Ambición, metas, sueños y sacrificio. Estas han sido las claves del éxito de Jaime Bes, un joven de tan sólo 22 años que ya ha conseguido hacerse con su plaza de funcionario y que ahora se dedica a formar a los demás para que también puedan lograrlo. 

Natural de Viana de Cega, una localidad ubicada a escasos 19 kilómetros de la capital, logró una gran hazaña nada más cumplir la mayoría de edad cuando consiguió su primera plaza como interino en el Ayuntamiento de Mayorga. Fue cuando estaba en segundo de bachiller cuando se empezó a interesar por el Grado de Política y Gestión Pública. Un camino que le llevó a valorar la opción de empezar a opositar. 

Dicho y hecho. "Empecé presentándome a lo que saliera. Me fui a La Rioja, Palencia, Segovia e, incluso, Madrid para meter la cabeza cuanto antes", recuerda en declaraciones a EL ESPAÑOL- Noticias de Castilla y León. Hasta que el día que cumplió 19 años, como un gran regalo por todo el esfuerzo que había realizado, tomó posesión. Pero no frenó, continuó trabajando y fue en septiembre de 2022 cuando, por fin, logró alcanzar su plaza de funcionario en San Leonardo de Yagüe.

Poco tiempo después, en marzo de 2023, salió una vacante para dirigir el Centro de Día para personas mayores de Arévalo y lo vio como "una buena oportunidad". Decidió emprender ese nuevo reto mientras iba compaginando todo con la carrera que se estaba sacando. Él no tiene dudas de que la clave del éxito es tener "una buena organización".

Cree que muchas personas se frustran por las redes sociales ya que se difunde el falso mensaje de "lo quiero, lo tengo" y lo que se debe hacer para alcanzar las metas es "fijar un objetivo a medio- largo plazo e ir progresando y consiguiéndolo paulatinamente". Por su puesto, en estos planes entra dentro el dejar atrás alguna que otra cosa en su temprana edad: "Cuando me fui a Soria no sabría que poco después lograría tener un puesto de dirección a 45 minutos de mi casa. Hay que dedicarle tiempo a las cosas y saber que, si tienes que marcharte de tu hogar, será una experiencia enriquecedora muy grande". 

Para él haber salido de su zona de confort ha sido un impulso dado que te permite "ver todo de otra manera, con otra perspectiva" y cree que el único consejo que daría a quienes se encuentran en su mismo camino es que "disfruten de las etapas" porque la senda del funcionario es "dura pero bonita". 

Su objetivo es "seguir promocionando, mejorando, estudiando, formándome" y "disfrutando" de todo lo que ha conseguido a sus 22 años porque ahora, afirma, está "muy feliz" con su puesto de trabajo. 

Un aprendizaje que le ha servido para ahora ayudar a los demás. Bes ha montado su propia academia 'online' para enseñar lo que echó "en falta" cuando se preparó las oposiciones. Afirma que el ser tan joven no es ningún problema para sus alumnos ya que ellos sólo ven "una persona que se preocupa y que les gusta cómo comunicas". 

Su academia "no es masificada" porque el vallisoletano apuesta por "un trato personalizado": "Para mí no son un número, sino que son personas con nombres y apellidos". Antes de comenzar con cada uno tiene una reunión previa porque quiere que la gente "no se lleve a engaño" y, además, matiza que "no hay permanencia y se paga mensualmente". Esto lo hace para que "cuando quieran, se puedan ir". 

Bes cree que, más allá de ser un profesor que les enseña sobre aquellos conocimientos que ha ido adquiriendo, es una persona que "les acompaña en el proceso". Y es que está ahí para "cualquier duda, problema o circunstancia que pueda surgir" y no sólo para "dar un temario o exámenes".

El arbitraje, una gran pasión 

Como dice él, siempre hay "tiempo para todo", y mucho más cuando se trata de un hobby. En su caso, es el arbitraje, un mundo en el que se adentró cuando sólo tenía 15 años. "Me empezó a gustar e interesar y fui promocionando hasta llegar a Primera Provincial de Aficionados", asegura. 

Un deporte que, más allá de practicarlo, le ha dado "muchas tablas" ya que con muy pocos años tenía que "tener responsabilidades, estar bien físicamente y enfrentarte a partidos complicados". 

Una afición que le ha llevado a aprender sobre "responsabilidad, justicia e imparcialidad". En definitiva, a saber tomarse la vida "de otra manera".

Jaime arbitrando un partido