Desde la Fundación Franz Weber se ha denunciado este martes la presencia y la probable participación de menores de edad en los encierros que se han desarrollado en Laguna de Duero los días 8 y 9 de septiembre. Para ello, han aportado imágenes en medios de comunicación y en los perfiles oficiales del Consistorio.
En esas imágenes se puede ver que hay adolescentes en el recorrido, además el ayuntamiento ha afirmado que esta participación está "terminantemente" prohibida para los menores de edad. Así, FFW ha considerado que desde el gobierno local no se han puesto los recursos, ni medidas necesarias para realizar un control efectivo de las reglas de estas actividades.
El Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas publicó una serie de recomendaciones en 2018 en la que se rogaba que los menores de edad quedaran al margen de la tauromaquia, tanto en la participación como en calidad de espectador.
Así, el Comité insiste, aunque ya lo hizo el pasado año con el Comentario General nº 26, en su apartado G) acerca del "Derecho a no sufrir ningún tipo de violencia", que se dirigía a todos los estados miembros de la Convención Internacional de los Derechos del Niño:
"Los niños deben ser protegidos de todas las formas de violencia física y psicológica y de la exposición a la violencia, como la violencia doméstica o la infligida a los animales"
En las dos resoluciones se emite un mensaje claro, pero que, bajo el criterio del Comité, tanto las administraciones públicas como la Junta, han tomado nota de ellas porque los más jóvenes siguen participando en este tipo de prácticas con total normalidad, ya sea encierros, sueltas de otros bóvidos, toros ensogados, becerros, vaquillas y novillos en plazas cerradas.
El coordinador de la campaña Infancia Sin Violencia, Rubén Pérez, ha explicado que "diferentes especialistas han advertido acerca de la exposición de las personas menores de edad a contenidos violentos, comprobando alteraciones en su comportamiento y midiendo diferentes niveles de agresividad y ansiedad posterior." Además, "la exposición a la violencia en la infancia puede contribuir a la normalización de la violencia y fomentar actitudes de aceptación de la agresión hacia animales y también personas", ha sentenciado.