Una vez escribí de Paco que, sin haberse calzado unas deportivas en su vida, había estado en cinco olimpiadas. Eso sí, currando y ordenando desde las cocinas de la Casa de España.

Con Paco te puedes estar riendo a mandíbula abierta allá donde esté. Y en su homenaje lo volvió a demostrar; su carisma, sus "tablas escénicas", tras más de 60 años de curro entre la barra de aquel bar de su padre y los salones de La Criolla, y su manera tan peculiar de contar chistes y chascarrillos, hacen de este personaje un tipo, divertido, agradable y campechano.

Cuando cogió el micrófono para agradecer el homenaje, no se le ocurrió otra cosa, entre otras, que entonar la 'Morenita' de los Candeal a dúo con Toño, que se encontraba en el acto junto a otros amigos y compañeros de "La Fuga", una especie de peña de amigos desde los años 90.

Y contó un chiste que, hasta la mesa presidencial no pudo contener las carcajadas. Así es 'Paco Criollo', como le decimos los "fugados". Un tipo con una entereza enorme, al que hubo que ayudarle a bajar de su silla de ruedas (maldito ictus), y tras asomar unas lágrimas de la emoción, soltó un chascarrillo de los suyos, transformando la emotividad en diversión.

Y emotivo fue el momento en el  que Dani, su auxiliar, le ayudó a bajar de la silla de ruedas y la plantó un beso de esos de afecto, de agradecimiento.

Sinceros y emotivos estuvieron, tanto el alcalde, Jesús Julio Carnero, como el presidente del COE, Alejandro Blanco. Ambos recordaron el vallisoletanismo de Paco con sus salas dedicadas a personajes pucelanos, y su buen hacer al frente de La Criolla, como los gratos recuerdos y la profesionalidad que ha venido desarrollando en las olimpiadas al frente de la culinaria de la Casa de España, ahora en manos de otra vallisoletana de postín como es la cocinera Elena Martí Unibaso, quien recibió un agradecimiento del COE, y a la que París espera para las próximas olimpiadas.

Paco recibió una escultura de Ansúrez en nombre del Consistorio, que es como decir de todos los vallisoletanos, y una camiseta con la enseña de España y su nombre grabado, que es como decir de todos los deportistas a los que ha venido dando manduca durante las olimpiadas, cuando el de la vallisoletana Peñaflor de Hornija (allí tiene su calle), estuvo comandado la cosa del buen yantar.

Y como dice parte de la letra del pasodoble que le hizo Enrique Castro, y que le dedicamos los críticos taurinos en los 90: "Paco, Paco, Paco, vestido de cocinero, eres como un gran torero, recibiendo la ovación".

Entre los detalles del acto, destacar el de Atilano (Rubí 5) con la rima que le dedicó y los mandiles serigrafiados en honor a Paco. La sala de recepciones del Consistorio pucelano se llenó de cocineros ocasionales.

Y como dijo Alejandro Blanco en su disertación. "Paco, estás haciendo tu propia olimpiada, y seguro que saldrás adelante". Grande, Paco 'Criollo'.

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