas a ‘Buteo Iniciativas Ambientales’, un proyecto muy concienciado con la naturaleza que lidera Juan Antonio Medina.
Nuestro entrevistado nos cuenta los secretos del éxito para conseguir esta prestigiosa mención y también nos habla de un futuro que se antoja sumamente optimista.
La vida del fundador
“Me considero una persona curiosa. Siempre con ganas de aprender cosas nuevas y poco amante de las rutinas y de los espacios cerrados. Me considero alguien en quien se puede confiar, como persona y como profesional. Aunque a lo largo de mi vida he tenido varias profesiones, soy naturalista de vocación”, asegura, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, Juan Antonio Medina Cuaresma.
A sus 54 años, él es el fundador de la empresa Buteo, desde hace 11 años, cuando echó a volar allá por junio del año 2013. Decidió emprender con más de 40 años y confiesa, orgulloso, “no arrepentirse”. No debe hacerlo dada la gran repercusión y las valoraciones positivas que está teniendo su buen hacer.
Nuestro entrevistado pasó la mayor parte de su infancia en Valladolid compartiendo juegos con niños y niñas de todas las edades en el patio del bloque de sus padres y en la calle, lo que era normal allá por los años 70, donde los móviles dejaban espacio a la creatividad y a los juegos callejeros.
“Todos los veranos pasábamos, en familia, parte de las vacaciones en la provincia de Málaga. Todavía había playas de pescadores bien conservadas donde un naturalista en ciernes podía encontrar auténticos tesoros. Crecí con referentes como Félix Rodríguez de la Fuente, Cousteau o Miguel de la Quadra Salcedo, y desde muy pequeño me pasaba horas dibujando animales o leyendo cosas sobre ellos”, explica.
Juan Antonio creció y mientras estudiaba su primera carrera, Ciencias Físicas, en la Universidad de Valladolid, comenzó a dar clases particulares y a hacer otros pequeños trabajos con el fin de ganar algo de dinero. Ahí también empezó a salir al campo, muy a menudo, para observar aves. Se hizo socio, tanto de SEO (Sociedad Española de Ornitología), como de una asociación local llamada Alauda, que se convirtió en su segunda familia. Al acabar la carrera tuvo su primer trabajo como investigador en la Universidad de Valladolid, en un proyecto europeo sobre energía renovables.
Tras pasar cinco años trabajando en Madrid, en una multinacional del sector de las telecomunicaciones, volvió a Castilla y León para gestionar, durante nueve años, proyectos informáticos, hasta que, en 2012 la crisis y la reforma laboral le llevaron a tener que elegir ente su familia o marcharse a currar al extranjero. Lo tuvo claro y decidió dar un giro radical a su vida profesional.
La puesta en marcha de Buteo
“Siempre he dedicado mucho tiempo a la observación y fotografía de la naturaleza, y también a guiar grupos y a dar cursos de diversas temáticas medioambientales. Estudié un master de gestión medioambiental en la Universidad de León y después Ciencias Ambientales. Cuando tomé la decisión de abandonar la informática y la gestión de proyectos, comenzó a tomar forma la idea de crear una empresa dedicada al turismo de naturaleza, la educación ambiental y la consultoría. Participé un una de las ediciones del programa CREA para emprendedores y, finalmente, me di de alta como autónomo en junio de 2013”, explica.
Y así es como nació Buteo, cuya sede está en su domicilio particular de Mojados. Estuvo varios años trabajando en el espacio coworking de la Agencia de Innovación del Ayuntamiento de Valladolid, pero la pandemia y unas inoportunas obras obligaron a cambiar de planes. Es él solo el que se encarga de sacar el día a día adelante en un proyecto que fomenta la divulgación y conservación de los recursos naturales. En ello está sumamente comprometido. La red de colaboradores también es fundamental.
“Nos dedicamos a organizar actividades de observación de la naturaleza, a la educación ambiental y a la consultoría turística y ambiental, especialmente en estudios de biodiversidad. Trabajamos con el cliente final directamente, pero también para entidades privadas como bodegas, balnearios o agencias de viajes e instituciones como ayuntamientos, diputaciones o universidades”, añade nuestro entrevistado.
Se encargan de crear experiencias innovadoras que combinan la puesta en valor de los recursos naturales como aves, setas, estrellas, flora, insectos con otros tipos de patrimonio, por lo que Juan Antonio se acreditó también hace años como guía oficial de turismo de Castilla y León.
Algunos ejemplos son el programa UVa Sostenible, que ofrece visitas guiadas a tres recursos de la Universidad ligados a la sostenibilidad, y el programa de Ecoturismo del Ayuntamiento de Mojados, que ofrece más de 20 actividades de temática medioambiental a lo largo del año.
Es un apasionado de los sonidos de la naturaleza, ha trabajado como investigador y consultor en este campo para la Universidad Autónoma de Madrid y actualmente participa en la organización de un congreso internacional sobre Ecoacústica que tendrá lugar en el mes de julio en la capital de España.
Un premio que sirve para ver el futuro con optimismo
“Veo y auguro un futuro muy esperanzador. Desde la pandemia hay mucha demanda de actividades en la naturaleza y más concienciación en cuanto a la necesidad de conseguir un tipo de desarrollo más sostenible. Por supuesto, dando gran importancia a las vertientes social y económica. En este sentido, vamos a lanzar en breve un programa de actividades que va a llevar el nombre de Naturaleza con Sabor, y que aúna naturaleza y gastronomía. Lo haremos en colaboración con un restaurante de Matapozuelos, una pastelería de Castronuño y una tienda de quesos artesanales de Medina del Campo”, explica Juan Antonio.
Nuestro protagonista valora, de forma muy positiva, la mención que la Diputación de Valladolid les otorgó hace menos de un mes. “Un reconocimiento así nos da mayor visibilidad y nos anima a seguir trabajando duro en la misma línea”, apunta convencido.
Los objetivos que se marca Buteo pasan por apostar por la diversificación para ofrecer productos y servicios cada vez más variados y atractivos. También por la desestacionalización para que haya actividades a lo largo de todo el año.
“Queremos consolidarnos como empresa, poniendo nuestro granito de arena para el desarrollo rural y llegar a clientes internacionales, principalmente a mercados como el de Reino Unido, Alemania o los países nórdicos”, finaliza.