Valladolid encamina el día de la Procesión General de su Semana Santa, declarada de Interés Turístico Internacional, con fe, devoción y muchas emociones. Unas fechas muy especiales para todos los vecinos de la ciudad del Pisuerga y que también suponen un atractivo turístico muy potente, por su fama y la especial belleza de sus pasos. Pero además de ello, las procesiones de las distintas cofradías también guardan ciertas curiosidades y guiños a sus tradiciones y las labores sociales que desempeñaban hace siglos.
Normalmente, el centro de atención de todas las miradas en la Semana Santa de Valladolid suele estar en los pasos, de incalculable valor histórico, artístico y cultural. Visitantes y vecinos disfrutan atónitos a los detalles totalmente fieles a la realidad de estas tallas, portadas en desfile por los cofrades o costaleros. Pero a veces esto hace que no nos percatemos de otros elementos que durante la semana de conmemoración cristiana anual de la pasión de Cristo salen a la calle en estos cortejos procesionales.
Algunos de ellos guardan curiosidades por su historia y suponen un recuerdo u homenaje a las labores sociales que las cofradías desempeñaban en otros tiempos. Por ejemplo, uno de los que destaca es el que la Cofradía de Las Angustias de Valladolid saca cada año en la Procesión General, y en el tramo de la Disciplina, el segundo de los tres. Es el azadón que porta uno de los cofrades.
Qué es el azadón y el motivo que le une a la Cofradía de Las Angustias
El azadón se distingue de la azada por su pala, que es cuadrangular, con cierta forma curva y más larga que ancha. Se utiliza para rozar y romper tierras duras, además de cortar raíces delgadas. Supone un "vestigio" de lo que fue la labor social de la cofradía en los siglos XVI y XVII, según explica el secretario de Las Angustias, Alejandro Carrión, a este periódico.
Y es que en aquellas épocas "no había un estado protector" como existe en la actualidad y eran las cofradías penitenciales quienes se encargaban de ayudar a las personas que no tenían "ningún tipo de recurso". Así, en el caso de la Cofradía de Las Angustias, disponían de un hospital en la calle Torrecilla donde asistían sanitariamente a estas personas, aunque "no una como la que ahora entendemos", ya que la gente iba allí "a morir".
Y es a partir de ahí donde entra en juego el azadón. Este curioso objeto era utilizado por la cofradía para el entierro de las personas sin recursos. Se usaba para la tierra donde sería posteriormente depositado el cuerpo sin vida de las personas a las que ayudaban. "Hay gente que no tenía ni familiares ni dinero para costearse un entierro y la cofradía enterraba a estas persona", explica Carrión.
El azadón es una de tantas insignias que la Cofradía de Las Angustias saca en procesión, pero en este caso lo hace únicamente en la Procesión General del Viernes Santo. Esto se debe a que es una "especialmente significativa porque es el entierro de Cristo".
Siempre sale en la misma posición y se enclava dentro del segundo tramo de los tres que saca la cofradía. El primero es el de insignias, el segundo es el de la disciplina, donde desfilan los cofrades alumbrando y los que portan las cruces en penitencia, de ahí el simbolismo de que salga en este el azadón, y el tercero corresponde al de la virgen de Las Angustias.
No hay una regla escrita que diga que deba ser determinado cofrade con algunas características en cuestión quien porte el azadón, sino que la cofradía abre el día de la novena de la virgen lo que se denomina "libro de insignias". Entonces, cualquiera que esté "al corriente de sus obligaciones", se acerca a la cofradía, solicita portar determinada insignia y se le concede.