Cuando llegan las fiestas de Íscar o de Mojados, feudo este de la casa, solemos parar con regusto en este asador del amigo Perico de Frutos, cuyo cuore late de maravilla tras ese bajón que tuvo recientemente.
Y ayer tocaba Íscar en la segunda del abono. Y de paso, parada con buen yantar y trato exquisito de esta familia. Acudimos con mi jefe televisivo, Carlos Martín Santoyo, cuyo programa de Grana y Oro alcanza la friolera de 30 años consecutivos de emisiones. Y lo que queda…
También se unió otro colaborador del programa como es el amigo Dioni, aunque faltó alguno más, pero las vacaciones no perdonan. Y en la mesa se unieron Perico y Rosa, mientras que, en otra de las mesas del nutrido comedor interior, estaba la reina de la casa: Paula, quien compartía almuerzo con amigos y familiares.
Paula, nombre taurino donde los haya, es la única hija del matrimonio y ha elegido en la USAL la carrera de Psicología, la misma que llevó a cabo su madre, aunque poco la ejerció ya que Perico la reclamó para la administración del negocio. Un negocio que en este año cumple el 25 aniversario. ¡Felicidades!
Pero vamos a la manduca, que fue de auténtico lujo. A saber: lo primero que nos llegó a la mesa fue un magnum de un sensacional Ribera “Tomás Postigo” de la añada de 2020. Con una variedad de entrantes sumamente deliciosos como fueron unas gambas de Huelva a la plancha, un salpicón de marisco y pulpo a la gallega.
Al centro pusieron una abundante fuente de chuletillas y riñoncitos de lechazo a la brasa, donde dieron buena cuenta de ello Rosa, Carlos y Perico. Mientras que Dioni se metió entre pecho y espalda un majestuoso tartar de carne y un servidor un poco de rape a la plancha con su guarnición de verdura.
Y de postre, ya con los cafeses, esa clásica tarta de Bravo de crema y nata super deliciosa. Brindamos por esos 25 años del Asador y a los toros. Gracias, familia.