Segunda y última de la Feria de San Pedro Regalado. Muy buena entrada la registrada en el coso del Paseo Zorrilla con un lleno en los tendidos. Se lidiaron toros de Garcigrande, aunque el primero de ellos llevaba el hierro de Domingo Hernández.

Desiguales de presentación, algunos terciaditos y anovillados, con un juego dispar destacando por su transmisión, movilidad y codicia el corrido en segundo lugar cuya lidia y muerte correspondió a Emilio de Justo que demostró estar en un momento dulce.

Morante pechó con un lote desigual dejando toreo del caro en su segundo, y Roca Rey no pudo más que mostrar su buena disposición en ambos toros al corresponderle el peor lote.

Morante

El de la Puebla no pudo lucirse con el primero de su lote, un toro de capa negra y con un peso en la romana de 567 kg, tocadito arriba de pitones y estrechito de sienes. El primer tercio transcurrió sin pena ni gloria. Con la franela Morante dejó destellos tanto con la mano izquierda como por la derecha, punteando el de Domingo Hernández a la salida de cada muletazo. Necesitó de un golpe con el verduguillo precedido de dos pinchazos y de un pinchazo hondo. Silencio.

Con el segundo de su lote, el toro de menos peso del encierro con 497 kg a los lomos, Morante no pudo lucirse con el capote. Recibió un puyazo. Inició la faena de muleta el cigarrero con ayudados por alto rodilla en tierra para a continuación sacarse el toro a los medios con muletazos muy ajustados y muy reunidos, con mucha enjundia, con los riñones encajados y acompañando la embestida con el cuerpo.

Le citó de lejos el de La Puebla con la mano derecha en los mismos medios acudiendo el toro con prontitud y buen tranco, descolgando la cara y embistiendo por derecho. Brotaron tandas por ambos pitones de una enorme estética y plasticidad, no exentas de profundidad, con un juego de muñecas prodigioso y el temple por bandera ¡qué manera de torear!

Consciente de la falta de fuerzas del toro Morante entre tanda y tanda le daba su tiempecito a del Garcigrande para que cogiera aire dado que de mitad de faena en adelante el toro empezaba a acusar el toreo exigente del sevillano. Mató de estocada desprendida. Oreja.

Emilio de Justo

El torero extremeño se llevó el mejor lote del encierro. Al primero de ellos, un colorado capirote y con un peso en la báscula de 521 kg, le cuajó de principio a fin. Da gusto ver a este torero y el momento en el que se encuentra. Con el capote estuvo cumbre.

Le recibió con unas verónicas de ensueño, enganchando al de Garcigrande con los vuelos del capote acompañando la embestida con el cuerpo pasándoselo por la barriga, todo ello muy encajado, con los riñones metidos, y con un perfecto juego de brazos.

Intercaló las verónicas con unas chicuelinas muy ajustadas rematando con dos medias que pusieron al público en pie. Recibió un buen puyazo el toro seguido de un quite por chicuelinas bajándole las manos que llegaron mucho al público. Brindó la faena al periodista vallisoletano Fernando Fernández Román.

Ya con la muleta se sacó el toro a los medios alternando muletazos por ambos pitones en los que sobresalieron los trincherazos. El de Garcigrande fue un gran toro, con trasmisión y codicia, acudiendo al toque con prontitud, y ya en el embroque metía la cara con clase desplazándose tanto por el pitón izquierdo como por el derecho lo que le permitía al torero extremeño colocarse sin apreturas para llegar a componer una faena de altos vuelos.

Las tandas eran rotundas, propias de un torero en sazón y con una gran capacidad, con muletazos muy profundos, de enganchárselo adelante y llevárselo hasta atrás, aunque, por poner un pero, en algún momento se le vio un poco acelerado quizás por la condición del propio toro. Ya en los últimos compases de la faena hizo dos amagos de rajarse, pero el extremeño tuvo el mérito de sujetarle surgiendo en esos momentos uno de los pasajes más bellos de la tarde toreando por naturales con la mano derecha poniendo la plaza bocabajo. Mató de estocada algo caída. Paseó una oreja tras haber petición muy fuerte de la segunda. Dio dos vueltas al ruedo. Pitos al presidente.

Al segundo de su lote, un toro negro de 536 kg, Emilio de Justo le recibió a porta gayola, y ya de pie, le enjaretó unas verónicas que llegaron mucho al público.

Acudió dos veces al caballo Garrochista, la segunda a petición expresa del propio matador. Brindó al público. Le instrumentó una faena larga el torero extremeño, pero tuvo el mérito que en ningún momento bajó la intensidad. Surgieron tandas por ambos pitones armoniosas y cadenciosas sin que en ningún momento el toro se llegara a emplear, de manera que en cuanto se vio podido se rajó queriéndose desentender de la franela pero anduvo listo Emilio y le planteó la faena en los terrenos que el toro pedía.

Y ahí fue engarzando muletazos, tanto por el pitón derecho como por el izquierdo que pusieron de nuevo al público en pie. Mató de una estocada. Faena de una oreja que fue premiada con dos.

Roca Rey

No ha tenido suerte el peruano en la tarde de hoy en Valladolid. El primero de su lote, de 518 kg, fue un toro muy terciadito y anovillado, de muy buena condición en la embestida pero sin fuerza alguna, sin fuelle. Lo templó Roca Rey por ambos pitones, pero aquello carecía de emoción. Mató de estocada. Ovación y pitos en el arrastre para el de Garcigrande.

Al segundo, el toro de más cuajo de la corrida, de 583 kg en la báscula, le recibió el peruano con unas verónicas que pararon el tiempo, a cámara lenta, de ensueño, no se puede torear más despacio a un toro de salida.

Gustaba el de Garcigrande pero desagraciadamente se dañó en el caballo y fue devuelto, saltando en su lugar, Arrogante, un colorado de 544 kg, que fue recibido de nuevo por verónicas. Del caballo salió suelto correteando por la plaza sin que hubiera orden alguno.

Tras brindar al público se sacó el toro a los medios andándole con muletazos por ambos pitones. Bonito inicio de faena. Mostró una gran disposición toda la tarde el peruano, y en este segundo bis de su lote, no podía ser menos, pero el toro carecía de empuje y de clase, echando la cara arriba a la salida del muletazo, muy “esaborío” el de Garcigrande.

Lo intentó Roca una y otra vez tanto por el pitón derecho como por el izquierdo pero aquello no trascendía, no llegaba al público. Mató de una gran estocada. Ovación.

En resumen, bonita tarde la vivida hoy en el coso del Paseo Zorrilla con un ambientazo en los bares y restaurantes antes y después de la corrida, con una masiva afluencia de gente joven y un lleno en los tendidos. Conclusión: ¡la Tauromaquia no es “irrelevante” Sr. ministro! 

P. D.: Muchos “morantistas” en los tendidos, además de gente joven y del “corazón” siguiendo a Roca Rey. No faltaron extremeños de Torrejoncillo que jalearon a De Justo. Y varios diestros en el callejón y en los tendidos: David Luguillano, Joselillo, Borja Jiménez, Darío Domínguez y los novilleros Ismael Martín y Mario Navas.