Como un reloj suizo, el teléfono empieza a sonar a las 18:30 horas, momento acordado el día anterior para charlar y hacer la entrevista. Al otro lado de la línea, aún cansadas, pues habían vuelto hace excasamente 24 horas de Italia, suena la voz de María (26-3-2006, Valladolid) y Ana Sierra Paredes (8-3-1997, Valladolid). Estas hermanas de la ciudad del Pisuerga vienen de competir en el mundial senior de hockey en línea. Y lo han hecho juntas, en la selección española.
Un hito muy especial para ellas, que además también comparten equipo en el CPLV Munia Panteras de Valladolid. A pesar de la diferencia de edad, son nueve años los que se sacan, han logrado llegar a competir juntas en el combinado nacional. Un hecho que a María ha sido lo que "más ilusión" le ha generado en este mundial y que para Ana ha sido "toda una sorpresa".
"A la selección van las mejoras jugadoras de España y a nivel de portería hay bastante. María es todavía joven y ha sido una sorpresa más que nada por la edad, no nos lo esperábamos, aunque por nivel sí que podía competir con las otras", subraya la más experimentada de las hermanas.
Desgraciadamente, no han podido volverse para casa con la medalla de oro en la categoría senior, pues cayeron en la final ante Estados Unidos y tuvieron que conformarse con la plata. Algo que también ha hecho que se lleven un sabor "agridulce". No obstante, Ana reconoce que la final ante las americanas ha sido "muy reñida", una especie de "sí, pero no". Aún con todo, este mundial, a pesar de no llevarse ese trofeo de campeonas, ha sido "especial porque lo he compartido con María".
Para la pequeña de las hermanas ha sido una "lástima" no llevarse el codiciado metal de oro en la categoría senior junto a su hermana, pero sí lo ha logrado en la junior y está "contentísima". "Me he venido con muchísima alegría, pero también con un poco de rabia porque las dos semanas que he estado en Italia una la he empezado genial y la otra ha pasado esto", subraya.
Ana, que cuenta con una dilatada experiencia en el mundo del hockey en línea, llegando incluso a ser campeona del mundo en 2022, explica que el nivel actual es "muy alto" y que este año "teníamos equipo de sobra para llevarnos el oro". Ahora bien, no lograrlo no será motivo para no recordar este campeonato para el resto de sus días. María y Ana también comparten vestuario en el equipo local de Valladolid, algo que para la pequeña supone un plus porque su hermana le "ayuda un montón a controlar mis nervios".
La figura de Ana para María
La figura de Ana para María ayuda a la pequeña de ellas a "disfrutar mucho del partido" y añade que "estamos la una para la otra". "Y ya en la selección, con los nervios que hay encima siendo mi primer año, ha sido increíble", recalca con rotundidad.
Aunque la novedad es el hecho de compartir vestuario en el combinado nacional senior, están juntas en el equipo vallisoletano. Un lugar donde el vestuario es "muy familiar", de "muchas hermanas y primas". "Yo noto que María y yo somos unas hermanas que sí sabemos lo que significa estar en un vestuario. Las dos a parte de hermanas somos compañeras", recalca Ana.
Y es que la veterana es la capitana del CPLV Munia Panteras y cuando actúa como tal "dejan de lado el hecho de ser hermanas". "A la hora de decir las cosas, María es una más", recalca Ana en declaraciones a este periódico. Pero esto no implica que entre ellas no exista una complicidad y es que aseguran que "nos ayudamos mutuamente".
Ana es para María un ejemplo que le aconseja en todo lo que puede, ahora que está empezando su andadura profesional. "Me dice que confíe en mí misma, siempre me dice que disfrute jugando al hockey, para no ponerme nerviosa", reconoce la pequeña de las hermanas Sierra Paredes.
Tras la experiencia del mundial en Italia, María y Ana regresan a Valladolid para continuar con el CPLV Munia Panteras. La pequeña tendrá que compaginar, además, su faceta deportiva con el Grado de Medicina que empieza precisamente este año.
El futuro de ambas, por el momento, es continuar en su ciudad natal, aunque María se planteó este año irse a Barcelona, pero finalmente no se ha dado. No obstante, no descarta que en uno o dos años desee probar suerte en la Ciudad Condal, Madrid o Valencia. Ana, por su parte, admite que depende "un poco del trabajo", pero su intención está en quedarse en Valladolid, aunque no sabe "qué va a ser de mí en un futuro".
Compaginar trabajo y estudios con el deporte es algo con lo que les ha tocado lidiar, pero creen que una de las claves es ser "superdisciplinadas" y tener una "organización" para "cumplir los objetivos que te fijas".
El hockey en línea llegó a la familia Sierra Paredes hace unos cuantos años y fue Ana quien impregnó el gusanillo a sus hermanos. "La que inició todo fui yo a raíz del hijo de una amiga de mi madre que se apuntó al hockey. A mí desde pequeñita me había gustado mucho patinar y era muy revoltosa. Lo probé, me gustó mucho, empecé yo y así ya pues todos. Somos cuatro hermanos y los cuatro hemos jugado", relata.
De esto han pasado varios años y ahora Ana y María tienen el gusto de poder compartir selección y equipo. A nivel deportivo, la pequeña espera poder llegar a disfrutar alguna vez de unas "olimpiadas", si es que en algún momento el hockey en línea llega a ser olímpico, y llevarse al fin el mundial senior. "Conseguirme esa medalla de oro", añade.
Ana, por su parte, que ya ha sido campeona mundial, busca obtener "la mejor versión de mí misma tanto en el ámbito profesional como personal" y espera lograr "el mayor número de medallas posibles". Las hermanas Sierra Paredes, de compartir equipo a la selección española senior.