Ayer en Valladolid se volvió a vivir esos sensacionales viernes de toros donde el festejo sale completo; cumplió sobradamente el matador, los toros, los banderilleros, los lidiadores y los picadores. Y el coso tuvo una muy aceptable entrada. Mo se puede pedir más.
Cuarto festejo de las ferias y fiestas en honor de la Virgen Nuestra Sra. de San Lorenzo. Buena entrada en el coso vallisoletano cubriendo en más tres de cuartos su aforo en una tarde de temperatura agradable. Se lidiaron seis toros de Victorino Martín, bien presentados en líneas generales y de buen juego, muy en el comportamiento de la casa, destacando el tercero al que se le dio la vuelta al ruedo.
Meritoria tarde de Emilio de Justo cortando un total de cinco orejas en su encerrona con los albaserrada en el coso del Paseo Zorrilla al que llegó andando junto con el resto de su cuadrilla desde el hotel siendo aclamado recordando aquellos años en los que los toreros eran vistos como héroes.
Eligió De Justo para esta efeméride un precioso nazareno y oro. Al romperse el paseíllo el público venido de todos los rincones de España obligó a saludar al cacereño. Actuaron de sobresalientes el torero salmantino Álvaro de la Calle y el sevillano Antonio Fernández-Pineda. Y sin más preámbulos, sonaron clarines y timbales, abriéndose el portón de los sustos por el que fueron salieron uno tras otro los toros de la A coronada.
El primero de la tarde, “Misterio”, herrado con el número 30, dio un peso en la báscula de 542 kg. Salió buscando los pies del extremeño, tobillero que se dice en el argot, sacándole a los medios andándolo para atrás y por la cara. Recibió un puyazo en su encuentro con el caballo. En la muleta no fue un toro fácil al quedarse abajo al final de cada muletazo, muy en Victorino por otra parte, lo que le obligaba a perder unos pasitos a Emilio antes de embrocarlo de nuevo.
Además, el de albaserrada tendía a vencerse por el pitón izquierdo metiéndose para dentro pero De Justo estuvo firme y consiguió tandas de mucho mérito destacando las del pitón izquierdo echando los vuelos muy suave llevándole muy tapado. Un toro mejor de inicios que de finales porque tenía buen embroque pero a lo hora de soltarlo seguía “tobilleando”. Se dobló con él antes de entrar a matar cobrando un pinchazo y una estocada caída. Aplausos para el toro en el arrastre y ovación para el torero.
“Vergueto” se llamaba el segundo del encierro, cárdeno, herrado con el número 53 y con un peso en la romana de 502 kg recibiendo los aplausos del respetable cuando hizo su presencia en el ruedo. Recibió un puyazo en el caballo doliéndose en el tercio de banderillas en el que se desmonteraron Domínguez y Carrero.
Buen toro el de Victorino con una embestida muy mejicana, pero le faltó fondo. Tenía buena condición metiendo la cara con clase y profundidad, aunque hizo amago de rajarse en un par de ocasiones, pero Emilio lo sujetó bien pudiendo sacar tandas en las que se alternaron muletazos muy templados y ajustados con otros de menor temple y aliviándose más. Terminó con doblones por abajo y mató de estocada. Dos orejas.
El tercero, de nombre “Porteño”, con un peso de 551 kg y herrado con el número 33, fue un cinqueño de capa negra que dio un juego sensacional. Fue el mejor toro de la tarde. Serio de presentación y serio de expresión sin llegar a ser agresivo. No le permitió tampoco estirarse por verónicas a De Justo recibiendo dos puyazos en el caballo, el segundo de ellos arrancándose desde lejos. Tuvo una buena lidia en el tercio de banderillas saludando Neiro tras parear. Brindó el de Torrejoncillo a Victorino Martín la lidia y muerte de “Porteño” con unas bonitas palabras en las que le agradecía el apoyo y los buenos consejos que siempre había recibido de su persona acordándose de su padre y agradeciéndole haber creado la mejor ganadería.
Inició el trasteo con unos doblones por debajo de bella expresión y gustándose en cada muletazo, acompañando la embestida con el pecho, enganchándolo adelante y llevándoselo hasta atrás. El toro se rebozaba en cada muletazo desplazándose de esa forma tan peculiar de los “victorinos” con el morrillo por los suelos. Necesitaba el toro de muletazos templados que no siempre los recibió.
Arrancó la música a tocar, pero De Justo necesitaba dialogar con el toro en silencio, hablarlo, sentirlo para compenetrarse con él y con su embestida franca pero exigente, y con la firmeza y claridad de ideas que ha tenido toda la tarde acabó haciéndose y acoplándose con la embestida del animal brotando dos tandas por la izquierda, una a pies juntos, en las que llevó al toro embebido en los vuelos con mucha suavidad. Toreo de cante grande. El toro a esas alturas empezó a afligirse quizás por el segundo encuentro con el caballo, o quizás no, pero lo cierto es que iba pidiendo la muerte que le llegó con un pinchazo y una estocada caída. Oreja y pañuelo azul para el toro.
En cuarto lugar, saltó al ruedo “Verdadero”, herrado con el número 64 y con un peso de 556 Kg, cárdeno como casi todo el encierro. Más feote y basto de hechuras, pero de buena expresión. Lo recibió de nuevo Emilio andándole hacia atrás y por la cara en un perfecto juego de piernas y de coordinación de los brazos llevándoselo hasta los terrenos de tres, recibiendo una fuerte ovación del público. Anduvo muy fresco de mente toda la tarde y muy solvente De Justo a la hora de recibir a sus toros.
Recibió en el caballo un puyazo largo. No fue fácil tampoco este toro en la muleta, exigente, pero sin entregarse en ningún momento De Justo anduvo firme con él sacándole tandas a base de buscar el pitón contrario, tirando de él y tragando en cada muletazo. Estocada desprendida. Ovación.
“Escrupulillo” salió en quinto lugar, con el número 21 y con peso de 503 kg, de capa cárdena. Le permitió al extremeño por fin estirarse a la verónica jugando muy bien los brazos y con la planta muy firme. Recibió el aplauso del público que en todo momento estuvo muy cariñoso con él. Peleó bien en el caballo saliendo del encuentro con una embestida muy cadenciosa y templada.
En banderillas se desmonteraron Murillo y Carrero tras una buena lidia de Juan José Domínguez. Brindó De Justo a su apoderado Alberto García y a su mozo de espadas Azuquita. Inició la faena de muleta con doblones por abajo con mucho mando doblando las manos en una ocasión el “victorino” ante tal exigencia.
Una vez en los medios le instrumentó una tanda por el lado derecho en el que el toro se quedaba algo corto, sin mucho recorrido, por lo que cambió de mano y citándole en la media distancia De Justo consiguió una faena de menos a más. La clave del toro era cogerle la distancia y esa no era otra que la media, en cuanto acortabas o te quedabas encima el toro se defendía desluciendo el muletazo. Volvió al pitón derecho por naturales dándole sitio y el toro viajaba tras los vuelos de la muleta con nobleza y fijeza. Faena muy meritoria la del extremeño ante un toro que tenía sus teclas. Estoconazo, hasta ahora el de la feria, y dos orejas.
“Melonero” saltó al ruedo en sexto y último lugar, herrado con el número 67 y con un peso de 562 Kg, también de capa cárdena. Fue el toro más deslucido de la tarde a juicio de este cronista. Saludó por verónicas rematando con una media a pies juntos. Empujó en el caballo. Emilio de Justo tuvo el detalle de invitar a Álvaro de la Calle a hacer un quite destacando la media con la que remató, muy castellana y con sabor añejo.
Morenito de Arles y Pérez Valcarce saludaron montera en mano destacando los dos pares del primero tanto por ejecución como por colocación. Brindó a los dos sobresalientes, al mencionado Álvaro de la Calle y a Antonio Fernández Pineda. Se lo sacó también a los medios andándole para atrás y por lo cara, y allí mismo le planteó la faena que no llegó a coger importancia por la condición del toro, mirón, de escaso recorrido y con poca transmisión. Sobresalieron unos naturales por el pitón derecho. Mató de pinchazo hondo ayudado del estoque de cruceta.
Bonita y emocionante tarde la que nos han deparado Victorino y Emilio de Justo en la que el torero extremeño ha dado una dimensión de torero cuajado y en sazón demostrando un perfecto conocimiento del hierro de la A coronada, rubricada con una apoteósica salida a hombros del coso del Paseo Zorrilla. El diestro fue llevado en volandas y jaleado por el gentío que le acompañaba hasta el mismísimo hotel dando lugar a otra imagen de antaño y que nunca se debió perder.
La banda de la Asociación Musical Iscariense (AMI) interpretó y estrenó un pasodoble del músico y compositor tembleño Eugenio Gómez dedicado a José Luis Chain, presidente de la Peña Taurina Soriana y colaborador de nuestro periódico en Soria.
Les ofrecemos una amplia galería de fotos del gráfico medinense Fermín Rodríguez.