La gastronomía es uno de los puntos fuertes del país y, sobre todo, de Castilla y León. Recorrer cada uno de sus bares significa adentrarse en un universo de alimentos deliciosos donde, en cada lugar, destaca uno especialmente.
Lo cierto es que cuando somos capaces de reconocer los clásicos de cada bar ya vamos a lo seguro. En busca de ese plato concreto para saborearlo y degustar los mejores productos de la tierra. Algo parecido ocurre en Valladolid. Los habitantes de la ciudad del Pisuerga sabrían decir con los ojos cerrados cuáles son los productos más tradicionales de cada establecimiento de la ciudad, y eso que no son pocos.
Sin embargo, si hay uno que destaca especialmente es La Bodeguilla. Un bar que se ubica en la Calle Zúñiga, muy próxima a la Plaza Mayor y que cada día congrega a decenas de vecinos y turistas para probar su especialidad. Probablemente, todos los vallisoletanos hayan hecho alguna vez en su vida una parada en el establecimiento, y no es para menos. Pero ¿qué es lo que más destaca?
Pues bien, este bar que lleva abierto desde 1987, es muy famoso por sus pulguitas. Estos pequeños bocaditos son un clásico en Valladolid y los hay de muchos tipos. Destaca especialmente el de queso, anchoas, la combinación entre ambos productos y también el de anchoas y pimiento. Pero, si hay uno que vuelve loco a todo el que va es el clásico, es decir, el de bonito.
El bonito es, sin duda, el alimento estrella de la bodeguilla. Lo que hace que cada día decenas de personas acudan al establecimiento a degustar este delicioso producto. De hecho, si observamos las críticas en Internet, todos coinciden en ello. “Si pasas por aquí no puedes dejar de pedir un bocadillito de bonito, con o sin anchoa”, escribe uno de los clientes. Otros lo definen como un “clásico” y es que ya lleva 37 años conquistando paladares.
“En el recorrido de tapas que se hace en Valladolid, no puede faltar la bodeguilla. Este local tiene aire del siglo pasado y eso le hace encantador. No puede faltar el bocadillito de bonito y la ensalada de tomate”, afirma otro comensal.
Lo cierto es que en la Calle Platerías tienen otro establecimiento, mucho más amplio y con más variedad de comida para poder ir de tapas, aunque tampoco en este faltan sus famosas pulguitas de bonito. En este, también se pueden encontrar raciones de jamón ibérico, lomo, chorizo o queso. Así como variedades de ensaladas del cantábrico, la clásica de la bodeguilla o de Santoña. Así como tablas o conservas del Cantábrico.
Sin embargo, son muchos los que siguen prefiriendo el de la Calle Zúñiga por sus aires tradicionales y ser el primero que abrió sus puertas en la ciudad del Pisuerga logrando convertirse en un emblema de la ciudad.