Diana Serrano Silvia García

Una incidencia en un tren procedente de Valencia a la altura del Jardín Botánico interrumpía ayer la circulación en la línea de alta velocidad que une Madrid-Chamartín con el Levante. Una circunstancia que supuso un colapso a nivel nacional, con la interrupción durante dos horas y veinte minutos del servicio ferroviario de alta velocidad entre Madrid y el Levante español.

Centenares de personas quedaron atrapadas en el túnel de la línea alta velocidad entre Atocha y Chamartín, lo que provocó que ningún tren pudiera entrar y salir a la estación procedentes o con destino Levante. Esto hizo que centenares de personas se aglomeraran en el interior y exterior de la estación de Chamartín, así como en otras estaciones del Levante.

Una inadmisible situación que llevó a varios pasajeros a tener que reventar las ventanillas de algunos trenes Avlo, al encontrarse atrapados en ese túnel de la capital, sin salida de ningún tipo sin aire acondicionado, y durante horas, sin solución a la vista.

Lo ocurrido en la capital de España no se quedó ahí en ese tren atrapado. Y es que la interrupción total de las líneas de Madrid al Levante afectó a miles de pasajeros en otras estaciones de la Comunidad Valenciana, que tenían sus billetes para ir o volver al centro del país. Es el caso de la vallisoletana María José y sus amigas, quienes tardaron un día entero en poder volver a Valladolid desde Dénia, a causa del colapso en Chamartín. 

La joven y sus amigas habían aprovechado el bono joven para desplazarse por un precio muy económico hasta la turística ciudad de Dénia (Alicante). Un viaje de ensueño, de esos que vas a recordar toda tu vida, aunque en esta ocasión ha tenido un final nada deseado. Las jóvenes tenían que regresar ayer a tierras pucelanas y así lo habían planificado cuadrando trenes y autobuses, "con suficiente tiempo para prevenir", explica la joven. 

Su idea inicial era tomar el tren que une Alicante con Madrid a las 21.05 horas. Este tenía prevista su llegada a las 23.31 horas, lo que les dejaba un margen suficiente para desplazarse hasta la Estación Sur, de Madrid, y tomar un autobús a las 01.05 horas a Valladolid. Hasta ahí todo hubiera sido ideal.

Pero estas jóvenes vallisoletanas han vivido un auténtico calvario a causa de la avería del tren en Jardín Botánico (Madrid). Y es que esta paralización de la circulación de alta velocidad entre Madrid y la Comunidad Valenciana hizo que su tren sufriera un retraso de hora y media, dejándolas sin posibilidad de tomar el autobús previsto a su hogar.

Masé cuenta que todo comenzó a resultarles extraño "cuando en las pantallas no salía ningún dato sobre nuestro tren". Según se acercaba la hora prevista de salida, vieron como se anunciaba un "posible retraso de 20 minutos, pero seguía sin indicar la vía donde íbamos a tomar el tren". Nerviosas, acudieron a uno de los trabajadores de Renfe, que les indicó que se pusieran en el control porque el retraso no superaría esos 20 minutos. Pero de eso nada

"Estábamos las primeras de la fila e íbamos viendo como la estación no dejaba de llenarse", indica. Además, se percataron de que todos los viajeros "se estaban amontonando en nuestra fila" aunque no fueran en el tren Avlo que debía llevarlas a ellas a Madrid. Llegó un momento en el que la estación de Alicante también quedó completamente colapsada y Masé recuerda que "nos dieron algo de agua a cada grupo porque el calor era insoportable". 

Pese al gesto, las jóvenes y el resto de pasajeros se encontraban lógicamente "nerviosos" ya que no recibían nada de información sobre sus trenes. "Primero nos dijeron que el tren que teníamos que tomar lo estaban limpiando y luego nos enteramos de que era así porque el que íbamos a utilizar es al que reventaron las ventanas. Tuvieron que preparar otro para poder salir", explica.

Fue una hora y media después, a las 22.35 horas, cuando las jóvenes, por fin pudieron salir de Alicante. "Estábamos muy nerviosas porque sabíamos que no íbamos a llegar al autobús", añade. Masé se muestra muy molesta porque "no recibimos ni una disculpa, no había ni revisores ni trabajadores de Renfe cuando subimos al tren". 

Ante la desesperación de no perder su autobús a Valladolid intentaron alcanzarlo en la T4, por donde ese coche hace su ruta, pero fue imposible. "Quisimos coger un Cabify hasta allí, pero llegamos a las 01.03 horas y no llegábamos", añade. Además, cuando llegaron a Chamartín la estampa era completamente desesperada. Aunque ya estaban inmersas en la madrugada, "veíamos a gente correr de un lado para otro, muchísimas personas y todo el mundo muy enfadado", explica.

Pero tuvieron que "tomarse a risa" la situación y centrarse en buscar una solución porque se habían quedado atrapadas en Madrid, sin forma de volver a su Valladolid natal. "Éramos tres chicas solas en Madrid, y nos daba miedo pasar la noche en la Estación Sur, porque a saber qué puede pasar", indica. Afortunadamente, las jóvenes contaban con una amiga que vive en la capital de España y pudo "acogernos" esa noche. 

Primero pensaron en tomar otro autobús a las 6 de la mañana, pero el bono joven no permite beneficiarse de su descuento en el mismo medio de transporte durante el mismo día. "Si cogíamos un autobús tendríamos que pagar 18, y no 1,80 euros, y no hacían excepciones por lo ocurrido", se queja Masé. Así que su solución fue comprar billetes para el AVE de Madrid a Valladolid a las 06.49 horas, y llegar, al fin, a su destino a las 07.50 horas.

Masé recuerda el día de ayer con mucho nerviosismo y enfado. Se queja de la falta total de ayuda por parte de Renfe, "que nos les importó que nos quedáramos solas, sin nada". Masé apunta que tuvieron la suerte de que sus padres pudieron facilitarles dinero para comprar nuevos billetes y pagar los Cabify, pero podían haber estado durmiendo y quedarnos totalmente tiradas".  

Tras el susto, Masé reconoce que "nunca lo había pasado tan mal, tan nerviosas y desesperadas, sin que nadie nos ayudara". Ahora acudirá a las ventanillas de reclamaciones correspondientes para reclamar las cuantías de más que han tenido que pagar por todo este asunto.

Las culpas, a Talgo

Mientras, el ministro de Transportes, Óscar Puente, echa balones fuera y señala directamente a Talgo: "El de ayer es el incidente que colma el vaso. Trenes estrenados el 21 de mayo, que están dando infinidad de problemas que sufren los usuarios y deterioran la imagen del servicio", ha publicado en su perfil de la red social X, donde ha anunciado que Renfe exigirá compensaciones económicas a Talgo por los continuos fallos en sus trenes.

De hecho, la operadora ferroviaria se ha apresurado a difundir un comunicado en el que no descarta "emprender acciones legales contra Talgo por los daños causados por el mal funcionamiento de la Serie S106 y por el retraso en la entrega de los trenes pendientes", a la vez que "lamenta y pide disculpas" a todos los viajeros por la situación vivida ayer.

Una situación dantesca en la que usuarios del tren de Valencia se vieron obligados a romper una ventana de emergencia en un tren parado durante más de dos horas en el interior de un túnel sin luz ni aire acondicionado.

Se trata del tren Avlo que completaba el trayecto València Joaquín Sorolla – Madrid Chamartín Clara Campoamor, que sufrió una avería en el sistema de alimentación eléctrica a la entrada de la estación de Chamartín con 494 pasajeros a bordo y que, según reconoce Renfe, "estuvieron durante más de dos horas sin electricidad".

"Esta nueva avería se une al incremento de graves incidencias técnicas en los trenes S106, por lo que Renfe considera emprender acciones por responsabilidad contractual y extracontractual contra Talgo", ha lamentado la operadora. Renfe asegura que está "cuantificando el daño reputacional y en indemnizaciones a viajeros que está sufriendo la compañía por la situación derivada de las incidencias reiteradas de la Serie 106. Esto podría ser objeto de una demanda adicional de daños y perjuicios a la ya mencionada".

Según afirma el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, Renfe ha solicitado "en repetidas ocasiones" una solución inmediata a estas incidencias "que se reproducen desde el primer día de circulación de los trenes, el pasado 21 de mayo", tanto a la dirección como a los accionistas de Talgo.

A mayores, los equipos técnicos de Renfe están analizando y elaborando un informe de fiabilidad sobre la operación global de la Serie 106 de Talgo, "con el objetivo de tomar las medidas de ajuste operativo oportunas ante las incidencias sucedidas desde su puesta en marcha", y adicionalmente anuncia el inicio de acciones judiciales para resarcir los daños derivados por el retraso en la entrega de los convoyes.

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