Como un ritual, la modélica Asociación Cultural Taurina La Empaliza, de la vallisoletana Montemayor de Pililla, ya tiene planificada la excursión campera y taurina otoñal. Esta será la segunda excursión de la temporada, la primera la realizaron en mayo en ganaderías más cercanas a Valladolid.

En esta ocasión la ganadería elegida es la de Toros Villalpando, un hierro con antigüedad y registrada en la Unión (UCTL); desde 2014 es propiedad de dos personajes que proceden del mundo agrícola y ganadero: Jesús Alaiz y José Fernández, ahora metidos a ganaderos de bravo por su gran afición.

El origen es de Jijona con algo de Gamero Cívico y la otra parte es también Jijona con algo más de sangre Villamarta. Los últimos dueños han sido los hermanos Bernardino y Mariano Sanz Giménez, ganaderos de Jaén.

Hay 280 animales, aproximadamente, entre Villalpando y aquí -nos comenta uno de los ganaderos -allí tenemos las madres: hay cuatreñas, utreras y eralas. Y aquí, en Fresno, las paridas y más jóvenes.

La finca donde pastan los machos, y donde disfrutarán de una gran jornada los componentes de la excursión, está situada en la zamorana Fresno de Sayago; se denomina Dehesa de Villoria y es un conjunto de unas 350 hectáreas con placita de tientas y varias dependencias para albergar invitados los días de tentadero.

Esta finca perteneció al ganadero salmantino José Sánchez Benito (ganadería La Campana). La otra finca donde pastan las vacas madres se encuentra en el término de Villalpando (Dehesa El Encinar, de unas 200 has)..

La excursión está programada para el sábado 19 de octubre y según nos comentaba el secretario de La Empalizada, Raúl Redondo, ya han comenzado las inscripciones y en buen número.

Esperan alcanzar la cifra de 80 personas, donde no faltarán los niños que, en buen número, son inscritos en la asociación desde que nacen. Actualmente son unos 225 socios en una localidad que no llega a los mil habitantes.

El programa es amplio, que arrancará con el almuerzo habitual a la llegada a la finca, unas palabras de agradecimiento a los ganaderos, con los detalles y obsequios habituales, para inmediatamente girar una visita a los cercados donde se encuentran los bravos.

El almuerzo está previsto hacia las 15 horas y posteriormente habrá un tentadero con profesionales del toro y la tradicional capea para los más atrevidos de la peña.