Entrar al Restaurante Pizzería al horno de leña UBI, de La Vega, es disfrutar. A la llegada de EL ESPAÑOL de Castilla y León, los empleados ya se esmeran para fabricar las mejores elaboraciones y derretir los paladares de sus comensales con pizzas únicas en la provincia de Valladolid y, podríamos decir también sin miedo a equivocarnos, que en el amplio territorio nacional.

Pizzas de callos, de rabo de toro, de pulpo, de codorniz escabechada o de carrillera de cerdo ibérico. Seguro que usted, que está leyendo esto, se está relamiendo ya solo de pensarlo. Destaca también la masa negra de estas curiosas pizzas, que se complementan a la perfección, en la carta, con carnes o incluso con sus famosas patatas. También, únicas.

Este periódico se cita en el local ubicado en la Avenida José Luis Lasa número 71 con el dueño del negocio. Carlos González Puertas nos abre las puertas de su casa con la mayor de las sonrisas para hablar de la historia del local y también del 40º Certamen Empresario del año 2023, organizado por la Facultad de Comercio, y donde el establecimiento hostelero participaba dentro de la categoría de sector hostelería.

Nuestro entrevistado es un hombre, de solo 45 años, que acumula 28 en un sector sumamente complicado y que precisa de mucho esfuerzo y trabajo diario. Pasó de abrir un restaurante en Parquesol a hacerlo en La Vega, en Arroyo de la Encomienda. Muchos le tomaban por loco, pero ahora es una auténtica referencia.

De trabajar en El Cuadro a montar su restaurante-pizzería de éxito en La Vega

“Me considero una persona normal y corriente. Un trabajador que aprovecha los ratos libres, los pocos que tenemos, para pasar tiempo con mi mujer y mis hijos, que siempre están ahí soportando mis locuras gastronómicas. De pequeño estuve en La Salle y siempre he sido muy extrovertido. Muy sociable. Tenía muchos amigos y jugaba al balonmano”, explica Carlos hablando de su vida.

Fue con 17 años cuando se adentra en el mundo de la hostelería para comenzar como camarero en Paco Suárez. Después también en la conocida sala de fiestas que llevaba el nombre de La Maraca. Poniendo copas y haciéndoselo pasar bien a la gente que acudía, de noche, a esos locales.

Posteriormente estuvo trabajando en la Pizzería Ubi Benne, durante cinco años hasta que con 24, junto a su madre, decide dar el salto y abrir su local en la Avenida José Luis Lasa, número 71, de La Vega, en Arroyo de la Encomienda. "Sin el apoyo de mi madre nada hubiera sido posible", añade.

“Nos vinimos a vivir a La Vega y abrí el restaurante-pizzería junto a mi madre. Pasábamos por aquí y veíamos el local en bruto. Pensábamos que era ideal para montar la idea que queríamos. Un local independiente, sin vecinos y con terraza”, explica nuestro protagonista.

Así que el 1 de julio de 2003, el Restaurante Pizzería Ubi La Vega se convertía en realidad. Fue una apuesta arriesgada. Por aquel entonces, como nos confiesa Carlos, Arroyo de la Encomienda “era un municipio pequeño con un censo de 1.780 habitantes”. Totalmente distinto a los más de 20.000 que viven en el lugar en la actualidad.

“No confiaban en nosotros. Era una localidad pequeña y apartada de Valladolid. Ahora, somos una referencia. En el éxito de nuestro local ha influido mucho el crecimiento de Arroyo”, nos explica el dueño.

Las “mejores pizzas castellanas” y un estilo innovador

En el lugar trabajan 14 empleados. Contando a Carlos. Cuenta con 240 metros cuadrados. El horario es de 12 a 16 y de 20 a cierre. El primer año de apertura realizaron un “estudio de mercado” para conocer los horarios a los que se acercaban los clientes, con el fin de ajustar el reloj a su negocio y al gusto de los comensales. 

Las especialidades, muchas. Pizzas, ensaladas, pinchos y carnes a la brasa. También sus deliciosas patatas. Cuentan con una carta que suma más de 120 platos, ni más ni menos.

“Llama mucho la atención la masa negra de carbón vegetal activado de nuestras pizzas. A día de hoy, somos una de las tres pizzerías de España que la tenemos. Todas las pizzas que tenemos en carta pueden llevar esta masa especial”, nos explica nuestro protagonista.

De ahí hasta la pizza de callos, que fue la más vendida en el año 2020. Se elabora con un guiso tradicional de este manjar de la casquería, al horno de leña, a fuego lento hasta conseguir casi una reducción a seco. Todo rematado con sal de escamas y mozzarella sobre una masa casera. Una delicia.

O la Pizza Tierra de Pinares, con la que ganaron el Concurso Provincial de Pinchos a la mejor tapa caliente.  Compuesta por masa negra, níscalos cocinados con vino de Serrada, jamón ibérico, queso trufado, piñones, mozzarella, espárragos trigueros y una ralladura de piña verde. Deliciosa.  

“También tenemos la pizza de pulpo, que la hemos presentado en el Concurso Nacional de Pizzas y con la que quedamos octavos. La de rabo de toro, codorniz escabechada, la de morcilla con queso de cabra y miel y las clásicas, sin olvidarnos de las patatas Ubi”, añade orgullos, y no puede ser para menos, nuestro entrevistado.

Todas las elaboraciones llevan los productos de cercanía. Esos del pequeño comercio de la provincia de la mano de Alimentos de Valladolid.

Una gran experiencia en el 40º certamen de Empresario del Año 2023

“La experiencia dentro de este 40º certamen de Empresario del Año 2023 que organiza la Facultad de Comercio de la Universidad de Valladolid ha sido muy positiva, aunque no hayamos ganado dentro del apartado de hostelería”, asegura Carlos González Puertas.

Un certamen sumamente acertado que premia a esas personas que dan identidad a un territorio con sus ideas. Con sus negocios de proximidad. Esos que, tristemente y en las últimas fechas, están teniendo que echar el cierre.

“Nos presentaremos el próximo año en busca del triunfo. Todo, con la base de nuestro esfuerzo y con todo el recorrido profesional que atesoramos. Tras más de 20 años queremos seguir esforzándonos, haciendo cosas diferentes, para intentar satisfacer las necesidades de nuestros clientes”, finaliza Carlos.