Clara Esteban Román es una joven de 24 años que nació en Medina del Campo. Es una mujer echada para delante. No todos somos capaces de lanzarnos a la piscina y comenzar un difícil camino en el mundo de los emprendedores. Ella sí. De hecho, abrió, hace un año y medio, una tienda online de ropa que lleva el nombre de Magisi Shop.
Sin embargo, hoy hablamos con la protagonista de este escrito de su auténtica pasión: la fotografía. Ese arte tan importante como infravalorado, en muchas ocasiones, que intenta capar el instante perfecto para hacer una crónica única de una fracción de segunda concreta que demuestra que el profesional ha estado ahí, en ese momento, y ha realizado la instantánea perfecta.
Clara hace fotos. Y de las buenas. Todo dentro de un mundo sumamente complicado y en el que te juegas el pellejo como es el de la fotografía taurina. Ella suma 50.000 imágenes desde que debutó, allá por 2014, en Arévalo. Sustos ha tenido. Pero ilusión no le falta para seguir haciendo con lo que disfruta… y mucho.
Una mujer alegre y perseverante
“Me defino como una joven de 24 años, perseverante y que alegre. Me gusta mucho disfrutar con las personas que quiero y ser feliz”, asegura, en declaraciones a EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León Clara Esteban Román, con el optimismo que le caracteriza, desde el minuto uno y pidiéndole que se defina.
Nuestra protagonista nació en Medina del Campo. Allí reside. Vive su infancia “feliz y rodeada de su familia” en la Villa de las Ferias. Una localidad, la vallisoletana, histórica y perfecta para crear un proyecto de vida. Añade que los suyos, sobre todo por parte de madre, son “los que le han ayudado en cada paso dado”.
Graduada en Integración Social, nuestra protagonista decidió, hace un año y medio, emprender. Abrió su tienda de ropa online que lleva el nombre de Magisi Shop. Un trabajo que alterna con su otra pasión, la fotografía. Disfruta mirando la vida a través del objetivo, sobre todo, en los festejos taurinos.
Nos habla más a fondo de su pasión.
Pasión por la fotografía taurina
“Siempre me ha gustado la fotografía en general. Empecé a ir a los festejos taurinos por mi abuela que es muy aficionada. Siempre le acompañaba. A raíz de esto, ya por el año 2013, el tema de los concursos de cortes y los festejos populares en general me llamaban muchísimo la atención y empecé a acudir más frecuentemente a los festejos de la zona. A raíz de esto, observaba las instantáneas de los que ahora son mis compañeros de afición, y me parecía tan increíble poder plasmar todos esos momentos, que decidí empezar a fotografiar en este bonito mundo del toro”, nos explica.
Desde bien pequeñita era la típica niña que iba a las excursiones del colegio con la cámara de carrete en la mano. De ahí hasta el año 2014. Fue en la Plaza de Toros de Arévalo, en la Liga del Corte Puro, cuando empezó a realizar unas fotografías excelentes con la cámara que sus padres le habían regalado. Fue el momento perfecto para estrenarla.
“No llevo la cuenta exacta de las fotografías que habré tirado hasta la fecha, pero no mentiría si digo que unas 50.000. Recuerdo muchos eventos taurinos de forma especial como las capeas de Medina o su concurso de cortes. También en Cuéllar, Navas de Oro y, por supuesto, Valladolid, Madrid, Valencia o Castellón que son sitios únicos y te hacen vibrar. También Ciudad Rodrigo. Son lugares en los que veo a mis amigos disfrutar delante del toro”, añade.
Sustos y futuro
En cuanto a los sustos, que también los ha habido, nuestra protagonista recuerda uno que tuvo en el año 2023. Fue en Ciudad Rodrigo, en el Concurso de Cortes. Estaba situada en uno de los burladeros y un todo se metió. No había escapatoria. Se quedó tendida en el suelo hasta que uno de los cortadores consiguió sacar a Calara de allí.
“La fotografía es un campo muy amplio. Cada fotógrafo tiene su forma de ver las cosas y no por eso es mejor ni peor. Simplemente es diferente y eso es lo bonito”, asegura convencida nuestra protagonista.
Desde año y medio alterna esta pasión por la fotografía con su tienda de ropa online. Ella es “de vivir día a día” pero quiere “seguir luchando con ganas e ilusión” para “hacer lo que verdaderamente le hace feliz”. Pisar infinitas plazas y disfrutar con los suyos de esta afición. Eso es lo que queda, al final, recordar muchos y buenos momentos captados a través del objetivo.