Carlos Soto, uno de los fundadores de Celtas Cortos va a sacar el tercer sendero por el que discurre el viaje de Castijazz bajo el nombre de Barrio Mudéjar y en un álbum que busca ser un lugar de encuentro y entendimiento y convivencia entre las diferentes culturas, partiendo de una asimilación de elementos moriscos, tanto de nuestra tradición cultural como de la sefardí.

Para editarlo, han lanzado una campaña de crowdfunding en goteo.org que cuenta ya con el apoyo de más de un centenar de mecenas. En ella se ofrecen, además de este nuevo disco, láminas, camisetas o recompensas como una pieza de cerámica de Portillo, productos de la bodega La Veguilla de la DO Ribera del Duero o, incluso, un taller musical para aprender las canciones de este nuevo disco, además de otras muchas cosas.

Barrio Mudéjar trata de seguir la estela de su anterior disco: Tierra de Nadie. Un trabajo que simbolizaba esa frontera móvil desde Al Ándalus y hasta Asturias, habitada por distintas gentes que, en esencia, eras las mismas cantando las mismas canciones y bailando las mismas danzas.

Su primer disco homónimo, "Castijazz", galardonado con el Premio Europeo de Nueva Creación de Folklore "Agapito Marazuela" en 2011, completa la trilogía. Un proyecto que se sumerge en la fusión de melodías populares y de inspiración tradicional con otros instrumentos y otras músicas de raíz procedentes de distintas culturas del mundo.

"A la hora de componer y elaborar este disco hay muchísimas influencias", explica el propio Carlos Soto: "Es un disco que tenía muchas ganas de hacer desde hace mucho tiempo; desde que era muy joven la tradición sefardí me llegó a través de los discos de Joaquín Díaz y desde un principio la sentí como muy cercana; con el tiempo te das cuenta de que hay muchos temas en esas tradiciones que son comunes, tanto en la temática o el tratamiento, como en la parte musical".

Carlos ofrece su propia visión sobre esta herencia musical en "Barrio Mudéjar", respondiendo a la pregunta de qué es lo que se tocaba en la península en ese momento de convivencia. "Aunque las normas quizá impedían juntarse, la realidad según muchos historiadores fue que en las grandes celebraciones o fiestas, el pueblo convivía y cantaba las mismas canciones, cada cual desde su prisma cultural, existiendo debido a esta situación una continua permeabilidad musical". Si a esto le añadimos la impronta de Soto, que va de la música tradicional al jazz, da como resultado este "Barrio Mudéjar".

Carlos Soto es la pieza clave de este trabajo. Uno de los fundadores de Celtas Cortos, banda con la que ha escrito parte de la historia del folk-rock de nuestro país, tocando la flauta travesera, componiendo algunos de los éxitos del grupo y girando por medio mundo. En 2003 da un giro a su carrera y forma junto con Maria Desbordes, Awen Magic Land, una formación electrónica con sonoridades étnicas. Se establece en San Miguel del Arroyo (Valladolid) desde donde dirige su sello discográfico, Awen Records, y su estudio de grabación El Círculo Mágico, donde ha grabado y producido más de 20 formaciones. Ha formado parte de grupos de música tradicional castellana como Almenara o La Bazanca, y ha colaborado en grabaciones y conciertos con innumerables grupos y solistas. En 2011 comienza su andadura con su proyecto Castijazz.

La formación que le acompaña en este disco está compuesta por Adal Pumarabín a las percusiones, César Díez al contrabajo, Miguel Fraile a la guitarra española, Laura Pérez a la voz y percusiones y Jesús Bravo al teclado. Para dar forma a este "Barrio Mudéjar" se une Ramiro Amusategui, laudista y profesor de música modal de Carlos Soto, colaborador habitual y arreglista de Radio Tarifa. Amusategui ha ejercido además de coproductor, participando en la elección de los temas y las melodías.

En el apartado de colaboraciones destacan dos figuras históricas que interpretan sendas canciones en "Barrio Mudéjar": Eliseo Parra y Javier Ruibal. Además, con el concepto de barrio como lugar de encuentro y convivencia, muchos de los músicos que han pasado por El Círculo Mágico han dejado su huella en el álbum, enriqueciéndolo con otras sonoridades. Es el caso de Alberto García, violinista de Celtas Cortos con quien comparte su proyecto El Alquimista Loco, el percusionista venezolano Yonder Rodríguez que ha tocado el daf iraní, Javier Sánchez de Nivai que toca el hang drum, la violista Amaya Arnáiz o alumnos del aula modal de Ramiro Amusátegui, entre otros. También participan Toño Ortega de Candeal, Carlos Herrero de El Naán y Jesús Cifuentes de Celtas Cortos