Javier delante de la Heladería Baonza con su famosa leche helada

Javier delante de la Heladería Baonza con su famosa leche helada Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Valladolid

Una heladería con 30 años de historia que vende una delicia artesana única: “La creó mi bisabuelo y está riquísima”

Cuentan con más de 40 variedades de helados y con otros productos que encandilan a su clientela

20 julio, 2024 07:00

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Tordesillas es un conocido municipio de la provincia de Valladolid que cuenta, en la actualidad y según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), con 8.681 habitantes que cuentan con todos los servicios dentro de un lugar bello para vivir rodeado de historia.

A 28 kilómetros de la capital y sobre la vega y ribera del Duero. Un cruce de caminos que le permite ser, a día de hoy, uno de los núcleos de población que están mejor comunicados de España. Allí destaca su espectacular puente medieval y cuenta con Oficina de Turismo, muy cerca.

Una oficina que se encuentra instalada en uno de los edificios de mayor trascendencia histórica del pueblo como son las Casas del Tratado, el lugar en el que se certificó la Firma del Tratado de Tordesillas el pasado 7 de junio de 1494 y por el cual las tierras del Nuevo Mundo se dividieron entre Castilla y Portugal.

La localidad pucelana es perfecta también para que los más valientes se atrevan a montar su negocio. Como es el caso de Javier Baonza, que ha dado continuidad al de sus antepasados.

Conocemos los secretos del éxito de Heladería Baonza, en el centro de Tordesillas.

Una heladería con 30 años de historia

Soy el nieto de la persona que abrió las puertas de la Heladería Baonza y el biznieto del creador de nuestro producto estrella que pasa por ser la leche helada”, asegura, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, Javier Baonza Nozal, natural de Tordesillas y que lleva toda la vida en el pueblo.

La leche helada de Heladería Baonza

La leche helada de Heladería Baonza Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

A sus 33 años, el joven recuerda su infancia. Rodeado de su familia y amigos. Disfrutando de viajes y aventuras y trabajando, junto a su padre y su abuelo en la Heladería Baonza que tiene una historia de más de 30 primaveras, ni más ni menos.

La Heladería Baonza la abrió mi abuelo. Después, mi padre dio continuidad al negocio. Ahora somos mi hermana y yo los que hemos cogido las riendas tomando el testigo de mi padre, hace ya ocho años”, confiesa nuestro entrevistado.

Además de contar con el negocio de helados, tienen el bar contiguo que resulta perfecto para hacer una parada con amigos o familia y disfrutar de un buen refresco, una cerveza helada o de un vino.

La leche helada destaca por encima del resto

Son ya muchos años, 30 como recordamos, los que la Heladería Baonza lleva en Tordesillas. Está en la Plaza Mayor y cuenta con un espacio de 50 metros cuadrados. Además, y ahora que las altas temperaturas aprietan, también disponen de una amplia terraza para sentarse y disfrutar. Son un total de 10 los trabajadores que sacan el negocio adelante.

Quiero destacar la leche helada que es nuestra delicia estrella. La creó mi bisabuelo a partir de leche, huevo, canela, azúcar y limón y está riquísima”, explica nuestro entrevistado antes de asegurar que todo lo que vende “es artesano” y “está elaborado a diario” tanto por él como por su hermana y su padre.

Además, cuentan con un total de 24 sabores en la vitrina de la heladería. Cuentan con 40, pero continuamente los van renovando y variando. No faltan los clásicos como el de vainilla, chocolate, fresa o nata, que siempre están disponibles, aunque también cuentan con otros como la piñonada, con piñones, caramelo, queso de oveja con higos caramelizados sin olvidarnos del de chicle, galletas Oreo, Kinder o cookies.

Un helado de Heladería Baonza

Un helado de Heladería Baonza Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Nuestros clientes están muy contentos con nuestros helados. Todos saben que son artesanos. Muchos repiten. De hecho, hay varios clientes que llegan hasta Tordesillas tras muchos kilómetros para poder probarlos”, apunta Javier.

La calidad y el buen trabajo gustan y se valora.

Un futuro con ganas de innovar

“Siempre tenemos ganas de innovar y de hacer nuevos helados, productos y cambiar la forma de servirlos, ya sea ideando nuevas copas o elaboraciones. Nos gusta sorprender a nuestros fieles clientes y lo hacemos por ellos”, afirma el joven tordesillano.

En confianza, Javier asegura que “sacar adelante un negocio es muy difícil” sin importar que “esté en el medio rural o no” y destaca que el momento del año en el que “más ventas hacen” es en el verano “cuando llegan más personas al municipio”.

“Nuestro objetivo primordial pasa por mostrar a todo el mundo nuestro producto y llegar a distribuirlo tanto a nivel nacional como internacional. Todo lleva su tiempo y, poco a poco, vamos creciendo e incluyendo nuestras elaboraciones en más locales”, señale.

El deseo futuro, de aquí a 10 años, de esta familia heladera pasa por “montar una heladería en alguna ciudad de España” para que todo el territorio nacional “disfrute de la leche helada”.

Ojalá que consigan su sueño.

Javier delante de su heladería

Javier delante de su heladería Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León