Una de las arterias exteriores de Valladolid tendrá un lavado de cara, para potenciar un entorno urbano más sostenible, inclusivo y accesible, según ha asegurado el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible.
Entre los cambios más significativos de la VA-20 se encuentra la construcción de un carril bici de 10 kilómetros de longitud debidamente señalizada y dotada con iluminación LED, así como la mejora de las aceras y el acondicionamiento de nuevas zonas verdes.
Una adjudicación por valor de 12,8 millones de euros para adecuar al paso de peatones y bicicletas un tramo de 10,3 kilómetros en el tramo comprendido entre la glorieta de enlace con la N-620, Av. de Burgos, y la glorieta de inicio de la VA-30, ambas incluidas.
Las obras buscan integrar esta vía en el entorno marcadamente urbano en el que se encuentra, impulsando la movilidad sostenible y activa y mejorando la seguridad vial y la calidad de vida de los vecinos, aseguran.
Otra de las medidas que el ministerio pondrá en marcha de cara a calmar el tráfico en la zona, será la reducción de la velocidad máxima a 50 km/h, y la adecuación de la señalización vertical y cartelería o reducción a 6,50 metros del ancho de ambas calzadas, así como la rehabilitación estructural del firme del tramo, entre la Av. de Salamanca y la A-62.