La historia de Phuong Ma es un claro ejemplo de aventura y superación personal. De hecho, ella asegura que ha “tenido que aprender muchas cosas desde cero, sin ver”. Incluso, afirma, “he tenido que aprender a utilizar el cuchillo y el tenedor”, ha añadido.
La estudiante vietnamita está disfrutando de una experiencia Erasmus+ muy satisfactoria con el apoyo de toda la comunidad de la Universidad de Valladolid. Está cursando un Semestre Internacional en la Facultad de Derecho con el objetivo de formarse para ayudar a los colectivos más desfavorecidos de Vietnam.
Ma, como el resto de las personas con discapacidad, se tiene que enfrentar, en su día a día, a numerosos obstáculos para acceder a actividades que resultan tan cotidianas como pueden ser: la asistencia sanitaria, la educación o el empleo y el ocio.
Aprendiendo a usar cuchillo y tenedor
Si ya de por sí, el choque cultural durante el intercambio Erasmus resulta grande para cualquier estudiante por el ritmo de vida, la gastronomía, las tradiciones y demás, padeciendo algún tipo de discapacidad es mayor aún como está viviendo Phuong Ma.
Son muchos los estudiantes asiáticos que no utilizan cuchillo o tenedor habitualmente, y esta es uno de los problemas que se encontró la estudiante vietnamita que cursa el Semestre Internacional en la Facultad de Derecho de la UVa y que ahora tiene que aprender a comer con esos objetos padeciendo una ceguera total.
“Una de las cuestiones más difíciles a mi llegada tiene que ver con la cocina y la rutina alimentaria porque la cocina occidental, particularmente la española, es completamente diferente de la vietnamita, y los españoles comen más tarde que los vietnamitas. Por eso tuve que aprender a usar cuchillos y tenedores, lo que no fue sencillo al ser ciega total, y acostumbrarme a una nueva rutina alimentaria”, explica Phuong Ma.
Phuong Ma cursa estudios de Trabajo Social en la Thai Nguyen Univeristy of Sciences (TNUS) de Vietnam, y este semestre está cursando el Semestre Internacional en Derecho Europeo, Internacional y Comparado en la Universidad de Valladolid gracias a una beca Erasmus+. Cuando recibió la resolución de las ayudas Erasmus+, Phuong no dudó en elegir España y la UVa. “España es un país hermoso con una rica historia, cultura y patrimonio mundial que siempre quise visitar desde que era niña. Además, el semestre internacional que estoy cursando es muy útil para mi trabajo actual en la defensa de los derechos de comunidades marginadas en Vietnam, como personas con discapacidad o grupos étnicos minoritarios”, explica la estudiante.
Un día a día complicado con la ceguera total
Las dificultades en el día a día para una persona con ceguera total como nuestra estudiante son múltiples y muy diferentes. Tal y como explica Ma, le ha llevado mucho esfuerzo y tiempo aprender a moverse por su nuevo piso, por la facultad, las aulas y las instalaciones de la Universidad. Sin embargo, este proceso de adaptación espacial, cultural y climático ha sido mucho más sencillo con el apoyo de la Universidad de Valladolid, a través de sus servicios de Asuntos Sociales y Relaciones Internacionales, y de la ONCE.
El Servicio de Relaciones Internacionales acompaña a los estudiantes extranjeros en todo el proceso, desde las gestiones administrativas académicas hasta las gestiones, por ejemplo, relacionadas con el visado. “Me han ayudado mucho con los trámites administrativos y el papeleo incluso cuando estaba en Vietnam. Sin su apoyo y sus documentos, mi madre no habría podido acompañarme durante mi movilidad. También he recibido apoyo del Servicio de Asuntos Sociales, sus técnicos informaron de mi caso a mis profesores y me pusieron en contacto con un estudiante voluntario”, explica Phuong. Gracias a las gestiones de estos servicios los estudiantes con discapacidad, nacionales e internacionales, tienen acceso a materiales de estudio, conferencias y exámenes como cualquier estudiante sin discapacidad.
En el proceso de adaptación de los estudiantes Erasmus, especialmente de aquellos con discapacidad, son fundamentales también los voluntarios que facilitan su adaptación al día a día y a la vida universitaria. “El estudiante voluntario me ayudó a acostumbrarme al campus virtual de la universidad, solucionando algunos problemas con mi cuenta bancaria, etc.”.
Por su parte la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) se vuelca también en el apoyo a las personas ciegas que llegan a Valladolid y a otras ciudades españolas. La organización pone a disposición de los jóvenes recursos para facilitar su adaptación e inclusión en la sociedad vallisoletana. “Gracias al personal de la ONCE puedo moverme más fácilmente, ya que me han ayudado a practicar el uso del bastón con regularidad para moverme dentro y fuera del edificio de la Facultad de Derecho. Además, me han enseñado a usar el software OCR para convertir materiales de lectura en documentos accesibles y me invitan a reuniones semanales de intercambio de idiomas para practicar de inglés con personas ciegas y locales”, explica Ma.
Una experiencia muy gratificante
Una vez superadas las dificultades con el apoyo de toda la comunidad universitaria de la UVa, Phuong está disfrutando de una experiencia Erasmus muy gratificante en lo profesional y en lo personal. “Mis profesores y compañeros de clase son muy abiertos de mente y me apoyan mucho. Hago amigos y me llevo bien con mis compañeros que vienen de muchos países. Mis profesores son muy atentos y suelen preguntarme si tengo algún problema para asistir a clase o acceder a los materiales de estudio, por lo que realmente estoy pudiendo disfrutar de sus conferencias y del trabajo con mis compañeros de clase”, agradece Phuong. Pero no solo está disfrutando de la vida académica. La vietnamita se ha adaptado ya completamente a la ciudad y disfruta mucho de las diferencias con su país de origen. “En mi país hay mucho ruido y bullicio incluso los fines de semana, así que me parece muy interesante el ambiente tranquilo y pacífico que hay aquí los fines de semana. Los españoles se levantan tarde y se quedan despiertos hasta tarde, lo cual es opuesto al estilo de vida de los vietnamitas. Además es fantástico salir a las 8 de la tarde y poder seguir disfrutando de horas de sol”.
Phuong lleva un tiempo ya en Valladolid y no duda en recomendar la experiencia a todos los estudiantes con discapacidad que estén pensando en solicitar un Erasmus. “Durante el viaje en el programa Erasmus +, no estarás solo ni abandonado ni un segundo, así que recomendaría a cualquier persona que tenga confianza y considere este programa como una oportunidad preciosa para adquirir conocimientos, ampliar sus perspectivas y romper sus propias barreras. Creo que durante el camino habrá compañeros que les apoyen y no se arrepentirán de la decisión de realizar el programa de Movilidad Erasmus+”, recomienda la joven.