Cabezón de Pisuerga volvió a sus orígenes. Y es que el que no sabe lo que ha sido, no sabe lo que es. Por eso, desde el municipio vallisoletano se encargan todos los años, y ya van 22, de que se conozca su procedencia. Y es que Cabezón está orgulloso de ser vacceo. Así, en el día de ayer sábado se celebró la fiesta de Lughnasadh, o lo que es lo mismo, una fiesta vaccea.

Es un día en el que los vecinos se convierten en actores, lo hacen como figurantes o como simples colaboradores. No faltan los vestidos con ropajes, aperos y utensilios de la época Vaccea, fieles a la tradición histórica. En la mañana tuvo lugar un aperitivo, con el rapto de las doncellas, para posteriormente por la noche llegar el plato fuerte.

Los vecinos convertidos en vacceos y romanos celebraron el tradicional desfile de antorchas que iluminó el pueblo desde una concurrida Plaza de la Concordia. Este año cuenta con una novedad importante como es la adhesión a la Asociación Española de Fiestas y Recreaciones Históricas, algo que es muy importante para el Ayuntamiento y las asociaciones que conforman este evento. Como indica el alcalde de Cabezón, Sergio García, “en esta fiesta participan, mayores, medianos y pequeños y lo sienten como suyo”.

Fue en el año 2002 cuando el Ayuntamiento de Cabezón decidió promover la iniciativa de recuperar el origen del municipio a través de la Recreación Histórica de la convivencia entre vacceos y romanos. Así fue como surgió la recreación que conocemos hoy en día. A su llegada al poblado vacceo se recreó la presentación de las tribus y sus costumbres para minutos más tarde dar paso a la representación del enfrentamiento con las tropas romanas y con ritual funerario incluido.

La guinda se puso con una cena vaccea y con un concierto con el grupo de rock celta Triquel. Un éxito, un año más, para saber de dónde venimos. Un gran aperitivo de lo que serán las fiestas patronales de Nuestra Señora de la Asunción y San Roque a mediados de agosto.

 

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