Pocas cosas hay más españolas que irse de vermú. No necesariamente a disfrutar de la bebida de mismo nombre, pero sí el concepto como tal, que no es otro que el de picar algo y disfrutar de un momento en compañía en el momento antes de comer. Sin duda alguna, el aperitivo es casi una religión en nuestro país y sirve para ir abriendo el apetito antes de sentarse en la mesa.
Si viajamos hasta Soria, por ejemplo, seguro que el aperitivo que más gusta a sus vecinos es el torrezno, típico de allí. O los figones en Zamora. O la morcilla en León. Incluso un trozo de hornazo en Salamanca. Pero poniendo la mirada en Valladolid, la tenemos que ampliar un poco más y no fijarnos en un único producto.
Y es que si hay algo que los vallisoletanos aman, son los pinchos y las tapas. Precisamente, en la ciudad del Pisuerga se celebra cada año el Concurso Nacional de Pinchos y Tapas y el Campeonato Mundial de Tapas. Mientras en otros lugares las raciones mandan por antonomasia a la hora del aperitivo, en Pucela se decantan más por pequeños y sabrosos bocados.
Realmente, su elaboración tiene múltiples versiones. Prácticamente inimaginables. Habitualmente, sin entrar en los más elaborados y que responden más a los estándares de la 'nueva cocina', que hablaremos después de ellos, de toda la vida estos bocados han estado formados por un trozo de pan en la base y un producto diferente encima que nos da todo el sabor.
Desde chorizo hasta morcilla, haciendo un guiño a León o a Burgos, pasando por un poco de jamón ibérico y un chorrito de aceite. También de ensaladilla o incluso de tortilla de patata, que está a la orden del día en la gran mayoría de bares y restaurantes. Siempre con la característica imprescindible, que no es otra que puedan comerse de un bocado.
Uno, dos, tres o hasta cuatro pinchos y tapas. Un aperitivo que sirve para abrir el apetito y para hacer base en el estómago justo antes de proceder a la comida, donde quizás nos decantemos por un plato más contundente. Sin lugar a duda, este es el aperitivo típico favorito de los vallisoletanos, a quienes se les puede ver siempre disfrutando de la gastronomía.
Como bien decíamos antes, en Valladolid se celebra cada año el Concurso Nacional de Tapas y Pinchos y el Campeonato Mundial de Tapas. Dos competiciones en las que los mejores cocineros de la ciudad, Castilla y León, España e incluso de fuera se miden para ver quién elabora la delicia en miniatura más sabrosa
De aquí nacen cada año elaboraciones realmente exquisitas, que luego traspasan las fronteras del concurso y el campeonato hasta las barras de los bares vallisoletanos. Por ejemplo, existen algunos muy famosos como los del Restaurante Los Zagales, en la calle Pasión, con su conocidísimo 'Tigretostón', una especie de trampantojo que nos recuerda a nuestra infancia con aquel famoso dulce que se llamaba 'Tigretón', pero que no es lo que parece.
Crema de morcilla con campiñones al brandy, cebolla roja pochada con granadina y piel de cochinillo confitada son algunos de sus ingredientes que, evidentemente, poco tienen que ver con la receta original del dulce, pero que está realmente delicioso.
Otro de sus buques insignias es 'Obama en la casa blanca'. Una tapa que llama la atención tanto por su emplatado como por su elaboración. Una base de hojaldre con salsa de setas castellanas, huevo cocido a baja temperatura y patata cocida deshidratada componen este bocado que conquistará tu paladar casi con total seguridad.
Son múltiples las tapas y pinchos que se han convertido en casi un icono de Valladolid a raíz del Concurso Nacional de Tapas y Pinchos y el Campeonato del Mundo. Hasta el punto de que mencionar todos es casi imposible. Pero por acercarnos a alguno de los más recientes, entre los más sonados está el 'Pucela Roll'. Obra de Teo Rodríguez, del restaurante Trasto, es un riquísimo rollo de hojaldre relleno de guiso de lechazo con kare raisu, demi-glace de su cocción y pistacho.
También hay otros concursos dedicadas a estas obras culinarias como son las tapas y los pinchos. Por ejemplo, además de los ya mencionados, está también el Concurso Provincial de Pinchos. Esta última edición ha tenido como ganador del Pincho de Oro al restaurante Jiapan, precisamente frente a los Zagales, gracias a 'Coxmo', un dumpling frito relleno de lechazo y caldo.
Más y menos elaborados, pero las tapas y los pinchos pueden encontrarse en casi cualquier rincón de la ciudad del Pisuerga. Una opción perfecta para el aperitivo antes de comer y que el apetito se nos abra en vistas a una comida posterior que podremos completar con lo mejor de la gastronomía pucela y castellana y leonesa.